Kathryn Williams – The Quickening (One Little Indian)
No es demasiado complicado reseñar el nuevo trabajo de Kathryn Williams, The quickening (10), su octavo tiro certero de folk sencillo y de verdad.
La inglesa ha trazado un recorrido por la mejor tradición de raíces que la emparentan con figuras magnas como Joni Mitchell o alfareras de su generación como Rosie Thomas.
El disco está prácticamente grabado en vivo, sin adornos ni tomas prácticamente, y sabe dosificar de forma sabia la dulzura y la oscuridad, pergeñando un artefacto lleno de canciones memorables. “50 white lines”, el single de adelanto, es un tema perfecto, adictivo y que su autora definió como un tema a lo “Bonnie and Clyde”, relatando la urgencia y el transitar constante en la carretera de ciudad en ciudad.
En “Winter sharp” parece Steve Earle en versión femenina con querencias casi bluegrass y en la concisa “Black oil” emociona sin apenas esfuerzo armada de un bello piano. Su voz cristalina y la limpieza de cada composición, consiguen conmover sin hacer demasiado esfuerzo dramático, una contención que produce joyas como “Just leave”.
Una pena que artistas como ella pasen a un segundo plano entre una nueva hornada folkie tan aséptica, coyuntural y sosa. Si me lo permiten, unan a su nombre el de Grey DeLisle y Caitlin Cary. Hagan caso a un paria por una vez y no a las revistas de tendencias.