Robert Forster + Clara Collantes (El Sol) Madrid 13/01/16
Podría parecer que un escenario se ve desnudo cuando es un instrumento el que únicamente aparece sobre él. Podría serlo y, de hecho, a veces es así. La exposición de lo mínimo hace que sólo haya dos cosas que puedan ser capaces de solventar la situación del directo: las canciones y la presencia.
En las primeras obra la magia de poder captar con casi nada toda la esencia de una composición y en la segunda es determinante el canal que hace que esa magia tenga un soporte digno y atrayente. Esta noche fue una rotunda muestra de que cuando una cosa va unida a la otra se puede llenar un escenario como se llena el entusiasmo de la gente.
Robert Forster vino guitarra en mano a repartir espacios de una carrera que, tanto en The Go-Betweens como en solitario, muestra una hábil tendencia a hacer canciones memorables que, con el paso del tiempo, van ganando en significados y significantes. Entre la socarronería y una elegancia verdadera, el australiano presento su sobresaliente Songs To Play, mostrando que en ese menos es más del talento expuesto en distancias deja respirar la creatividad de un compositor maduro que sigue mostrando los recovecos sentimentales con destreza.
De esa guisa, el de Brisbane soltó rasgueos, melodías e historias en títulos como “Let Me Imagine You”, “I Love Myself And I Always Have”, “Surfing Magazines”, “Songwriters On The Run”, “The House That Jack Kerouac Buid”, “Dive For Your Memory” (dedicada a David Bowie) o la preciosa “He Lives My Life”, en un acercamiento en el que destacaba lo esencial. Quizás por eso fue que desde el principio hasta el final la gente se mostró tan fervorosa con un Forster que dejaba notar que la veteranía es un grado cuando la emoción de tocar permanece alimentándose con el paso del tiempo.
Era evidente ver que lo ganado en ya varios años de andadura se desplegaba con la confianza de quien ha recorrido un camino de variedad en el que las subidas y bajadas han ido modulando un repertorio de pop brillante que, revisitando ciertos tópicos del abecedario emocional del género, ofrece puntos de vista que hacen que las canciones en directo tengan un pulso de nervio y movimiento que permite que el fraseo de Robert Forster sirva de andamiaje para una carrera que bien puede servir de ejemplo para entender por qué ciertas canciones pueden ser absolutamente frescas y atemporales.
Resumiendo, se puede decir que el concierto fue una espléndida constatación de que quien tiene mantiene, de que quien tiene contiene y sabe exponer. En esa línea de buscar exponer, la noche fue abierta por Clara Collantes que con un buen repertorio y una voz que muestra comodidad en unas canciones a las que les era fácil soltar imágenes que apuntan una buena capacidad para ir construyendo un cancionero que tiene toda la pinta de seguir confirmando el buen olfato de una compositora con maneras que apuntan buenos horizontes.
Sinceramente, no sé qué concierto vistes tú….