Pshycotic Beats
La industria musical es ESTÚPIDA. Está en manos de gente sorda, incompetente, sin visión comercial, sin cultura musical, cobarde y sin pasión por lo que hacen
Pshycotic Beats es una de las realidades de nuestra escena electrónica. El proyecto de Andrés Costureras regresa tras Rexer Flash (autoeditado, 2010) con otro disco-viaje-fármaco: Dormihcum (Log Lady, 2013). El concepto es similar, tanto por las referencias a medicamentos como por esa idea de viaje-búsqueda, de entrar en un sitio donde buscas soluciones a tus problemas.
Un sitio, Dormihcum, que realmente es una institución mental escondida detrás de los nichos de un cementerio, con unos habitantes misteriosos que viven dentro de los nichos vacíos, tal como se ve en el vídeo de «Let me in».
Parece ser que habrá trilogía, ¿cierto?
Sí. Lo tuve claro desde antes incluso de que saliera Rexer Flash. De hecho También sabía el título de este segundo álbum y que la portada sería una Cruz de farmacia neonizada. Esa era la primera idea, luego el tema de la muerte vino después con las perdidas de amigos de estos últimos años.
Tu forma de trabajar me fascina, porque tus canciones nacen de la obsesión, de tener en la cabeza un riff de guitarra dando vueltas, un golpe de bombo, una línea de bajo…y de repente todo ello se convierte en una canción. ¿Es así, tal cual? ¿Cuánto de trabajo duro a la manera clásica hay en tus canciones, si es que hay algo?
Todo. Hay meses de utilizar mi trastorno obsesivo para dejar todo hecho y terminado en mi cabeza hasta que se me de memoria melodías, arreglos, como va a ir mezclado, ecualizado, etc. Pero luego todo eso hay que sentarse durante un año entero a trabajar 16 horas al día y hacerlo realidad. Todo es trabajo duro.
La portada, la secuencia de las canciones, las transiciones, los vídeos, las fotos de promo, el inicio del álbum, el final… ¿Realmente todo estaba en tu cabeza antes de llegar a plasmarlo de alguna forma? ¿Eres perfeccionista hasta la obsesión, o tal vez obsesivo hasta la perfección?
Si, y he de decir que todo ha salido exactamente igual a lo que tenía en mi cabeza. Por lo menos lo que depende de mí, la música, la producción, las letras, etc. Luego los problemas con la imprenta, que te llueva en el rodaje de un video y haya que hacer cambios de última hora son putaditas de la ley de Murphy que no puedes controlar. Pero siempre puedes trabajar sin descanso hasta que las cosas estén perfectas. El perfeccionismo existe, la perfección es alcanzar el máximo grado de similitud entre lo que habías soñado de tu proyecto artístico y lo que acaba siendo. Soy un obsesivo perfeccionista!
La sorpresa de Dormihcum es no sólo que te escuchamos cantar al estilo clásico por vez primera, sino el descubrimiento de tu voz. Suenas como los grandes, a Scott Walker, a Marc Almond… ¿Cuándo y por qué decidiste que en este disco las canciones iban a tener una estructura menos electrónica, con más protagonismo de las voces?
Porque hacer instrumentales es un sopor. Es mucho más complicado que hacer pop o canciones al uso, porque en un instrumental todo lo tienes que trasmitir con una secuencia o con un ruidito, y el ruidito siempre tiene que ser la pera limonera o aburrirás a las piedras. La EDM ha prostituido la música electrónica hasta límites que rayan lo soportable por cualquier persona con gusto y criterio. Hasta las cantantes de flamenquirri dicen reinventarse con la música electrónica y lo hacen con bakalao delicatesen de 3 al cuarto y un bombo robustecido, y el puto autotune. Eso es lo que me hizo tener claro que no quería hacer techno, ni nada que tuviese un bombo house o de sota, caballo y rey. En Dormihcum tienes un bombo en «Haunted», el resto es batería acústica, secuenciada pero que suena a Silver Convention, a Blondie o a Chic.
En esa línea que hemos mencionado de recrear exactamente los sonidos que te obsesionan, tengo entendido que te habías emperrado en traerte a la cantante de Indeep para uno de tus temas. Me gustaría que les explicaras a nuestros lectores por qué justamente ella, y sobre todo que les cuentes cómo solucionaste al final su ausencia.
