Los Planetas
Nos gusta Bob Dylan, nos gusta Camarón y no nos ruborizamos
Unas semanas antes de que saliera a la venta La Leyenda del Espacio, Florent y Banin nos recibieron en Granada para hablar de su nueva entrega, una de ésas que se intuyen grandes no tanto por la expectación que se genera a su alrededor –que en el caso de los granadinos es poco menos que permanente-, sino por el nerviosismo casi de debutante que a duras penas logran esconder sus protagonistas y por la avidez con que éstos tratan de explicar cada uno de los detalles de su obra. Con el tiempo que no permiten las maratonianas jornadas promocionales, pudimos abordar La Leyenda del Espacio.
Vuestro nuevo disco se llamará La Leyenda del Espacio, ¿se trata de un homenaje a Camarón y al flamenco?
Florent– Es un homenaje al flamenco y a la posibilidad de llevar el concepto del rock al flamenco y viceversa.
Resulta curioso ver como abanderados de lo que se denominó el indie de comienzos de los 90, como Sr. Chinarro o vosotros, que teníais influencias anglosajonas tan marcadas, miráis ahora a las raíces andaluzas sin ningún tipo de rubor.
Florent– Ahora tenemos menos complejos que cuando estábamos empezando. Antes nos ceñíamos más a las influencias del rock, especialmente anglosajón. Nosotros en principio siempre hemos criticado el pop español de los 80 y hemos tenido muy claro hacia dónde queríamos tirar. Ha pasado el tiempo y hemos ampliado conocimientos y gustos musicales sin ningún tipo de rubor, y el flamenco nos gusta, como nos puede gustar el jazz y como infinidad de músicas que están por conocer y que todavía no conocemos. Con 18 años no te interesa mucho el flamenco ni el jazz, te interesa los grupos a los que te gustaría sonar como ellos. En este caso, esa etapa, por decirlo así, la hemos vivido ya. Ahora nos apetecía hacer cosas nuevas, no sonar siempre a lo mismo. No usar siempre las mismas influencias de la psicodelia del pop inglés o el rock americano.
Yo llevo escuchando flamenco desde mucho tiempo antes que J, y ahora resulta que es él quien lo flipa con el flamenco clásico, y se ha comprado discos de pizarra. Se ha hecho una labor de investigación comprando mucha música en tiendas de segunda mano, de Fosforito, de cantaores desaparecidos que son los que cantan la tradición flamenca y de los que beben gente como Enrique Morente. El punto en el que estamos ahora es que esa ventana se ha abierto y esa luz ha entrado, y en cierta forma ha cautivado el dinamismo y la forma de componer, de grabar, de lo que solemos hacer. Me gusta Bob Dylan y me gusta Camarón y no me ruborizo.
¿Ha sido Enrique Morente quien os ha abierto esa ventana de la que hablas?
Florent– Indirectamente sí, porque Enrique Morente de forma indirecta ha tenido relación con Los Planetas. Con Erik grabó el famoso y mítico Omega, que fue mejor disco del Rockdelux. Lagartija Nick preparó todo el proyecto con Morente pero sólo interviene en tres canciones. Con Erik sí tuvo Enrique un acercamiento y ahí fue donde él aprendió casi todos los palos del flamenco. Con la batería toca soleares, toca bulerías, fandangos, tanguillos, tientos, verdiales, y eso un batería de rock seguro que no sabe hacerlo porque los tiempos son 4×4, 3×4. A través de Erik hemos conocido a Morente, sobre todo J, que ha salido más por el mundo del flamenco y ha tenido muchas conversaciones con él, para hablar sobre letras, canciones perdidas, sobre muchas historias del flamenco, del culto popular, y J ha trabajado y ha hecho esa labor de investigación. Y luego directamente ha colaborado en un tema. Le llamamos, le dimos a elegir el tema que más le gustase y como se respetan tanto a los palos y todo, perfectamente podía cantarla él. De hecho, esa canción la canta Juan y cuando la canta él… con esa voz tan desgarrada, la canción se transforma totalmente, y alcanza una dimensión distinta. Si Morente cantara todo el disco, entraría en la historia del flamenco y del rock.
