Caetano Veloso – Parque de Castrelos (Vigo)
El Parque de Castrelos se preparó con sus mejores galas para recibir a una de las figuras más importantes de la canción de autor. Caetano Veloso es el plato fuerte del festival Para Vigo Me Voy, donde, en principio, se dan cita los ritmos latinos. El año pasado ya tuvimos la suerte de contar con Gilberto Gil entre sus artistas, y este año hemos contado con su compatriota.
Eso sí, Gilberto Gil y Caetano Veloso sólo tienen en común su país de nacimiento (y más cosas, seguro, que desconozco), porque musicalmente no adoptan registros similares, y en directo es la prueba más fehaciente de poder comprobarlo. El primero basó su espectáculo en los ritmos más bailables de la música reggae y la bossanova, mientras que el segundo es más intimista y minimalista.
Así, con un escenario sin adornos de ningún tipo, con fondos totalmente negros y sólo con la presencia de una silla, una guitarra y un micrófono nos íbamos encontrando los que accedíamos al recinto.
Con un retraso de diez minutos salió al escenario el cantautor bahiano. Vestido acorde con el escenario saludó a los presentes, unos diez mil espectadores, y con su única herramienta de trabajo, su guitarra, comenzó su recital. Eso sí, empleó otro instrumento que domina a la perfección: su voz. Es impresionante el tono de voz del que hace alarde el artífice del movimiento tropicalista.
La conexión con el público fue total. “Me siento como en casa. Es muy bueno poder hablar portugués y que la gente te entienda”. Y es que la similitud del gallego con el portugués es notable. Pero no sólo fue en portugués en la lengua en que nos deleitó Caetano, también hubo un momento para el inglés, y por supuesto, para el castellano con su tema almodovariano, “Cucurrucucú Paloma”.
Fue una hora y media de recital, recordando viejos temas y los últimos de su reciente trabajo, Eu Nao Peço Disculpa, aproximadamente, donde se le obligó a hacer dos bises ya que el público parecía no querer abandonar el auditorio.