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Chrystabell / David Lynch – Cellophane Memories (Sacred Bones)

El uso del sonido siempre ha sido primordial en la concepción de entender el cine en la cosmología de David Lynch, y un elemento que ha creado escuela para posteriores cineastas. Lynch pervierte el sentido del sonido dotándolo de una idiosincrasia propia que no podemos desligar de las imágenes. Ya en sus cortos primerizos –Sailing with Bushnell Keeler es una de las más paradigmáticas- abogaba por crear atmosferas intrigantes, unas veces subrayando escenas concretas para activar los resortes que coaptan a las imágenes, y en otras dejando que la música, el sonido incidental o el ruido aparezcan como elementos mutantes y que consiguen desestabilizar a los sentidos. Posiblemente sin ese ruido inmisericorde que se escucha en todo el metraje de Cabeza Borradora no estaríamos hablando de la misma película, o esos míticos playbacks en Terciopelo Azul, o Rebekah del Rio cantando “Crying” en el Club Silencio en Mullholland Drive. Un imaginario en donde cohabitan el surrealismo, la abstracción, la fantasmagoría, y el sempiterno anhelo lynchiano de sabotear formas, texturas, y quebrantar ideas preconcebidas.

La colaboración de la tejana Chrystabell y el cineasta de Montana se remonta a 2006 cuando apareció una de las canciones de ella en la mencionada Mullholland Drive (“Polish Poem”), y luego vendrían dos trabajos conjuntos previos – This Train (2011), y el epé Somewhere In The Nowhere (2016)- hasta llegar a este mayúsculo Cellophane Memories (Sacred Bones Records, 2024).

Con una portada que ya se revela como intrigante (primer plano de una orquídea con juegos de policromías) la pareja parece que esté invitando al oyente a adentrarse dentro del corazón de la flor a través de un estallido de luz amarillenta y espectral. La música del disco es un compendio de diez canciones que parecen surgir de una no-realidad inasible, con un componente emocional varado entre el sueño y la vigilia.

Su fiel colaborador Angelo Badalamenti colabora en los sintetizadores en un par de temas: la inicial “She News” podría estar en la banda sonora de Twin Peaks (atmosferas flotantes que sostienen la bella voz de Chrystabell que canta arrastrada entre susurros y marismas, y “So Much Love” que, de nuevo, serpentea sobre una ingravidez preñada de misterio.

El prestigioso ingeniero de sonido y músico Dean Hurley también se une al experimento poniendo bajo y batería en la fenomenal “The Answer To The Questions”, una larga letanía con unas sinuosas líneas de Telecaster emitiendo su twang característico. Todas las demás composiciones tienes los arreglos de Lynch, y están a gran altura. El twang mece la perezosa “You Know The Rest” que es pura abstracción sonora con resonancias a Dead Can Dance, “Two Lovers Kiss” recuerda a las ensoñaciones confeccionadas junto a Julee Cruise, y con “Sublime Eternal Love” finaliza este viaje a la oscuridad y al mundo onírico con un sintetizador que sostiene unas notas que va repitiendo, resguardando la voz, aquí casi a punto del requiebro, de una inmensa Chrystabell.

Escucha Chrystabell / David Lynch – Cellophane Memories

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