Beachwood Sparks – The Tarnished Gold (Sub Pop)
Beachwood Sparks es una banda rara. De las que molan. Tuvieron una efervescente actividad a principios de siglo (varios EPs y un par de discos), todo lo efervescente que permite el sol de Los Angeles. Sin embargo, a partir de 2002, se evaporaron como un vaso de agua en el desierto de Mojave en pleno agosto. Dedicados a otros proyectos, unos más extraños que otros (Interpol, Ariel Pink´s Haunted Graffiti), Beachwood Sparks no ha reaparecido hasta una década después.
Y al regreso le llamaremos The Tarnished Gold. Un disco con el que languidecer al calor de un verano sofocante. Un disco con el que ver tu pelo intentar echar el vuelo entre los rayos naranjas del sol. Una joya. Escuchar a Beachwood Sparks es revisitar a los mejores Byrds, es parar los relojes y ver pasar la vida en slow-motion. Lo más parecido a detener el tiempo con una sonrisa de felicidad. Sí, fe-li-ci-dad.
The Tarnished Gold es una obra que se consume sola. Es un todo. Una o(n)da al mejor country-rock. No lo intenten doblar en casa. Ya viene doblado. Con las curvas más abiertas, directo a sus hogares. Beachwood Sparks no entiende de ritmos circadianos, ni de cómo se mueve el mundo; ya lo dicen en la sinuosa “Mollusk”, “you control the space and the time”. The Tarnished Gold es un viaje en slide, una aventura en el que pisar el acelerador significa llegar a los ritmos de “Sparks fly again” y “The orange grass special”; folk sureño y saltarín alejado de los límites de velocidad.
En fin, un señor disco. Elegante, sin estridencias, lleno de melodías vocales y guitarras que llevaban casi cincuenta años esperando volver a ver la luz. Un oasis de autenticidad en medio de un castigado desierto de mediocridad.