Ianva – La Mano di Gloria (Alpha South)
Mientras esperamos a que aquí, en España, alguien se atreva a sacar un disco denunciando la actual situación de opresión (que no crisis) económica, decadencia política y dictadura oligárquica (si alguien lo ha hecho, que avise), en Italia, otro país que las está pasando igual (o más) de canutas, los descontentos ya tienen su banda sonora. Se trata, como no, del nuevo trabajo del grupo Ianva, un colectivo que lleva 10 años documentando la historia moderna de nuestros vecinos del Mediterráneo.
Sus anteriores álbumes estaban circunscritos a etapas muy concretas de la historia de Italia, no muy transportables como la nuestra (la anexión de Fiume, la 1ª Guerra Mundial, la unificación…) En «La Mano di Gloria» han avanzado un paso más, relatando en su habitual tono cinematográfico un hipotético futuro (que en realidad es el presente) en el que, según sus propias palabras, «Italia y Europa se encuentran bajo el talón de una oligarquía de iluminados».
Los recursos que utilizan los genoveses para transmitir el mensaje, muy claro a pesar de las dificultades (para los que no tenemos ni idea de italiano) del idioma, son los que Ianva viene utilizando desde su primer EP, allá por el año 2005: un ambiente cinematográfico, donde Morricone compone sus bandas sonoras de spaghetti western pensando en Scott Walker o en cualquier figura de la canción europea de la postguerra; un folk marcial, dramático, oscuro; una música que mezcla la tradición cabaretera europea con sonidos casi industriales, con las marchas militares y el spoken word; un muro de sonido construido con trompetas, trombones o timbales, y rematado con algunos sonidos de película bien elegidos. Todo muy difícil de catalogar en pocas palabras tanto en lo musical como en lo referente a las letras, aparentemente llenas de simbolismos como a ellos (huyendo de posicionamientos explícitamente políticos) les gusta.
Aunque canciones como «Edelweiss» (la más cercana al pop clásico), «Sul mio sangue» (¿alguien se acuerda de Matia Bazar, de Dalida, de Mina…?) o «Il bello Della sfida» se pueden disfrutar como unidades disgregadas e independientes, lo más aconsejable es escuchar el disco de principio a fin, intentando atender a las letras, y dejándose empapar de su atmósfera histórica, cinematográfica, social.
Tal vez esté pidiendo demasiado, pero si te gusta la música que te haga pensar, si estás tan aburrido del indie de manual como del mainstream amorfo o del buenrrollismo amateur, este puede ser tu disco para las próximas semanas.