Jimi Tenor & Kabu Kabu – 4th Dimension (Nuevos Medios)
La música se forja en los cruces de caminos. No exactamente de la manera en que Robert Johnson se dejó el alma en algún cruce de caminos a cambio de convertirse en el mejor guitarrista que pudiera soñar, pero sí en el sentido que una música que se encierra entre sus montañas vernáculas es una música zombie, que camina y se mueve pero muerta por dentro. La música necesita de cruces de caminos donde tropezarse con otras ideas que le sirvan para mantenerse fresca y en forma, donde encontrar aquello que le falta, prestar lo que le sobra y descubrir lo que no sabía que existía.
Largos son los caminos que desde la Finlandia natal del señor Jimi Tenor llevan hasta un cruce frecuentado por africanos. Pero para alguien con una trayectoria tan ecléctica como la del finlandés, que ha tocado desde el jazz hasta el minimalismo o la electrónica más experimental, África parece ser un destino manifiesto. Jimi Tenor ahora sueña con ser el Fela Kuti blanco, quizás dándose cuenta de tal imposibilidad física, se juntó con Kabu Kabu, un grupo formado íntegramente por africanos, para conseguir transmitir con seguridad las ideas afrobeat que rondaban por su cabeza. El resultado, ya en su segunda colaboración conjunta, sigue adoleciendo de cierta indecisión conceptual. Fela Kuti no sólo llevaba los genes adecuados para hacer la música que ha inspirado a Jimi Tenor si no que, a diferencia del finlandés, él sabía muy bien qué quería hacer. En este disco Jimi se pierde, a veces tira hacia el funk, otras al jazz, a veces tontea con el soul e incluso cae en los peores vicios de esa cosa llamada tribalismo. Seguramente debe ser muy difícil armar un disco sólido con mimbres tan distantes y quizás lo mejor que se puede decir es que es un trabajo duro pero que alguien tenía que hacerlo.
De todos modos, lo que de verdad sorprende es que un disco con tantas lagunas sigue ofreciendo momentos realmente divertidos. El disco dista mucho de ser un mal trabajo, está lleno de ideas interesantes, más o menos desarrolladas, pero cuando Jimi Tenor deja ir las riendas y el espíritu afrobeat se deja sentir con más intensidad no resulta en absoluto aburrido. Por supuesto que hay canciones más logradas que otras, e incluso momentos muy inspirados son sucedidos por tramos realmente pesados, pero en general el disco transmite una cierta vitalidad que quizás no era el resultado más esperado pero ya debería saber que uno no siempre obtiene lo que buscaba en los cruces de caminos.