¿Ha sido muy costosa la adaptación a los palos?
Florent– Muchísimo, nos ha costado muchísimo. Hay temas que no parecen flamenco, pero está ahí metido. Hemos hecho una especie de experimentación pura y dura. De coger una canción flamenca, con tiempos marcados, y nos hemos quedado a lo mejor con la melodía y sobre la melodía empezábamos a funcionar. O respetábamos ese ritmo y componíamos la melodía sobre ese ritmo. Hemos hecho verdaderas canalladas para el mundo del flamenco. Muchos temas han salido a la primera, pero otros no. El flamenco tiene una cadencia bastante siniestra, en el sentido de que es muy desgarrada. La melodía del flamenco es triste y a veces desgarradora, y llevar eso al pop roza lo siniestro, roza la penumbra. Ha habido temas que por la melodía y por la letra flamenca daba la sensación de que éramos un grupo siniestro.
Muchos temas son bastante largos el desarrollo, muy siniestros, y nos hemos comido mucho la cabeza para quitarle un poco de oscuridad. Han sido horas y horas de ensayo, de mucho sacrificio. También ha sido difícil el hecho de meterle mano a cosas que no son anglosajonas, que no vienen del rock; de pronto, encontrate con algo novedoso e intentar que lo que suene no sea demasado hortera, demasiado arabesco o demasiado recargado. Ésa era la confusión hasta que se encendía la luz. A veces hemos estado a punto de locuras.
Banin – Sobre todo porque J se empeñaba en que fueran de una forma que no funcionaban, que era imposible. No aceptaba sugerencias, pero no había manera de hacerlo funcionar como él lo quería. Hasta que un día llegábamos y decía Erik: “vamos a tocarla con este ritmo”, o Florent tenía un arreglo de guitarra o yo y le dábamos la vuelta. Un arreglo y un instrumento aislado cambiaban todo el concepto.
Florent– Pero sigue estando la misma melodía. Ha habido temas que no parecen flamenco, pero que están ahí.
¿Qué habéis tomado del flamenco y qué del pop?
Banin – Los compases son casi todos de pop. El problema es ése, que es como la educación que recibes y estás encorsetado en eso. Nosotros venimos del pop, del rock, del cuatro por cuatro siempre, que es el mismo. Ya a estas alturas, cuando te enfrentas a un tiempo raro, a un compás de flamenco, requiere un esfuerzo aprenderlo. Al estar tan pendiente del compás, pierdes contenido en el resto de las cosas. Muchas veces acabábamos abandonándolo por eso. J, por ejemplo, en las “Alegrías de Jonathan Richman”, quería hacerlo en un compás lento de flamenco, pero estaba tan pendiente del compás que no le salía tocarla guay y no había manera de hacerla. Estábamos siempre mirándolo, a ver cuándo pulsaba las notas para seguirlo, pero no funcionaba porque era como demasiado forzado. Ésa fue en la que Erik llegó un día y dijo “mira, vamos a hacerla a este tiempo y con este compás, porque no sale”.
Me acuerdo cuando hicieron Lagartija el disco con Morente, cuando estaban grabando me contaba Juan (Codorniú) que se pasaban horas y horas ensayando el compás nada más, pillando los compases del flamenco, porque ni Miguel ni él habían tocado nunca flamenco. Eso me parece que es una cosa que al final no funciona. Tener que aprender una cosa a la fuerza si es algo que no has mamado. Abandonamos la idea de seguir los compases, porque quedaba como muy raro. La idea de los flamencos de esos compases es porque van siguiendo siempre al cantante…
Florent– Es que es totalmente diferente, porque una guitarra española y una voz te llena todo, pero batería, bajo, guitarra y otra guitarra…¿eso cómo se enlaza? Hay que trabajar mucho.
