Discos

Wilco – Sky Blue Sky (Nonesuch)

Luces rojas y sirenas. Alarma. ¿Son ciertos los rumores que apuntan al séptimo disco de Wilco como un paso en falso en su impecable carrera? Sinceramente, no lo creo. Lo cierto es que este nuevo movimiento de ficha habrá descolocado a más de uno. Todo parecía indicar que entre Summerteeth (99) y el monumental Yankee Hotel Foxtrot (02) se había abierto una vía de no retorno, un salto cualitativo en cuanto a ambiciones y estilo de producción, una atalaya creativa desde la que no mirar atrás. A Ghost is Born (04) seguía en esta misma línea; los desarrollos laberínticos, los arrebatos eléctricos y los flirteos con el rock de vanguardia marcaban el tono.

Pero no. No es esto lo que encontramos en Sky Blue Sky, un disco marcado por la placidez acústica del fabuloso Being There (96) donde Wilco parecen recuperar el gusto por el country-folk de hechuras clásicas y pocos manierismos. A Jeff Tweedy y los suyos ya no les queda nada por demostrar y ahora tienen tiempo para detenerse y mirar a los ojos a clásicos de la altura de Dylan (“What Light”) o The Beatles (“Please be Patient with me”). “Sky Blue Sky”, la canción, suena a “Far, Far Away” y eso nunca puede ser una mala noticia. Antes de llegar al solo, “Impossible Germany” destila la serenidad de “Jesus, Etc” porque, no nos engañemos, Yankee Hotel Foxtrot tampoco era un álbum de Einstürzende Neubauten y bajo el tamiz experimental siempre se ha escondido la canción pop.

Aquellos que sean alérgicos a los solos de guitarra tendrán que aplicarse con la vacunación. La incorporación a la banda del virtuoso guitarrista Nels Cline es, posiblemente, el asunto más espinoso de estos nuevos Wilco. Por momentos, sus excesivas piruetas con la guitarra ponen al grupo de Chicago a un peligroso paso del abismo AOR. De todos modos, quien haya seguido la trayectoria de Loose Fur (el proyecto de Tweedy junto a Jim O’Rourke y el excelente batería Glenn Kotche) tampoco debería sorprenderse demasiado de los coqueteos de Wilco con el prog-rock de guitarras incendiarias. Ahí están los enérgicos punteos de “Side with the Seeds”, “Shake it Off” o “Walken” para corroborarlo y, ya de paso, dividir a los fans.

Jeff Tweedy es un hombre feliz que ha superado los fantasmas del pasado y este brusco giro de timón hacia aguas más tranquilas la única salida coherente al plácido momento vital que atraviesa su banda. ¿Disco menor? Para nada.

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