Youfest – El Matadero (Madrid)
Quizás el Youfest no vaya a pasar a la historia por ser el festival más importante del año en términos artísticos, pero sin duda será el más ameno y sorprendente de los que yo recuerdo. Promovido por Youtube como un escaparate en directo para la nueva generación de artistas nacidos al calor de la plataforma de vídeos de Google, los escenarios del Youfest han acogido una diversa mezcla de extravagancia, humor y talento (Wendy Sulca, Delfín hasta el Fin), aderezada con unos cuantos conciertos «clásicos» de excelente nivel (Primal Scream, Battles, Underworld).
Y todo ello a pesar de contar con unas circunstancias adversas, ya que el viernes, el primer día del festival, no dejó de diluviar ni un segundo. Afortunadamente, los conciertos se pudieron celebrar sin mayores problemas que la lógica molestia. El sábado, con el cielo despejado y Rick Astley como estrella indiscutible, el Youfest lució su máximo esplendor.
Curioso lo del Matadero y la climatología de los festivales que se celebran en sus instalaciones, en el Día de la Música se convierte en un desierto, en el Youfest se ha producido el diluvio. ¿Qué nos esperará en el Primavera Club? Vayan preparando los esquíes.
Viernes
Comenzamos fuerte el festival viendo a Brett Domino y a Reggie Watts en escenario cubierto. Los primeros parecían dos guiris nerds perdidos cerca de la Gran Vía, pero hicieron un conjunto de versiones gracioso y adictivo. Si quieren una boda con baile divertido, no lo duden.
Lo de Reggie, aunque se gana la vida como humorista en Nueva York, era más serio. Canta a capella, acompañado solo de un aparatejo con el que graba ritmos con su voz sobre los que luego rapea. No necesita sintetizador por que él mismo se basta y se sobra para sonar como una banda completo. En directo es entretenidísimo, claro si puedes dejar de mirarle las uñas de mujer que lleva.
Buraka Som Sistema tendrían que tocar en un Arenal Sound o festival masivo por el estilo y lo reventarían. Aunque parecen salidos del peor barrio de Baltimore, son portugueses, les apadrina M.I.A. y mezclan breakbeat con sonidos africanos, especialmente kuduro, o lo que es lo mismo, culo duro. Sobre el escenario son dos baterías, un Dj y tres MCs a través de los que se descargan pildorazos de hip hop absolutamente físico, que hizo que el escaso público que se había acercado al Matadero se volviera prácticamente loco.
Tras los primeros conciertos, la Gala Youfest, o una especie de medley con todos los artistas fichados de Youtube. Destacó la perfecta organización del evento, sin paradas, con una puesta en escena delirante y un ritmo frenético. Acompañados de una orquesta que lo mismo hacía rumbas que canciones tradicionales peruanas, destacaron especialmente la reencarnación de Alaska en La Tigresa de Oriente, la inocencia de Wendy Sulca (tremendo el animador y sus frases sobre tetitas), el techno desparpajo de Delfín hasta el Fin, la dorada senectud de los abanicos de Locomía y la solvencia profesional de Chimo Bayo. Bajo el diluvio, épica kitsch. Nunca lo olvidaré.
Tras la Gala, El Guincho defendió a base de tropicalismo su sitio en aquel maremágnum de sonidos y estilos. Sobrio, ejecutó Pop Negro sin muchas concesiones. Mejor como banda sonora para la inauguración del último local moderno de moda que para un festival.
Primal Scream por fin dejaron a un lado el Screamadelica, que no es que no me guste pero ya lo tienen de sobra exprimido y ofrecieron un grandes éxitos de nivel. Quizás sonaron a ratos algo bajos, pero la sucesión de hits fue imparable.
De los mejores conciertos que he visto hacer a los escoceses. Mención especial a la perfecta integración de Debbie Googe, bajista de My Bloody Valentine, quien sustituye a Mani mientras se forra con Stone Roses.
Sábado
Y por fin dejó de llover para poder disfrutar de Daler Mehndi, una auténtica leyenda del bhangra pop, que comenzó cantando en bodas mientras era taxista y ahora vende millones de disco. Verle en directo es un delirante viaje al Punjab a base de techo pop. ¿Se acuerdan de Cornershop? Pues «Brimful of Asha» es a Mehndi como el arroz con curry del Vips a comer un Palak Paneer en Calcuta.
Cuando ya estábamos a punto de pintarnos un punto rojo en la frente, Tonino Carotone nos devolvió a la realidad a base de conciencia y humor. Sin material nuevo desde 2008, dedicó su actuación a lo mejor de su discografía, incluyendo la imprescindible «Me cago en el amor».
La apabullante energía de Battles nos devolvió a la realidad indie y demostró que los de Nueva York son una de las bandas más en forma de la actualidad. Defendieron sobre todo su último y difícil Gloss Drop, con una seguridad tal que cualquier desarrollo experimental quedaba automáticamente justificado. Mención especial a la esquizofrenia musical de Ian Williams, que es capaz de tocar una guitarra entre dos teclados y de Dave Konopka que programa, toca el bajo, graba loops…
La Gala Youfestera del sábado quedó algo más deslucida que la del viernes, quizás porque ya había perdido el efecto sorpresa. Por el escenario grande del festival desfilaron Kaoma, los autores del «Chorando se foi», o la canción que popularizó la lambada brasileña, Wendy Sulca, quien se atrevió con una flojilla «Like a Virgin» de Madonna (el día anterior había agotado sus hits «Cerveza, Cerveza», «La Tetita») y sobre todo Shakiro, un cantante chileno que es capaz de mimetizar la voz de la novia de Piqué, y que firmó con Kaoma un «Waka Waka» que fue pura psicodelia.
«El Gato Volador» de El Chombo sobró y aquello fue volviendo tremendamente aburrido debido a la seriedad del grupo infantil Vázquez Sounds y a la brillante pero durísima sucesión de arias del tenor del concurso inglés Britain´s Got Talent Paul Potts y su imitador Sung Bong Choi (como si cuando lo de Shakiro sale Shakira).
Menos mal que aparecieron Los Manolos para romper cualquier límite o barrera que pudiera quedar en el Youfest con un «Amigos para siempre» estilo Barcelona 92 con Paul Potts haciendo de Monserrat Caballé y Keenan Cahill, otro rey de Youtube y protagonista de los vídeos de animación de la Gala, apareciendo en carne y hueso en una surrealista despedida.
Tras ellos, el triunfador de la noche, un impecable Rick Astley con 40 millones de discos vendidos a sus espaldas y unas ganas de pasárselo bien de aúpa. Pícaro y encantador, guiñando el ojo a todas las chicas de la primera fila (luego se metió en el backstage con medio club de fans españolas), el ídolo del pop de los ochenta fue desgranando hits con una soltura absolutamente divertida. Tremendos los comentarios tan triviales como sus canciones como el del tiempo en España (llevaba una semana tratando de ponerse moreno y solo llovía).
Underworld cerraron el festival a todo trapo con un Karl Hyde poseído y derrochando un arsenal interminable de bailes y poses. Sonó todo lo que ha hecho grande a un grupo que lleva dando guerra desde los ochenta y que habremos bailado millones de veces.