Wavves – You’re Welcome (Ghost Ramp)
Hartos de pelearse con Warner, los californianos Wavves deciden montar su propio sello discográfico, Ghost Ramp, para ser sus propios jefes y combinar estilos a placer en su sexto LP. You’re Welcome es un saludo cariñoso a los ‘haters’ y una declaración de amor sin complejos que su líder ha querido regalarse a sí mismo y a sus oyentes.
Los sueños utópicos de “Daisy” preceden a otros temas de boca pegada al micro como “You’re Welcome”, el punk sucio y ruidoso de “No Shade” o “Exercise”, y hasta nos sorprenden con un giro hacia el indie-rock en el primer single de este sexto LP, “Million Enemies”, tema de bajo y batería fuertes y atractivos para porretas modernos que no podrán evitar sentir una sacudida en la médula ósea cuando escuchen este pegadizo sencillo.
Escuchamos más cambios de registro, porque en “Hollowed Out” se asoma la femenina voz del guitarrista Alex Gates para que de repente Wavves pase a sonar a algo más parecido a bandas ‘shoegazing’ como My Bloody Valentine. No dejan de caer sorpresas de la piñata que golpea Nathan Williams, con una “Come to the Valley” dibujando una postal de un parque de atracciones plagado de personajes de Los Mundos de Yupi y niños llorando a moco tendido, mientras que la letra de “Animal” sueña con un planeta ardiendo empapado de gasolina en una canción pop-punk que recuerda mucho a los norirlandeses Ash.
A Williams no le importa tampoco ponerse ñoño en un disco que se ha cocinado él solito. “Stupid in Love” es épica romántica de brindis con litrona en un parking, mientras que “I Love You” es una declaración de amor en una época de chupas de cuero, bólidos y pelo graso con tupé al estilo Beach Boys con ‘doo wop’ incluido, dejando a “Dreams of Grandeur” en la fase final del disco como única y firme representación del sonido más clásico de este cuarteto de San Diego, cuya producción siempre ha buscado abrir la voz del cantante para posarla encima de recursos punk mezclados con floreos electrónicos que alimentan a un animal que sigue respirando fuerte a pesar de haber abandonado el amparo de un importante sello discográfico.