El origen del nombre de ocho clásicos del indie
Hace varias temporadas os hablé, aquí en Muzikalia, de cómo los indelebles The Housemartins habían llegado a colocarse ese nombre como banda. Extendemos aquí esta misma temática acerca de otros clásicos del indie y el porqué de su denominación cuando se fundaron.
1 – THE CARDIGANS
En cierto modo, se podría decir que todo se inició de modo casual en el siglo XIX, cuando a un celebérrimo general del ejército británico, llamado James Brundenell, Séptimo Conde de Cardigan, se le quemó por la parte de abajo un abrigo largo suyo, al lado de la hoguera de su chimenea. Así que, a través de ese lance fortuito, dicho militar y noble inglés inventó y concedió nombre a un tipo de chaqueta, la cual fue evolucionando y fueron fabricándose variantes de la misma (tanto en su textura como en su forma) durante el siglo XX; tornándose extremadamente popular dicha ropa en la propia Gran Bretaña; entre otros puntos geográficos.
Nina Persson, la cantante del grupo sueco que adquirió esta denominación grupal en cuestión, explicó que los mismos componentes del proyecto, también formado también éste por Peter Svensson, Magnus Sveningsson, Lars-Olof Johansson y Bengt Lagerberg, eran muy anglófilos, precisamente, en el momento de instaurarse el quinteto, en el Otoño de 1992 y que, consecuentemente, amaban todo lo que proviniese del Reino Unido, tanto por la música (The Stone Roses, The Cure o The Smiths) como por la cultura popular; incluidos los cardigans de lana. Así de ampliamente influenciados por lo inglés se sentían aquellos muchachos, desde su nórdica ciudad natal, Jönköping, a 140 kms de Goteborg; en aquel año 92.
Sin embargo, la propia Nina Persson matizó y esclareció que, realmente, fueron a los otros miembros del grupo, o sea Peter Svensson y cia., a los que se les ocurrió tildar al grupo como The Cardigans y es que la misma Nina, inicialmente, incluso puso en entredicho este sobrenombre para la banda. Sin embargo, con el paso del tiempo, ella dejó de pensar en ello como una vestimenta y asumió que se trataba, solamente, del apelativo de la agrupación; así que a Persson dicho particular apodo le acabó pareciendo bien, a la larga.
Otra teoría del origen nominal de The Cardigans es que a un camarada de la propia formación sueca le agradaba mucho la aludida prenda de vestir; aunque, según otras versiones, nadie del propio quinteto noreuropeo recuerda, con exactitud, como es que se auto-bautizaron así.
2 – PRIMAL SCREAM
Fue el año 1970 cuando emergió esta noción por vez primera.
En aquel preciso instante, el psicólogo californiano Arthur Janov publicó el controvertido libro The Primal Scream: Primal Therapy, The Cure For Neurosis (significa “El grito primario: terapia primaria, la cura para la neurosis”).
Dicho volumen trataba de como dicho profesional de la medicina trataba a sus pacientes adultos a través de una terapia de revivir traumas infantiles para tratar de expulsar éstos del inconsciente del sujeto por medio, por ejemplo, de fuertes chillidos como los de un bebé alterado.
Aunque la comunidad médica no concedió soporte ni base a esas prácticas psicoterapeúticas de Janov, una máxima celebridad de la música sí que consideró que aquel novedoso método podía ayudarle: se trataba nada menos que de John Lennon, el cual siguió un tratamiento de cuatro semanas bajo la supervisión y las indicaciones del mentado doctor Janov, en persona; en aquel año 70.
Lo que Lennon buscaba era enfrentarse al dolor reprimido por los motivos de que sus padres lo abandonaran, relativamente, cuando él era solo un niño, en 1946 y de que su madre Julia falleciera, en 1958. Tanto es así, que incluso durante la canción “Mother” de su primer LP en solitario, de 1970, el legendario cantante de Liverpool daba unos desgarradores y catárticos gritos en la parte final del corte, en concordancia con todo aquel liberador aprendizaje psíquico.
