El Columpio Asesino (Lula Club) Madrid 01/04/22
Nunca es tarde para volver a un disco como Ataque Celeste (Oso Polita, 2020), última entrega de El Columpio Asesino, que vio frustrada su presentación en condiciones al ser editado poco antes del confinamiento. Vamos terminando con ese doloroso letargo, con las sillas de plástico y los conciertos, como siempre los habíamos disfrutado, parece (por favor) que han vuelto para quedarse.
Un año después de su paso por Tomavistas Extra, los navarros se presentaban en Jaguar Club, nuevo ciclo de conciertos auspiciado por Intromúsica en la céntrica sala Lula Club. Era el momento de sumergirse en ese adictivo universo que desde hace dos décadas no ha dejado de crecer y evolucionar con sentido. Ellos son mucho más que que un himno como «Toro», canción que sirvió como palanca de su carrera, orientada desde entonces hacia los terrenos que aún siguen explorando: contundencia, oscuridad, letras retorcidas, guitarras, sintetizadores y unos ambientes entre el post-punk, el krautrock, Suicide y la distorsión.
La intro de «Babel» dio paso a un concierto que abordaron de manera inversa, arrancando en su última entrega y visitando, sobre todo, sus dos anteriores álbumes. La instrumental «Ataque Celeste» sirvió de calentamiento para que Cristina Martínez se paseara por el escenario para reinar en las celebradas «Huir» y «Preparada». La desoladora «Sirenas de mediodía» dio paso a la recién estrenada «La Niña Chica», donde Albaro Arizaleta tomó el mando para recordarnos desde su batería que “Todo el mundo sabe que nada va a cambiar». Llegó el turno (ahora sí) de atacar la «Babel» y adentrarnos en Ballenas Muertas en San Sebastián (2014) entre la tensión y ese adictivo pulso que tienen sus temas. De la turbia “La lombriz en tu cuello” a los alaridos de “Entre Cactus y Azulejos” o la evocadora “A la espalda del mar”, sin olvidar la que le da título al álbum, otro de los momentos de la noche.
Y de ahí al tramo centrado en Diamantes (2011), con cuatro de sus grandes canciones. De la siniestra «Corazón Anguloso» a «Diamantes» y la resplandeciente «Perlas», para cerrar el primer tramo del concierto con la mágica progresión de la vivaz y esperada «Toro». Apoteosis colectivo. Pero aún había más, y nos esperaba un bis que se abrió con «esa oscuridad que tanto nos gusta» como nos recordaba Cristina Martínez refiriéndose a «Susúrrame» y «Escalofrío». A partir de ahí, llegó «Floto», única concesión a De Mi Sangre Tus Cuchillas (2005), tras la que nos hicieron viajar a su debut con «Your Man Is Dead» y su genial versión del «Vamos» de Pixies.
Grandes.