Biznaga – ¡AHORA! (BMG / Montgrí)
Biznaga siguen afianzándose como una de nuestras bandas más necesarias con su nuevo trabajo, un disco para radiografiar los problemas del mundo actual con la crudeza que merecen. Haciendo un paralelismo con veteranos como Ilegales, en cuyas canciones siempre encontramos cierto poso, se centran en el hoy y miran a los problemas de frente. Si los de Jorge Martínez promulgaban eso de «¡el momento es ya!», ellos nos espetan un ¡AHORA!, en toda la cara. Un zarandeo necesario para despertar y ponernos en pie ante a lo que nos come.
Amplificando todo lo que ya mostraban en Bremen No Existe (2022) y siguiendo una deriva menos punk que la de sus comienzos; esa que emprendieron tras el más que necesario Gran Pantalla (2020), nos entregan «once canciones de amor y acción», como bien reza la pegatina que adorna su portada. Once pepinazos de rock instantáneo y efervescente, con guitarras contuendentes y un halo muy noventero que sirven como colchón a Álvaro García para gritarle a esos efectos devastadores del capitalismo actual, que tienen consumida a nuestra socuedad. La precariedad imperante, la cada vez más frágil salud mental y las desoladora situación de la vivienda, son los tres ejes sobre los que pivotan estos 33 necesarios minutos. Desde que descubrimos «El Entusiasmo» vimos que volvían con más fuerza que nunca «El entusiasmo es una disidencia contra la sumisión», un «Si no luchas te matas» (de nuevo Ilegales) en toda regla para levantarse y buscar esperanza a pesar de todo.
Ver cómo llaman a las cosas por su nombre en «El futuro sobre plano», abominando la gentrificación y los desahucios o cómo nos hace asomarnos a ese «Espejo del caos» que refleja una triste realidad que más de uno conocemos: «No se quieren ya, no se soportan (…) pero cada mes se necesitan para pagar el alquiler». Ahí tienen también la explotación abordada en «La gran renuncia» («Más esfuerzo bro, no es suficiente») y cómo terminamos petando para terminar hasta arriba de «Benzodiazepinas», ese ansiolítico que ayuda a seguir adelante por muy jodidos que estemos. La sociedad está podrida como bien cantan en «Requiem por un rider» con la colaboración de Anxela Baltar de Bala y los trabajos basura matan. Una serie de verdades aplastantes que terminan de redondear en la también genial «Lorazepam y plataformas» que llega a conclusiones un tanto desoladoras: «Somos la juventud quemada en la pila del progreso. Franquicias afectivas de un fondo de inversión».
Más necesarios que nunca.