Ya en 1982, desde Glasgow, el cantante Bobby Gillespie y el guitarrista Jim Beattie fundaron su propia banda a la que decidieron asociar, directamente, con esta citada denominación de Primal Scream (“grito primario”, repetimos), ya que se sintieron identificados con aquella obra de Arthur Janov; la cual también hablaba de que el Arte debe ser algo instintivo y especial, abordando las fibras más íntimas del espectador. En definitiva, que los aquellos dos músicos escoceses decidieron aplicar ese intenso concepto emocional a su propio sonido, a partir del año 82; recalcamos.
Apuntaremos también, de paso y de refilón, que un año antes, en 1981, desde Bath Town, en Inglaterra, un capítulo titulado “Tears for Fears” (“Lágrimas en lugar de miedos”) perteneciente a otra obra, Prisioners of pain, del propio psicólogo Arthur Janov también influenció, decisivamente, a dos jóvenes intérpretes llamados Roland Orzabal y Curt Smith…
3 – GARBAGE
Fue en 1993 cuando la escocesa Shirley Manson y los estadounidenses Butch Vig, Duke Erikson y Steve Marker (estos tres últimos ya trabajaron juntos, anteriormente, en los grupos Spooner y Fire Town) armaron una banda y mientras iban probando de tocar las primeras maquetas, el propio Vig iba escribiendo unas frases en un diario; donde en una de ellas expresaba: “la banda trabaja sin parar sin pensar en nada genial y cuando menos esperas todo encaja…Espero que toda esta basura se convierta en algo hermoso”.
Podría ser que eso de la “basura” provenga de que el percusionista Paulie Ryan, le hubiera dicho previamente, a su compinche, el batería y productor Butch Vig, que su música sonaba precisamente de esa inmunda manera al escuchar una primera demo de la canción “Wow”. El mismo Vig le contestó a Ryan que en algún momento iba a convertir esa “basura” en una canción. Por otro lado, según el guitarrista y productor, Steve Marker, el grupo anhelaba tocar música pop que sonase lo más horrible posible, en aquel año 93.
Por lo visto, en vez de enojarse por esa observación ajena, a los cuatro componentes de la por entonces desconocida formación, es decir, a Shirley, Butch, Steve y Duke, les hizo tanta gracia ese sustantivo de Garbage que adoptaron definitivamente, de modo sarcástico, ese calificativo para su proyecto.
Se cuenta que, tras su salida del combo Angelfish, la propia vocalista Shirley Manson estaba muy contenta de enrolarse en otra aventura musical, así que que llamó a su madre para comunicarle lo de su inclusión definitiva en el nuevo cuarteto; sin embargo, cuando la chica pronunció por teléfono como se denominaría su segunda banda, su progenitora tuvo que contener las lágrimas en los ojos.
También se ha comentado, según otras versiones, que ese calificativo de “basura” lo habría empleado el padre de la misma Shirley al escuchar los primerizos ensayos del cuarteto. Por otro lado, el propio grupo, en alguna entrevista, declaró que se pusieron ese peculiar alias de Garbage porque el inicial que habían pensado, Hootie and the Blowfish, ya se lo había agenciado otro combo antes.
Opino que esta banda comenzó a sonando excelentemente en sus primeros discos y éstos no eran “basura”, ni muchísimo menos y es que las 17 millones de copias vendidas de todos sus LPs alguna señal ofrecen de que Shirley Manson y compañía hicieron las cosas de forma realmente óptima.
4 – ARCTIC MONKEYS
Un nombre tan atractivo y curioso como Arctic Monkeys (“Monos Árticos”) merece la pena saber de donde procede, sin embargo, se generaron una serie de confusiones acerca de este término.
En primera instancia, parece que fue el guitarrista Jamie Cook quien aportó lo del simiesco seudónimo ya que por lo visto, desde niño siempre había deseado figurar en una banda que se llamase de ese mismo modo. Sin embargo, sus tres compañeros de Arctic Monkeys afirman desconocer de donde sacó Cook ese animalesco mote y los otros tres aseguran, con tono jocoso, que el mismo Jamie se hallaba ocultando el origen de la frase.
