Conciertos

Yo La Tengo – La Riviera (Madrid)

Qué puedo decir yo del trío de Hoboken, que ya no sepáis, seguro que nada. Pero a modo de introducción, no estaría mal decir que Yo La Tengo han sido, son y serán (esperemos durante mucho tiempo) de las bandas más valientes, de eso que podríamos llamar la escena “indie”. Tanto en sus discos, pero sobre todo en sus directos, en los que te puedes quedar con la boca abierta con una balada de pop, o te puedes preparar para subir en una montaña rusa de distorsión eterna.

Y así fue el concierto de La Riviera. Aun no había accedido al recinto, toda la gente que tenia las entradas, y todavía con colas en las puertas de la sala madrileña. Cuando el triangulo de amor sónico, integrado por el matrimonio, Georgia Hubley e Ira Kaplan y su compañero inseparable desde principios de los noventa, James Mc New, salía al escenario. Mal previsión por parte de la sala, abrir las puertas un poco mas de media hora antes de comenzar el concierto, cuando se sabe que la sala estaría prácticamente llena.

Apenas habían terminado el primer tema, cuando el trío se despacho con una revisión de su tema “The Glitter Is Gone”,  instrumental de casi cuarto de hora, con los pedales de distorsión de Kaplan al borde de la “legalidad”, y a punto de echar humo. Toda una declaración de intenciones, que harían ver al personal por donde iban a ir los tiros. Menos mal que los técnicos de la madrileña sala La Rivera, no sabemos si por respeto al público, o por pura incompetencia, tenían al sonido a “medio gas”, sino, más de uno hubiera salido con problemas auditivos. Y es que, no es por ser duro, pero la citada sala, se ha ganado por meritos propios una fama de sonido deficiente, que volvió a exhibir el pasado día 13 de marzo, una pena.

A Ira Kaplan no le valía con distorsionar sus preciosas guitarras “Fender Jaguar”, también lo hacía con ese teclado “Ace Tone” con ese sonido tan característico. Y así, entre baladas folk, con las voces apenas perceptibles, en las que se podía escuchar a cierto sector del público pidiendo silencio, por los típicos murmullos. Y puñaladas sónicas a traición de esas que te dejan temblando. Fueron pasando los minutos hasta convertirse en horas, al final, casi dos horas y media de actuación no se ve todos los días, y que la gente siga pidiendo más a pesar de dicha duración, tampoco.

Fue en una de esas baladas, en las cuales, por desgracia se podía escuchar más al de la lado, o al camarero, que a Ira Kaplan, cantando, cuando escuche la anécdota, del porque del nombre de la banda. Un tipo de mediana edad, intentando impresionar a una chiquilla, se afanaba en contarle la historia, que a buen seguro nadie sabe si es cierta o no. O un cliente notablemente ebrio, le espetaba a la camarera: “¿Pero es que no me vas a invitar, después de lo que llevo gastado?

Anécdotas aparte, el “setlist” escogido para esta ocasión, no pudo estar mejor. Del nuevo disco tocaron: “Nothing to Hide” que bien podría ser un “hit” en muchos “mass media”, “Periodiacally Triple Or Doble”, que podría pasar por  un tema de alguna banda inglesa de “Acid Jazz” o “If It´s True” también muy en la línea de la anterior.  La banda se lo pasaba bien sobre el escenario, sobre todo Ira, que dio trabajo a los “pipas” que le cambiaban la guitarra cada poco. Fue en uno de esos momentos álgidos, durante la interpretación de “Big Day Coming”, cuando se bajo del escenario a confraternizar con el público, como si de  un Iggy Pop se tratara.

Con la interpretación, a petición del público (o eso hicieron creer el trío a la concurrencia) del tema “Cone Of Silence”, que dicho sea de paso, siempre me quedara la duda de, si estaban viendo aquel episodio del agente Maxwell Smart, cuando compusieron el tema, y la casi obligada “Sugarcube”, se iba llegando al final del concierto.

Pero antes quedaría tiempo, para que Yo La Tengo, con ese buen gusto a la hora de elegir las versiones, además nunca repiten, rindieran pleitesía a dos bandas. Por una parte a los británicos  Adam & The Ants, con James Mc New dándole a la guitarra, y por otra, a los australianos, The Go Betweens, banda con la que compartieron escenario, en una visita a España, como el propio Georgia explico.

Todavía no serian las 11:30 de la noche, cuando salía por la puerta de la sala, con la imagen de Ira todavía en mi cabeza, haciendo de las suyas con sus guitarras, y con la extraña sensación de que, el concierto podía haber sido mejor en otras condiciones. Decididamente creo que en esta ciudad, no hay suficientes salas de conciertos, a partir de cierto aforo.

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