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Entrevista: John Mayall

«El blues siempre estará con nosotros, pues en cada generación surgen nuevos artistas que lo mantienen vivo»

Las figuras paternas gozan de un dogmático a la par que embelesador poder, y logran como ningunas otras inspirar temor y admiración en cantidades equitativas. Su alcance, por suerte, está programado por la biología antropológica para ser siempre limitado, sin importar cuán mormón o gran follador te diga que era tu padre a los 23; no sólo de polinizar vive el hombre.

Con las figuras paternas del blues, sin embargo, el tope no está marcado y la peligrosidad de su influencia, consecuentemente, se dispara. A no ser que se sea John Mayall, claro, padre inamovible (con el permiso de Alexis Korner, Cyril Davies y un par más) del desdorado blues británico. En ese caso concreto, la popularidad y el éxito discográfico te la sudan des de lo más profundo del alma y las preguntas que te hacen los periodistas, el triple. Con excusa de su inminente gira ibérica, hablamos (o algo por el estilo) con una leyenda andante y guitarrera para intentar descodificar la mística del blues. Spoiler alert: no lo conseguimos. Ni de lejos, vamos. Para que nadie se haga ilusiones. Que no, que no hubo manera. Lo sentimos.

Dicen que la gente deja de descubrir o de interesarse por nuevas músicas en cuanto alcanza los 30, una observación que, obviamente, no sería aplicable a alguien a quien, des del principio, nunca le importó demasiado la «música nueva». ¿Estás satisfecho con ser considerado como, indudablemente, uno de los más cruciales y productivos revitalizadores del blues del pasado siglo o, por el contrario, te ves más como una suerte de innovador mal comprendido?

Ciertamente nunca me siento mal comprendido porque hay bastante gente ahí fuera que sigue mi música y me hace sentir muy orgulloso de mis logros. También me siento afortunado por el hecho de que, a lo largo de mi carrera, rara vez he tenido problemas con las diversas compañías discográficas, y ahora que tengo muy buena relación con Eric Corne de Forty Below Records, que dirige y lleva las sesiones con sus artistas, siento que estoy en un muy buen lugar.

Como figura inmensamente trascendente que ha podido ser instrumental y fundamental en la misión de dar forma al blues durante su período histórico de mayor popularidad (los 1950s y 1960s), ¿crees que le queda algún futuro al género en ésta era contemporáne a de música computarizada?

El blues siempre estará con nosotros, pues en cada generación surgen nuevos artistas que lo mantienen vivo.

Habiendo sido un promotor central del movimiento del blues británico durante los 1960s que, desde la distancia geográfica y cronológica, resucitó una forma de arte Afroamericano menospreciada por sus originadores durante décadas, ¿tienes alguna idea acerca de por qué el blues, históricamente, ha atraído tanto a chavales británicos y menos a sus generaciones coetáneas en Estados Unidos? ¿Qué fue lo que te hizo conectar con algo tan aparentemente remoto durante tu niñez y adolescencia?

Empecé a coleccionar y a venerar discos de blues y de jazz a los 10 años, y la principal razón por la que los músicos de blues americanos nunca tuvieron tan buena acogida ni aceptación en su propio país es que, hasta los 1960s, los negros vivían una vida completamente separada de la de los blancos. La división racial en la historia norteamericana significó que su música no era escuchada por un público general. Sin embargo, la gente los idolatraba en Europa por lo que hacían.

Giraste con Sonny Boy Williamson II cuando vino por primera vez a Reino Unido junto a su inseparable bombín y su paraguas, entre otros grandes como John Lee Hooker o Champion Jack Dupree. ¿Cómo fue la experiencia de conocer y tocar con aquellos que de verdad saben de qué va el blues y lo llevan en la sangre? ¿Cambió tu percepción o estilo de apreciación por la música? ¿Te intimidó o te hizo sentir más legitimado en tu dedicación al género?

Nunca me intimidó en lo más mínimo trabajar ni tocar con ellos en las giras de clubes, pero sí que aprendí una cosa, y es que no hace falta tocar muy alto para que tu música se escuche.

