Bishop Allen – Lights Out (Dead Oceans/Popstock!)
A veces la portada de un disco puede resultar ciertamente representativa del contenido que se esconde tras ella. Eso sucede, por ejemplo, con la imagen de las cuatro chicas bailando despreocupadas y divertidas desde una equina de la cubierta que envuelve la nueva e inspirada entrega de Bishop Allen.
Y es que el tercer álbum de la formación de Brooklyn no sólo es el mejor de toda su discografía, sino que se sitúa como uno de los destacados del indie-pop yanqui en lo que va de temporada. Lights Out (2014) resulta agradable y animoso desde el principio, y a partir de esa conquista inicial necesita de pocos pases adicionales para convencer definitivamente gracias a su coherencia, encantador magnetismo y la estabilidad de sus cuarenta minutos.
Una docena de cortes sin desperdicio ni altibajos, en los que el cuarteto maneja a su antojo y con envidiable soltura diferentes formas de un pop tan juguetón y pegadizo como en realidad elegante y solidamente apuntalado. Justin Rice y su mujer Darbie Nowatka interactúan y se reparten la voz cantante en un vínculo interpretativo de excelentes resultados en canciones como «Why I Had To Go», «Start Again», «Bread Crumbs», la juguetona «Skeleton Key» o «Good Talk».
La escucha del elepé remite intermitente y sucesivamente a artistas como Fanfarlo, Beck, Phoenix, The Ting Tings o esa clase de grupos suecos del tipo de Lacrosse o Acid House Kings que tan bien manejan el estilo. Un trabajo, en definitiva, de notable alto que se convierte obligado para los amantes del género gracias a su amplia efectividad y buen gusto.