Adicionalmente, circuló la creencia de que aquella era la designación para una agrupación en la que militó un tío del batería Matt Helders, en los años 70. Para complicar todo el asunto más aún, se rumoreó que el padre del cantante Alex Turner tocó en una formación designada como Arktik Monkeez y de ahí la derivación lingüistica, aunque el propio Alex expresó que Arctic Monkeys es un deficiente nombre para un conjunto musical pero que es el único término que siempre manejaron dentro de su clan instrumentista.
Sin embargo, parece que todo ésto anterior de como se llegó a lo de “Monos del Ártico” resultaron falsas hipótesis que difundieron los propios miembros del cuarteto británico ante la creciente e insaciable curioseo de sus fans acerca del tema y para generar una mayor cábala mediática respecto los entrevistadores de la prensa especializada; los cuales también deseaban conocer detalles sobre ese germen nominal.
Pero consideremos una posibilidad más. También se produce el hecho de que este cuarteto es procedente de la septentrional Sheffield, donde se fundaron en el año 2002 y matizaremos que, desde el Sur británico, a la gente del Norte Inglaterra se les conoce, despectivamente, como “Northern Monkeys” (“Monos norteños”), algo que se debió mezclar, chistosamente, con venir del Polo Norte y así, todo ello, tal vez, podría haber conformado una respuesta altamente burlesca de Alex Turner y cia. porque ellos, realmente, se hallan orgullosos de su lugar de procedencia.
De todos modos, insistimos que nunca quedo nítido del todo la fuente del nombre grupal y eso mismo no hace más que alimentar el mito sobre ello.
5 – BELLE AND SEBASTIAN
Después de participar en grupos de nula repercusión como Kintyre Keynotes o Lisa Helps The Blind, el novel cantante y compositor escocés Stuart Murdoch decidió presentar, en Glasgow hacia 1995, unas maquetas de sus canciones a la emisora local Radio Scotland, bajo el nombre provisional de Belle and Sebastian. Poco después, a principios de 1996, el mismo Murdoch decidió recurrir, definitivamente, a este último apelativo destinado ahora a un proyecto musical más sólido que el mismo músico había montado en la Universidad Stow, de la misma Glasgow, junto al bajista Stuart David, el guitarrista Stevie Jackson, el teclista Chris Geddes, el batería Richard Colburn y la violoncelista / cantante Isobel Campbell; con la colaboración del trompetista Mick Cooke.
El nombre otorgado a aquella congregación melódica lo extrajo el mismo Stuart Murdoch de la novela infantil, de 1966, de la escritora francesa Cécile Aubry, donde los protagonistas son un niño de 6 años llamado Sebastién y su perra Belle; los cuales viven en Los Alpes galos. Un poco antes, la propia Madame Aubry ya había llevado la misma historia a una serie de televisión, en el año 1965, con su propio hijo, Mehdi, de protagonista y tres lustros más tarde, dichos capítulos fueron transportados al formato de dibujos animados por unas empresas japonesas, concretamente, en 1981.
En aquel momento de 1995, Stuart Murdoch intentó pedir permiso a varias factorías de difusión para registrar el nombre de aquella cuadrilla musical pero no obtuvo respuesta de nadie. También, de manera casual (¿o era el destino?), reforzó definitivamente el tema de llamarse Belle and Sebastian, el juego de palabras que se producía con la propia violonchelista Isobel Campbell a la que sus allegados más próximos (incluido, su amante por entonces, el propio Stuart Murdoch) llamaban por el cariñoso diminutivo de “Bel”.
Tres años después, cuando Belle and Sebastian recibió el premio a “Mejor Banda Revelación” por su tercer LP The Boy with the Arab Strap durante los afamados premios Brit Awards, de 1999, todo el planeta musical empezó a saber quienes eran, de verdad, aquella impresionante, irresistible, prolífica, cautivadora, entrañable y tan original banda.
Incluso se enteró de ese primer impacto popular, precisamente, la propia escritora Cécile Aubry a la que, por contra, no agradó en modo alguno que aquellos músicos escoceses estuvieran utilizando el título de una de sus novelas. Entonces, Stuart Murdoch, Isobel Campbell y Richard Colburn viajaron hasta París para conocer a la autora y tratar de convencerla para que les permitiera continuar empleando la denominación y aunque la misma Cécile se mostró escasamente convencida de ello, finalmente acabó ella aceptando el conceder el “préstamo” pero con cierta desconfianza por su parte…
6 – OASIS
En principio, en el año 1991, en Manchester, el inexperto vocalista Liam Gallagher había ingresado en una banda conocida como The Rain, donde ya se hallaban enrolados Paul “Bonehead” Arthurs (guitarra), Paul “Guigsy” McGuigan (bajo) y Tony McCarroll (batería); aunque este cuarteto no parecía disponer de muchas melodías, ni en cantidad ni en calidad.
