Sharon Van Etten – We’ve Been Going About This All Wrong (Jagjaguwar)
La música de Sharon Van Etten siempre ha estado marcada por un tono abiertamente confesional, casi autobiográfico, y sin embargo en todos sus discos hay pasajes que apuntan hacia una especie de catarsis colectiva. Los eufóricos vientos de «Tarifa» o la explosión de rabia final en «Seventeen» son momentos de intensidad épica que en directo provocan una auténtica apoteosis en el público. Es esta capacidad para trascender la experiencia individual y apelar a lo común lo que la convierte en una de las compositoras más importantes de la última década: sus historias de amor tóxico, abusos, reafirmación y empoderamiento son las historias de toda una generación.
En We’ve Been Going About This All Wrong, su sexto álbum de estudio, Sharon Van Etten lleva esta capacidad hasta sus últimas consecuencias. Desde el We del título, el disco parece buscar cierto sentido de comunidad, pero siempre abordada desde su particular prisma y experiencia individual. Compuesto y grabado en su casa de Los Ángeles durante los meses más duros de la pandemia, las canciones no hacen referencia directa a esta, pero hablan de distancia, soledad y anhelo, sentimientos que todo el mundo ha experimentado en los últimos dos años. «Home to me», dedicada a su hijo, trata de la culpabilidad de una madre que por su trabajo se ve obligada a pasar largas temporadas fuera de casa, pero bien podría recordar a mucha gente a la lejanía impuesta durante el confinamiento. «Headspace» describe cómo la rutina en una relación parece haber apagado el deseo y, cuando este surge, nos habla de ropa interior vieja y alguien que susurra: “I wanted to feel ageless”, lo que probablemente haga sonreír a más de una pareja con muchos años a sus espaldas.
Pero, más que en las letras, esta búsqueda de catarsis se nota en la música, donde todo parece dispuesto para conducirnos a momentos de emoción desbordada. Poco a poco las canciones van creciendo en intensidad, ya sea a través de la instrumentación, como en la inicial «Darkness Fades», que comienza con voz y guitarra, pero uno a uno se van sumando instrumentos hasta terminar en un auténtico muro de sonido; las guitarras distorsionadas en «Anything», una de las canciones más rockeras del disco, que la acerca a su adorada Lucinda Williams; o la siempre imponente interpretación vocal, cuya intensidad creciente en «Darkish» es suficiente para transmitir esa grandilocuencia.
El synth pop de Remind me tomorrow (2019) sigue ahí («Mistakes» es lo más bailable que ha grabado hasta la fecha), pero mientras que aquel disco sonaba agresivo por momentos, como si la música estuviera pensada para chocar abiertamente con las letras y la melodía, creando así una atmósfera de incomodidad, aquí se relaja y se sitúa en segundo plano, siempre acompañando y dejando el protagonismo a la voz. Todo está integrado con tal fluidez que cuando en canciones como Come back las baterías programadas y los sintetizadores desaparecen y nos encontramos un sonido más clásico, cercano al de Are We There (2014), casi ni nos damos cuenta.
Porque el hilo conductor de todo el disco es la voz de Sharon Van Etten. Siempre ha sido una intérprete privilegiada, pero en esta ocasión demuestra una madurez, una confianza en sí misma y una increíble variedad de recursos. Como decíamos antes, en «Darkish» no necesita cuerdas ni instrumentación adicional para hacer crecer la canción, basta con la intensidad de su voz para llevarnos a ese momento de clímax emocional. En «Born» cambia abruptamente de registro y, mientras que en las primeras estrofas se muestra desafiante, en el estribillo se rompe y se vuelve frágil y vulnerable.
En la última canción, «Far Away», una conversación entre dos amantes durante la noche se percibe como un descanso antes de que el sol salga y los separe de nuevo. Algo parecido sucede con este disco: no es un disco luminoso, pero en su tramo final nos habla de aceptación, de construir un hogar en mitad de un mundo en llamas. El poder sanador de las canciones de Sharon Van Etten no reside solo en esa capacidad para hacer que reconozcamos nuestros miedos en sus miedos, sino sobre todo en que hagamos nuestras las revelaciones que ella experimenta. Un refugio, una toma de aire antes de volver a la oscuridad.
Un buen disco, quizá algo inferior a Remind me tomorrow, pero bueno igualmente