Sgto. García – Sin Fronteras (Virgin)
Es la lucha por la globalización de culturas, perdón, por la conjunción, la expansión y el enlace de culturas. Medio español, medio francés; Bruno García frontea con una voz que a veces parece escuchimizada, a veces histérica y a veces dulce; a Sargento García, como le llamaban al propio Bruno de pequeño.
Un grupo que de buenas a primeras te hace echar una mirada a la estantería para comprobar que Casa Babylon y Clandestino siguen ahí, por si acaso se han reproducido sin que te dieras cuenta. Muchas cosas en común, sí, pero con la diferencia de que Sargento García quizás lleguen un poco más allá en casi (y digo casi) todo. Más trabajo de estudio, más riesgo en las fusiones (ojo a esas incursiones en los sonidos africanos como en “Seremos”), pero quizás menos talento e inspiración. Qué le vamos a hacer. Otro ciudadano de mundo para el que el concepto de nostalgia o de morriña no tienen significado.
Y llegan, claro, con Sin fronteras, un título que ya avisa. Dentro… ¡Buff! La locura. Trece canciones para completar un disco de casi 70 minutos de duración, con desarrollos larguísimos, trompetas que vienen, entran, salen y vuelven a entrar; guitarras con su gusto de reggae y funk; pianos salseros y juegos de percusión endiablados para mitificar lo que el propio Sargento llama “salsamuffin”. ¿He escuchado incluso algún sample? Pues sí, y un pedazo de flamenco al descubierto en “Resísteme” que degenera (o regenera) hacia la sevillana. Un portento este chico.
Mucho más cañero y difícil de asimilar por mentes tendentes hacia el pop y el rock que otras propuestas del estilo como el ya mencionado Don Manu, empezar por la dulce “Los desaparecidos” es la mejor forma de entrar en el universo del Sargento, con un dulce reggae adornado por trompetas, un hammond espeluznante y detalles medio literarios como “Mi hijo Gustavo, estudiante de premedicina”. Que bien suena: “Estudiante de premedicina”, te entran ganas de estudiar eso de la premedicina.
Una mezcla que rezuma compromiso, denuncia e implicación, aunque en menor proporción que el anterior disco de la banda, “Un poco quema´o”, y bastante menos que en los inicios punk del sargento con sus primeras bandas, como Ludwig Von 88. Unas letras que animan a entrar en contacto con los demás, a dejarse llevar, a abrir la mente, en definitiva, a mestizarse. ¡Mesticémonos!¡Asssúcar!