Por otro lado, estaba el guitarrista Noel Gallagher que, desde 1988, fue aprendiendo el oficio de la vida de un músico primero trabajando de asistente de conciertos para sus ilustres paisanos de Inspiral Carpets, aunque aquel muchacho ya tenía compuestas un abundante número de canciones propias; aunque éstas aún permaneciesen inéditas.
En eso que Liam Gallagher, en aquel año 91, se puso revolver en el cuarto de su hermano mayor, Noel, donde ambos vivían de niños con su madre y el cantante encontró un cartel anunciador de un centro deportivo llamado Oasis Leisure Centre, en la ciudad sureña de Swindon; en referencia a un concierto que habían ofrecido allí los propios Inspiral Carpets. De todos modos, además de hacer homenaje a ese evento sonoro en aquel edificio, el mismo Liam también explicó que no solo eso le influyó a la hora de renombrar a su conjunto rítmico, sino que en la misma Manchester había visto el chico varios emplazamientos como un kebab, una lavandería, una estación de taxis ¡e incluso una lencería!, los cuales también se llamaban todos Oasis.
Entonces efectivamente, en aquel año 91, Liam Gallagher se decidió a cambiar el inicial “lluvioso” nombre del combo, The Rain, por ese otro que hacía referencia a ese florido paraje con agua en medio del seco desierto. Como añadido, Liam pensó que si reclutaba a un compositor tan prolífico y tan bueno como Noel, el proyecto se reforzaría enormemente. Sin embargo, a éste segundo le pareció horrible como cantaba su hermano pequeño y aparentemente, no tenía ninguna intención de tocar con él en su banda pero, en realidad, estaba disimulando ya que el mismo Noel Gallagher sí que se encontraba impresionado, en el fondo, por como vocalizaba los acordes su familiar.
Oasis había nacido.
Por supuesto, Liam Gallagher ofreció su propia versión acerca que Noel le suplicó de rodillas que deseaba entrar en el grupo, aunque, por contra, el hermano mayor aseguró que puso la condición al resto de que él mismo sería el “jefazo” si accedía al nuevo combo y además, Noel les comunicó a todos que si él mismo no era el compositor principal de Oasis, aquello no iba a triunfar de pleno.
Paul Arthurs, Paul McGuigan y Tony McCarroll votaron a favor pero Liam lo hizo en contra; es decir 3 a 1 en el marcador. Ya conocemos todos y todas la eterna guerra que estos dos parientes cercanos han llevado a cabo siempre, entre ellos, incluso desde el principio de su odisea musical juntos, a partir de 1991.
7 – THE WHITE STRIPES
Siempre contiene episodios inusuales la crónica general de esta banda y en la elección del nombre no iba a ser una excepción. A mediados de los años 90, el músico Jack Gillis, se hallaba tocando la batería en un conjunto de country-punk llamado Goober and the Peas, cuando entonces conoció a una camarera llamada Meg White, en un restaurante del estado de Michigan. Primero el muchacho y la muchacha se hicieron amigos, después se enamoraron visitando juntos tiendas de discos o yendo a conciertos y finalmente, se casaron, en 1996: hasta ahí todo habitual, sino fuera porque el extravagante Jack tomó el apellido de su reciente esposa en contra de la tradición de, sobre todo, los países anglosajones.
Fue entonces, cuando de manera aficionada, la misma Meg comenzó a dar clases de batería mientras su marido Jack White recalaba en otras bandas como The Go. Entonces, en 1997, la pareja consideró, más seriamente, en formar un proyecto musical compuesto por ellos dos solos y barajaron nominarse como Soda Power o también Bazooka, por ejemplo.
