The Good The Bad & The Queen – The Good The Bad & The Queen (Capitol)
Nos encontramos ante la nueva aventura ideada por la mente del inquieto Damon Albarn, que desde hace varios años no sólo es conocido como el líder de una de las bandas estandartes del pop británico, sino como un músico en continua búsqueda, capaz de montar un circo animado como Gorillaz, grabar un disco arropado por músicos de Mali, componer la ópera Monkey Journey To The West, colaborar con gente tan dispar como De La Soul, Marianne Faithful o Roots Manuva,… o destacar como un artista comprometido contra la guerra y el hambre en el mundo.
Ahora es momento de poner en marcha una superbanda que aglutina a personajes tan dispares como el mencionado Albarn, acompañado de Paul Simonon (bajista de The Clash), Simon Tong (guitarra de The Verve) y Tony Allen (percusionista nigeriano al que se le define como uno de los creadores del afro beat y que fue batería de, entre otros, Fela Kuti). Juntos forman The Good The Bad & The Queen, aunque según sus protagonistas, ése no es el nombre de la banda, ellos son simplemente una orquesta que ha editado un álbum con ese nombre. Un artefacto que puede entenderse «más como una colaboración, que como un choque de egos entre músicos temperamentales».
Para ello han reclutado a Danger Mouse (Gnarls Barkley) como productor, y han confeccionado un disco plagado de ambientes, efluvios psicodélicos, toques dub y oscuridad, que combina guitarras acústicas, ritmos jazzisticos, bajos acompasados y pasajes desolados. Un trabajo cosmopolita, con la ciudad de Londres como principal fuente de inspiración (la portada recoge una ilustración alusiva al gran incendio de tuvo lugar en la ciudad en 1666) y que contiene momentos deslumbrantes como el Spaghetti Western espacial de “Herculean”, el pop redondo de “Kingdom Of Doom”, las baladas “History Song” y “’80’s Life”, las brillantes percusiones de “Nature Springs”, la densidad de “Green Fields” o el apoteosis final en la homónima e intensa “The Good, The Bad & The Queen”.
Sin duda, un singular y recomendable álbum llamado a convertirse con el tiempo en objeto fetiche.