¿A la hora de escribir las letras de los temas, habéis aprovechado textos populares?
Florent– Son populares. En el flamenco por lo visto, yo no estoy muy metido en materia, muchas grabaciones importantes son cantos de la tradición popular. En cualquier poema o cualquier tema ya hecho, cualquier modificación que tú le añadas, te apropias de esa letra. Eso es curioso también.
Banin -En el flamenco es todo repetido, y las letras igual. Lo que estaba diciendo
Florent– cada uno coge letras de un fandango de Fosforito, otra de Morente, otra de Camarón y entre esos te coges un puzzle. Todo está hecho ya. Todo es popular, pertenece al acervo popular, según dice J. Yo he escuchado flamenco, pero no me he puesto como J que lleva un año o dos flipando. Es lo que dice él, que se las copian entre ellos y las firman para tener los derechos de autor.
¿Sentís un cierto miedo por cómo pueda recibir vuestro público este cambio?
Florent– No, porque por mucho que hablemos de flamenco y no dejemos de hablar de flamenco el disco es 100% Planetas y su sonoradidad es totalmente Planetas. Nadie se va a llevar las manos a la cabeza. No somos como Dover que han hecho un disco de música de baile, seguimos nuestra trayectoria. Esos han roto su camino, nosotros no. Nosotros seguimos la línea que nos gusta, que es lo que sabemos hacer y no hay grandes cambios. En el trasfondo del disco, de dónde viene, sí ha habido sudor y sangre, en el sentido de que nos ha costado trabajo, pero a la hora de ejecutarlo y tenerlo cogido es muy Planetas. A la gente que le he peusto el disco le ha gustado un montón. Para mi este disco me recuerda mucho a Super 8 por la oscuridad y de tensión. A la hora de grabarlo, de juntarlo, no hay tantos teclados, es mucho más rockero, hay más tensión, hay muchos matices. No es un disco de primera escucha, hay que escucharlo reposado, que es algo que se dice mucho, pero es la puta verdad.
Banin – Lo grande de este disco es que hemos conseguido hacer un disco Planetas 100% con ese aire flamenco. Cuando escuché el disco terminado, y todas las letras, todo lo que había cogido J de aquí y de allá para hacer las letras, estaban las temáticas de Los Planetas de siempre, de todos los discos. En Los Planetas hay cuatro o cinco tipos de canciones, una que es de amor despechado muy violento, otra que es como de “aquí me tienes”, ese rollo. Es como los cuatro o cinco temas que han tocado siempre los Planetas.
Florent– “Reunión en la cumbre” es un poco rollo antisistema. Hay muchas figuras utilizadas del flamenco que van a llamar mucho la atención. A nosotros no se nos pone la cara sonrojada porque ya lo hemos escuchado, pero hay muchas letras que va a escuchar la gente muy del flamenco y va a llamar mucho la atención. La de la carrera de la Virgen, yo me asomo a la reja. La temática está ahí, pero las palabras que utiliza no son del rock and roll, son muy muy flamenco, y sí van a llamar mucho la atención.
Banin -Las letras del flamenco son cosas que están en el acervo cultural desde hace un montón de tiempo y que la gente identifica muy rápido. Lo que dice Flrorent de la religión para expresar cosas o del amor, J utiliza mucho cosas de la religión y de lo religioso, y eso lo identifica la gente muy rápidamente. Aunque nuestro público no haya tenido mucha relación con el flamenco, estoy seguro que las va a pillar muy rápido.
Florent– Por ponerte un ejemplo, la canción de “Santos que yo te pinte” tenía también esa temática.
Estando en una posición de privilegio como estáis, ¿qué os ha llevado a dar ése paso, lo considerabais necesario para sentiros vivos?
Banin -No está planteado como un reto sino como algo natural. Todo viene de que J conoció a Morente…
Florent– A J la temática flamenca le cautivó.
