Zoo – Zoo (La Incubadora)
De las cenizas de Nuevenoventaicinco nace Zoo. Desde aquel B.S.O. 1999-2000 los que fueran guitarrista, voz y batería del grupo madrileño pusieron punto y aparte en su aventura hardcore con Nuevenoventaicinco, y a partir de ahí se han dedicado a buscar otras nuevas vías de expresión más variadas y menos lineales que el hardcore directo que practicaban antaño.
En este homónimo disco debut de Zoo se intuyen las indiscutibles raíces punk y hardcore, edulcoradas con las constantes guitarras envolventes y unos cuidados arreglos electrónicos. Uno de los ejemplos más significativos y gratificantes del largo de los madrileños lo tenemos en “Perdidos en la espiral”, donde los arreglos y las guitarras nos enseñan un voluptuoso y reverberante universo sonoro con cierto olor a Pink Floyd (en cuanto a la vía de expresión), ideal para expresar esa desesperanza, nostalgia y sosiego que impregnan las letras del tema. Como contrapunto y para dejar claro que Zoo no es un grupo nacido para cobijarse en el vacío y la indiferencia denunciados en las letras, como expresa “Nuevas formas”, no abusan de ese ambiente nostálgico, sino más bien orientan su discurso por vías más rudas, sobrias y directas, como demuestra el gran comienzo con “Música del descontento”; tema tomado casi como ideario por la banda y que adopta esa continua expresión de desgana y rabia contra el automatismo de la sociedad (aprovechando la actualidad tan poco gratificante llena de guerras y desastres naturales). Tomando como punto de partida esa lucha por defender lo propio de uno mismo, construyen el lirismo de “Esa parte del mundo” o la mencionada anteriormente “Nuevas formas” (“Mejor que estés donde quieras, aunque no tengas permiso, cualquier sabor será bueno, si despierta tu motivación”).
La semilla de esa lucha predominante en Zoo está basada en la esperanza por un mundo mejor (“La historia cambiará, y no encajará con el suicidio que está arrancándoles la esencia”), el tema principal que abarca “Hombres de papel”; espacioso y voluptuoso tema en la línea de “Perdidos en la espiral”.
La variedad estilística les ha hecho adentrarse en terrenos más emo y pop/rock para añadirlos a su propuesta inicial; inclusive utilizando vocoders y sintetizadores. De esta manera consiguen ampliar una propuesta que quizá se les quedaba corta y/o saturada con el lenguaje hardcore. El “zoo” musical en el que navegan se va adecuando a sus necesidades. Veremos si no se queda sólo en un buen debut.