Se daba la circunstancia de que a Meg White le gustaban mucho el sabor de esos dulces llamados peppermints candy y el nombre definitivo de la dupla armónica parecía que iba ser, efectivamente, Peppermints. Sin embargo, como esos mismos peculiares y redondos caramelos poseen una apariencia de rayas rojas y blancas, los mismos Meg y Jack hicieron un juego de palabras con el apellido matrimonial y, siempre con el reflejo de la niñez presente, el dúo pasó a llamarse The White Stripes (“Las rayas blancas”), en ese año 97; además de que los bombos de la batería de Meg White fueron diseñados con un aspecto que tenía esos dos colores de la golosina comentada.
Sin embargo, según el sobrino de Jack White y baquetero del grupo Dirtbombs, Ben Blackwell, pudo también influir que frente al jardín de la casa de la propia pareja, ellos tenían apilados unos ladrillos viejos donde estaba escrita la palabra “blanco”. Además dicho familiar de Jack, es decir Ben, opinó que con ese raro apelativo de The White Stripes, la gente pensaría que eran un grupo de “cabezas rapadas”.
Resultó entonces la anécdota de que cuando los mismos The White Stripes aún era unos desconocidos y publicaron sus dos primeros sencillos con Italy Records, “Let’s shake hands” y “Lafayette blues”, en 1998, mucha gente pronunciaba o escribía de forma incorrecta el nombre de la banda con ejemplos como “The White Stripe” (sin la “s”) , “White Strike” o “White Strikes”; además de que les anunciaban, erróneamente, en los conciertos en algún bar como “The Light Strikes”, en aquellos citados principios del año 98.
Algo más tarde, en el año 2000, el peculiar tándem de Detroit se divorció pero, curiosamente, ambos siguieron integrando el grupo, con lo que Meg y Jack empezaron a presentarse, falsamente, como “hermanos” ante la audiencia melómana y la prensa. De ahí, a la celebridad mundial ya no hubo apenas distancia.
8 – THE STONE ROSES
Entre 1981 y 1983, el cantante Ian Brown y el guitarrista John Squire, habían encabezado una serie de bandas que se fueron designando, sucesivamente, como The Patrol, The Fireside Chaps o The Waterfront.
En un principio, la mayoría del público melómano aceptó que el nombre final del grupo conformado definitivamente, en el año 83, por los propios Brown y Squire, además de Alan “Reni” Wren (batería) y Gary “Mani” Mounfield (bajo), provenía de la canción “English Rose” de The Jam, debido a que el mencionado cuarteto de Manchester son muy admiradores de esta agrupación británica; liderada la misma por Paul Weller. De hecho, circuló la historieta de que Ian Brown y compañía, provisionalmente, adoptaron también incluso como cuarto apodo de la nueva camarilla musical eso de la “La Rosa Inglesa”; antes de acabar mutando hacia la quinta y “pedregosa” denominación final; sobre la cual también se teorizó sobre que también era un tributo al nombre de The Rolling Stones. Por contra, el mismo Ian Brown siempre negó todas estas habladurías y es que el vocalista británico no se explica de donde salieron todas esas ajenas conjeturas rodantes y esa mezcla de los términos “stone” y “rose”.
Ya después, brotó una teoría más consistente que las anteriores y es que, en 1958, se publicó una novela sobre espías que operaban en Praga, en plena Guerra Fría y que se titulaba, precisamente, The Stone Roses (“Las Rosas de Piedra”); con la autoría de la escritora británica Sarah Gainham. Así que, cabe la posibilidad de que el encabezamiento de esta thrilleresca obra literaria calara, de veras, en la mente del guitarrista John Squire y éste último lo propusiera a sus otros tres compañeros para bautizar su proyecto rockero.
Otra de las principales motivaciones e influjos para tildarse como The Stone Roses pudo ser el sugestivo contraste entre los conceptos contrarios entre sí de “ligero y pesado” o también de “duro y suave”, lo cual fascinaba al propio John Squire y es que recordemos que a lo largo de la línea temporal del rock nos topamos con muchos otros ejemplos de este atrayente antagonismo nominal como, por ejemplo, Led Zeppelin (“Zeppelin de plomo”), Aerosmith (“Herrero aéreo”) o Iron Butterfly (“Mariposa de hierro”); entre otros muchos…