Banin –Morente es un personaje muy magnético. J siempre va buscando referentes, gente que le estimule, que le inspire. Morente tiene ya 60 años y J ha visto él como un maestro, alguien que le puede enseñar cosas.
Florent– Como el pequeño saltamontes (risas). La sabiduría del maestro y el aprendiz. Incluso las patillas (risas).
Banin -Cuando veníamos a casa de J siempre lo hacíamos con un disco, lo escuchábamos y estábamos todo el rato escuchando el disco que traía uno u otro. Pero últimamente J ha dejado de escuchar la música que escuchábamos siempre y se ha venido al flamenco.
Florent– Tiene colecciones antiguas, de segunda mano.
Banin -El cambio ha sido natural, no ha sido premeditado. De alguna manera, era necesario hacer algo así porque no podíamos hacer otro disco de canciones como el último que habíamos hecho. Repetir letras y música, que se venía repitiendo en estos últimos discos, sobre todo porque J componía casi todo. Al principio componía más Florent y había más equilibrio. Florent tiene una forma de componer más optimista mientras que J tiende a lo siniestro. No podíamos hacer otro disco siguiendo la misma dinámica. Necesitábamos salir de ahí. Y bueno, siempre podemos hacer otro disco así o de flamenco. Cuando cantó Morente una de las canciones y la escuchamos nos quedamos flipados porque eso sí que era una unión entre dos mundos: Entre la forma de ver nuestra música y el flamenco. Eso sí que parecía algo nuevo de verdad, algo que no se ha escuchado nunca. Y me acuerdo que dijimos Florent y yo que deberíamos hacer todo el disco así.
Florent– Si hubiera hecho todo el disco Morente hubiera roto todo el panorama tanto del flamenco como del pop.
¿Os planteáis en un futuro una colaboración así?
Banin – Estuvimos diciendo que para el siguiente disco lo haríamos así, no sé si lo llegaremos a hacer. El camino que vamos a hacer no te lo sé decir, pero siempre podemos volver a lo nuestro, a hacer nuestras canciones y seguro que después de este disco o de otro disco más que hiciéramos en esta onda, si volvemos a un disco de canciones de Los Planetas la gente lo va a agradecer más que si hubiéramos seguido haciendo lo mismo.
Florent– De todas formas, hablar de futuro es una cosa tan incierta y más teniendo un disco nuevo.
¿Qué tal van las relaciones con vuestra discográfica?
Florent– Como siempre. Ellos ejercen su papel de discográfica y nosotros hacemos el papel de artista. Cada uno mantiene sus intereses. Intentamos ponernos de acuerdo en las cosas que debemos ponernos de acuerdo. Las que nos parecen bien, pues están bien, las que no, tenemos que negociarlo, sentarnos a hablar porque no nos parece bien, o nos parece regular, o nos parece bien, pero vamos a hablar. En la relación con una multinacional siempre tiene que haber acuerdos, pero nunca te puedes fiarte. Es un mero interés.
Hace un par de años se habló con insistencia de un posible fichaje por Sinnamon Records. ¿Qué hubo de cierto en todo eso?
Florent– Con el disco anterior se cumplió el contrato de tres discos, pero había una claúsula que si la ejercían se renovaba el contrato por dos discos más. Entonces hubo ahí una fusión de Sony-BMG que echaron mucha gente, y a nosotros nos pareció que lo más conveniente dejar la discográfica con ese disco. Hubo movimiento de gente y dijimos que mejor que nos dejaran la carta de libertad, pero a esta gente, no sé por qué, les hemos caído en gracia, ejercieron esa claúsula y tuvimos que acatarla y sacar disco nuevo. En ese momento sonó muy fuerte lo de Sinnamon, como podía sonar muy fuerte cualquier otra multinacional.
Banin – Sí, porque Sinnamon empezó con mucha fuerza y ya se la ha ido un poco el fuelle. Empezó cogiendo grupos importantes como La Buena Vida, Astrud, y además en ese momento también habíamos hecho la gira con ellos del Wintercase y había muy buena relación.
