Festival Días Nórdicos (Veto + Lo-Fi-Fnk) – Neu Club! (Madrid)
Siempre es de agradecer un evento de estas magnitudes en la cada vez más gris capital, unos festejos que nacen con la pretensión de mostrar la cultura y el sonido de los paisajes nórdicos, aquí en lo que podríamos considerar las auténticas antípodas culturales y sociales de esos países de sociedades cuasi perfectas y de hieráticos sentimientos. La piedra angular de este evento, la conforman una serie de conciertos gratuitos que se salpican por toda la ciudad de Madrid, previa impresión de tu invitación vía internet, este año los más avispados pudieron disfrutar de decenas de conciertos. La cita del viernes, la de clausura, no dejaba de resultar cuanto menos curiosa. Por fin los casi imberbes Lo-fi-fnk venían a presentar su irregular segundo disco The last summer, pero con la convicción de que gran parte del recital se lo llevaría su luminoso álbum de debut, la sala se abarrotó.
Esta fue la noche de romper mitos, el primero en la frente. Los suecos Lo-fi-fnk perdieron el avión en París, y se pasaron la puntualidad sueca por el círculo polar. Bravo por la organización, que tuvo la gentileza de enviar un correo electrónico informando del percance a todos aquellos que nos habíamos dado de alta en su página web.
Sin embargo a pesar de los retrasos, la gran sorpresa de la noche la dieron los primero programados, Veto un quinteto de músicos daneses que arropando guitarras, electrónica y percusión supieron robar la noche a los suecos que suponíamos le seguirían los pasos en el escenario. Los primero minutos del concierto no presagiaban que aquello se fuera a tornar en divertimento, un batería con muchas ganas pero poco ritmo hacia que tropezaran unas canciones que no terminaban de prender. No fue hasta pasadas ya cuatro canciones cuando la chispa agarró y la sala entró en el redil. Su pop duro de toques áridos electrónicos terminó por compactarse y finalmente fueron los grandes triunfadores de la noche. Podemos bautizar a David Krogh, el guitarrista de la banda como el componente estándarte, el que acaparaba todas las miradas, mientras su música se adentraba más en terrenos progresivos, y su ilusión se contagiaba por toda la sala.
A continuación, tras un enorme descanso llegó el “minimísimo” concierto que pudieron dar Lo-fi-fnk, a pesar de entregarse por completo a la fiesta que tenían pensado dar. Venían con un setlist preparado del que los horarios de la sala sólo le permitieron tocar «Marchin in», «Shut the World out», la esperadísima «Want U» y «Sleepless», remodelada para la ocasión. Una pena porque los tíos estaban allí para hacernos partícipes de su dulzura y de su fiesta, entendida como un buen estudiante de Erasmus, con un sonido algo tímido en contraposición con los botes y gritos de júbilo de un público que vivió las cuatro canciones con demasiado rapidez, lo que provocó en más de uno la sensación de haber sufrido un “cohitus interruptus”. Se hizo inevitable y se acabó.