Pati Deluxe había cantado dos canciones en el disco. Las canciones que canto yo son de alguna forma las que vivo yo en primera persona dentro de la institución mental, y las que cantan otros son las que corresponden a personajes que me encuentro allí. La cantante de Indeep y el «Last Night a Dj saved my life» es el perfecto ejemplo de la cantante de música disco retro, sencilla y efectiva, por timbre, entonación, sensualidad y actitud. Yo sabía que podía imitar ese tipo de voz y de tono me iba bien. Luego se me ocurrió jugueteando intentar pitchear (retocar tecnológicamente cambiando el timbre) un poco mi voz y de repente surgió esa señora que parece una neoyorkina salida del Paradise Garage. Son accidentes que molan mucho y no puedes prever. Si no hubiese funcionado hubiese desechado la canción.
Para el efecto vocal que buscabas en «Tigers fighting spiders», sin embargo, no tuviste que buscar tan lejos.
Tuve que recurrir a uno de mis mejores amigos. Tengo buen ojo viendo el talento de los demás para cosas que ellos no han imaginado siquiera que podrían hacer. Fran Vurdalak es alguien divertido que suele ser el alma de todas las fiestas, la gente esperaría de el que hiciese algo tirando a lo cachondo, pero yo le conozco, es un tío enciclopédico en cuanto a sus múltiples referencias y vivencias. De él quería conseguir algo al alcance de unos pocos pero que sabía que haría muy fácilmente. Le dije que quería que recitara la canción como si fuese un hibrido entre Kid Congo, Jarvis Cocker, Gainsbourg y Leonard Cohen, y lo clavó, ¿por qué? Porque es brillante y yo sé que lo es.
Con la canción «Killer Shangri-lah» has conseguido recrear el ambiente tétrico y mágico de las canciones de las Shangri-Las, pero con un toque cinematográfico que recuerda mucho a las películas de David Lynch o incluso (a mí, personalmente) a ese escenario retrofuturista de cintas como Blade Runner, cuando el héroe entra en la cantina y encuentra a una bella señora cantando viejas canciones de jazz.
Ha sido mi canción más importante de todo lo que he hecho. El germen era el «A love like yours» de Ike & Tina Turner, la cara B del River deep Mountain high que les produjo Phil Spector. Otra referencia fue el «He hit me» de las Crystals, también de Spector, y de todo eso nació la idea de recrear ese sonido que me rechifla y que era un retro brutal. Me sorprende mucho lo del aire cinematográfico y lo de David Lynch, porque mira que soy fanático de Lynch, y de sus discos con Julee Cruise pero en ningún momento lo tuvimos en mente. La gente siempre trata de deconstruir lo que haces y tratan de convertir tu trabajo en el fruto de una especie de plan maquiavélico y sesudo, cuando es 100% inconsciente.
Por cierto, me alucina la diversidad de registros que has conseguido sacarle a Pati Deluxe. Sonar a Blondie en un tema, y a una especie de Patsy Cline / Ronnie Spector futurista en otro no debe ser sencillo.
No, no lo es. Yo se cantar, se cómo funciona una garganta, un diafragma, y si tengo alguien delante que nunca ha cantado como le estoy pidiendo se explicarle lo que tiene que hacer. Pati es insegura a veces, infravalora sus posibilidades vocales, pero a la vez tiene una valentía y carencia de prejuicios maravillosa, se lanza a la piscina y se deja llevar. Y eso es lo que le hará llegar lejos.
Y casi para el final he dejado la maravillosa «Let me in», la canción que abre el disco y que también abre esa puerta de entrada a ese inframundo que se llama Dormihcum. De esa canción podría estar preguntándote cosas durante horas. ¿Es la primera canción que hiciste? ¿Tenías pensado ya que funcionara como entrada al resto de la historia?
Es la primera canción que conceptualicé en mi cabeza de principio a fin, la que dio pie a todo el concepto del álbum, la que me hizo querer intentar llevar yo mismo el peso del disco vocalmente hablando, y tenía que ser la llave de entrada a todo lo que vendría después.
Sé que te hace gracia que cada uno describa tus canciones de forma diferente y te encuentre referencias distintas, así que te confesaré que «Let me in», en línea con el resto del concepto de Dormihcum, me recuerda mucho a la historia que se cuenta en «Hotel California» de los Eagles. Ya sabes, llegas a un sitio, te recibe un ser casi diabólico, todo tipo de seres extraños pululan por allí…
Bueno, lo de que la gente encuentre significados extraños o dispares me encanta. Lo de las comparaciones musicales ya me pone más nervioso, casi nunca aciertan con tus gustos o referencias, aunque como te he dicho es todo inconsciente, tanto en los creadores como en los oyentes.