Florent– En aquel momento era como la gran vaca sagrada que tenían mucha pasta y muchas ganas de mover ese dinero. Llevamos desde 1993 en la compañía y hemos visto cambiar a la plantilla año tras año y siempre están los mismos dirigentes y nunca se van. Tenemos una relación en la que nos vamos conociendo y conociendo mucho más y no nos hacemos zancadillas ni ellos a nosotros ni nosotros a ellos. Bueno, entre comillas, porque siempre están los típicos intereses. Nos respetan mucho y tenemos mucho diálogo con ellos, otra cosa es el conflicto de intereses que puede haber en cualquier compañía independiente o multinacional, porque es un negocio y está la parte artística y la otra parte.
Banin – Siempre tienes que estar en guardia porque muchas veces te proponen cosas que queremos en absoluto. Te tienes que negar con contundencia, mantenerte en tu posición con aplomo. En el momento en que te relajes, te la hacen. Hablamos de hacer un DVD con todas nuestras canciones del último disco en directo, y cuando llegó el momento de hacerlo dijeron que no lo hiciéramos de este disco sino un repaso por toda nuestra trayectoria. Nosotros queríamos hacer estas canciones que estamos tocando ahora, que son las que nos apetece tocar y otra cosa no queremos hacer. Nos mandaron gente de audiovisuales para que nos reuniéramos con ellos y ver cómo lo queríamos hacer y al final, después de varias reuniones, dijimos que no, porque no vamos a hacerlo. Por lo demás, siempre hacemos lo que queremos. Había épocas en las que a lo mejor parecía que hacíamos otra cosa, que éramos víctimas de las multinacionales, pero siempre hemos ganado nosotros.
Otra novedad con respecto a trabajos anteriores es que el diseño de la portada no la ha hecho Aramburu, ¿por qué?
Florent– Aramburu ha decidido personalmente dejar de hacer portadas porque se convirtió en el “hombre de hacer portada de este país”, muy a su pesar, me parece. Pasó de hacer una cosa distinta muy reconocida a convertirse en el recurrente de cualquier grupo a través del dinero. Decidió dejarlo y dedicarse a lo que le gusta, que es ilustrador de cuentos de niños, y hay que respetar la decisión y ya está. La portada la ha hecho una persona de aquí de Granada, Dani D’ors.
Banin – Hemos cambiado el estilo figurativo de Aramburu a la abstracción total. Hemos dado un giro
¿Cómo llegáis a un acuerdo entre lo que vosotros queréis expresar con vuestro disco y lo que os propone el diseñador?
Banin – Aramburu tenía una cosa guay y es que no admitía ningún cambio. Decía “esto es lo que hay” y si había alguna sugerencia hacía oídos sordos (risas). Eso era guay, él siempre acertaba.
Florent– Tenía una facilidad para, a través del diseño, dar con lo que hay dentro, que es música.
Banin – Veía una cantidad de cosas en la música que plasmaba con imágenes. Todo eso que está en la música. Cosas desde lo más básico hasta cosas estúpidas como el cerdo volando de Unidad de desplazamiento, un guiño al Animals de Pink Floyd, al rollo ampuloso, sinfónico. Detalles de muchísimo humor, de una ironía muy fina. No creo que haya nadie como él.
Florent– Es un artista que ha dejado su huella. Supongo que tendrá mucho reconocimiento en un futuro. Son documentos gráficos lo que ha hecho él, más que portadas.
¿Y Dani D’ors ha conseguido plasmarlo igual?
Florent– No se trata de hacer comparaciones, pero tenía un toro difícil que torear. Con eso te lo digo todo. Lo ha pasado mal (risas). Nadie le ha puesto en el ruedo, él ha asumido el reto. La portada es una cosa muy personal suya que ahí está, no admite más juicio. Está muy basada en la Leyenda del Tiempo de Camarón.