Conociéndolo en persona, ¿ves algún ápice de verdad o empatizas con aquello que famosamente dijo Sonny Boy Williamson II sobre que los chicos británicos querían tocar blues «real bad» («con muchas ganas») y de verdad lo hacían, «real bad» («muy mal»)? ¿Crees que no se le da su merecido crédito al blues británico como género en sí mismo, sólo como movimiento que rindió homenaje y rescató a otro?

Sé a ciencia cierta que Sonny Boy hablaba de los Yardbirds cuando hizo semejante declaración, pero era sólo parte de su ingenio etílico. Nunca tuve problema alguno trabajando con él.

Durante años, fuiste el mentor entre bastidores de muchos jóvenes y ambiciosas amantes del blues que pasarían a convertirse en las mayores estrellas del rock & roll del planeta. ¿Era el talento así de fácil de encontrar en aquella época o tienes un ojo infalible para reconocerlo? ¿Cuál crees que fue la combinación de circunstancias que hizo a tantos músicos brillantes gravitar a tu alrededor?

Si escojo a alguien para trabajar juntos, siempre es porque admiro y me emociono con su música, y cuando trabajan conmigo, se permiten expresarse y desarrollarse como resultado de tal libertad musical.

Talk About That será el álbum número 66 de tu carrera, ¡y eso es un hito del que pocos se pueden jactar! ¿Qué le queda por decir a un músico que ya ha dejado atrás hasta una gira por su 80 aniversario y sigue dando guerra? ¿En qué porcentaje sigues tocando por puro placer y en qué otro continúas intentando mandar algún mensaje o comunicar algo?

Siempre he disfrutado estando en la carretera y actuando para la gente donde sea, y sin haber gozado nunca de un estruendoso éxito discográfico, me he podido permitir tocar como siento.

He leído por ahí que tienes por delante un tour de unas 130 fechas éste año. ¿Dirías que el blues tiene más sentido con la crudeza y la espontaneidad que ofrece el directo, y no tanto envuelto por la atmósfera premeditada del estudio? ¿Crees que esto es una característica particularmente palpable y propia del blues? ¿O te parece que el blues puede ser igual de intrincado y rebuscado que el rock progresivo, por ejemplo?

El trabajo en el estudio y en directo son muy diferentes, en el sentido de que en un concierto, exploras el medio sin tener en cuenta el sistema de sonido implicado, mientras que en el estudio se te da la oportunidad de dar forma a algo permanente. En la grabación, de todas formas, intento capturar el espíritu del directo en la medida de lo posible.

Hay algo en la música que haces que, a través de generaciones y continentes, todavía logra conmocionar y enamorar al público. ¿Qué separa al blues de cualquier otra forma artística que haya existido? ¿Cuál es ese sufrimiento humano que consigue capturar tan únicamente bien? ¿Te atreverías a decir que eres capaz de señalar su incomparable mística después de tanto años dedicándote a él?

El blues es la base histórica de la mayoría de músicas populares en el sentido de que habla de las grandes situaciones vitales por las que todos pasamos.

Y en último lugar pero no menos importante, y como Nardwuar the Human Serviette (grandísimo periodista musical canadiense) siempre pregunta al final de sus entrevistas, ¿por qué debería a la gente importarle John Mayall?

Porque es fiel a las formas en las que lidiamos con nuestras vidas.

Sea lo que sea lo que significa eso. Ladies and gentlemen, esto ha sido una leyenda al habla.

 

John Mayall estará actuando en los próximos días en España. Estas son las fechas de su gira por nuestro país:

Feb 11 Málaga Teatro Cervantes
Feb 13 Madrid. Teatro Nuevo Apolo
Feb 14 San Sebastian. Teatro Victoria Eugenia
Feb 15 La Coruña
Feb 16 Vigo Auditorio Mar de Vigo
Feb 17 Gijon.Teatro de Laboral
Feb 18 Zaragoza  Auditorio de Zaragoza
Feb 19 Bilbao. Sala  BBK
Feb 21 Barcelona Sala Apolo

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