La maravillosa melodía de cuerda que suena un par de veces a lo largo de «Let me in» me recuerda mucho al tema principal de la banda sonora de Cinema Paradiso. ¿Es una influencia reconocida, inconsciente, simple coincidencia?
La he escuchado antes de responder y me parece que no se parece en nada. No es una influencia en absoluto. «Let me in» nace del 4º Movimiento de la 5º Sinfonía de Mahler, y Sakamoto, o Bernard Herrman son influencias claras también.
En tu anterior disco te lo curraste todo tú, y aquí más o menos también aunque has acabado creando una especie de compañía discográfica, ¿cierto? Háblanos de Log Lady, cuéntanos si va a tener más actividad aparte de sacar tus discos, y si el nombre tiene que ver con el misterioso personaje de Twin Peaks, una serie de la que veo muchas influencias en tu música.
El nombre es por Twin Peaks, mi serie favorita y la que me parece la mejor serie de todos los tiempos con diferencia. No existiría el mundo serie de ahora sin Twin Peaks, fue la primera serie con factura cinematográfica, incomparable y tan adelantada a su tiempo que será moderna dentro de 30 años. No sé que voy a hacer con mi sello. De momento será el hogar de Pati Deluxe cuando grabe en solitario.
Hablando de proyectos, ¿Tienes previsto retomar tu carrera como productor?
Estoy componiendo para otra gente, no te quiero más detalles porque está todo en el aire, y espero tomarme un largo descanso y producirle un Ep a Pati Deluxe.
Aunque creo que admiras mucho a Scott Walker, Lou Reed o Bowie, en tus declaraciones tiendes mucho a desmitificar todo, incluso tu propio trabajo. ¿Crees que realmente todo esto de la fama, la genialidad y el estrellato es un cuento? ¿Eres así de cínico (filosóficamente hablando) con todo, o realmente queda algo/alguien todavía que te infunda admiración y te haga comportarte como un fan desquiciado?
No, te aclaro, tiendo a desmitificarme a mí. Soy sensible a la adulación pero para mal, no me siento cómodo, me parece una situación violenta, y que a un mindundi como yo le comparen con Bowie me parece una aberración, porque Bowie es dios y se merece que le comparen con gente que le llegue al chicle pegado de la suela de su zapato. Soy mitómano y fanático de TODO. Si tengo delante a un ídolo me convierto en estatua de sal y soy incapaz de articular palabra. Nunca le he dicho a alguien que admire que se haga una foto conmigo, a mi me gustaría más irme a merendar con James Murphy o a beber Absenta con Michael Fassbender.
Por último, sé que eres muy combativo contra la industria musical. Expláyate y dinos todo lo que piensas de sus males actuales, y si ves algún remedio.
La industria musical es ESTÚPIDA. Esta en manos de gente sorda, incompetente, sin visión comercial, sin cultura musical, cobarde y sin pasión por lo que hacen. Son vendedores de galletas metidos a AORs. La mayoría no saben lo que está ocurriendo, las cosas que se están haciendo ni nada de nada. Si periodistas musicales, o djs o simples melómanos manejaran las riendas de la industria otro gallo cantaría. La industria musical es la única que a diferencia de las otras no intenta ofrecer el producto más novedoso, más innovador, más diferente, más molón, que sea la novena maravilla en comparación a lo que saca la competencia, ellos no, ellos sota-caballo-rey, la batalla de los clones, de las bazofias y vamos a intentar ser todos igualitos igualitos. A las distribuidoras les llegas con el disco fabricado, con un dossier de 30 páginas de la prensa que te has currado tu mismo, con el disco sonando en radio 3 y con el vídeo de tu single en rotación en los canales musicales, y te contestan con «es que claro, te tenemos que abrir una cuenta, y eso lleva unos gastos, porque tenemos que tener una estantería para ti en un almacén y claro no compensa si vas a vender 20 copias». Pues si tienes 20 grupos con sus 20 copias ya tienes la estantería llena y a lo mejor acabas vendiendo algo más que lo que pretenden que les venda y no les vende. Las grandes superficies te dicen que van a vender tu disco a 10 € y llegas y te lo encuentras a 18€. Y te podría contar de todo.
Sólo salvo a la prensa musical, la inmensa mayoría es gente a la que le mola la música, que te trata con respeto, que se moja por ti y que no tienen reparos en darte una oportunidad antes incluso de saber cómo es tu disco o si te autoeditas. Pero ¿el resto de las piezas del engranaje?? Expediente X.