Entrevistamos a Rachid B
La música que nace desde la entrañas, desde la mirada de un emigrante que se expresa en su lengua en una tierra extraña, pero que intenta echar raíces, esa es la que ha obrado el milagro con Rachid B y su excelente disco El Ghorba (Discos Centeneros).
Un disco que nace de la necesidad de expresar sentimientos a través de versos sencillos y bellísimos suenan a través de pop, blues y tradición marroquí.
Charlamos con su autor acerca de su visión como emigrante, su proceso de creación entre otras cuestiones.
“La música me sirve para narrar y pintar atmósferas, mientras que la pintura me ayuda a visualizar”
Primero de todo, me gustaría saber cuándo llegas a España y qué te motivó a hacerlo.
Llegué a España en el año 2000 tras obtener un visado artístico. Mi propósito inicial era colaborar junto a otros artistas en una exposición colectiva en Francia. Soy de Asilah, una ciudad situada en el norte de Marruecos, conocida por su festival de arte pionero a nivel nacional e internacional. Finalmente, terminé viviendo en Madrid gracias a una relación sentimental; ciudad donde he vivido todas mis movidas como emigrante.
Eres pintor y, escuchando tus canciones, me da la sensación de estar viendo pequeñas escenas costumbristas que podrían trasladarse a un lienzo. ¿Música y pintura van muy interrelacionados en tu obra?
Sí, totalmente. Considero que la música y la pintura son lenguajes complementarios en mi trabajo.
La música me sirve para narrar y pintar atmósferas, mientras que la pintura me ayuda a visualizar. Me considero muy afortunado de poder contar con dos canales de expresión distintos. Disfruto mucho de ambos procesos, aunque cada uno de ellos conlleva diferentes maneras de abordarlos.
¿Cuáles fueron los acicates que te motivaron a grabar El Ghorba? ¿Explicanos un poco la gestación de este disco?
Varios fueron los acicates que me motivaron a grabar ‘El Ghorba’. La palabra ‘Ghorba’ significa ‘nostalgia’ o ‘estar lejos de casa’ en árabe, y el disco es un reflejo de toda mi travesía vital.
Los principales motores fueron:
Quería plasmar la dualidad de vivir en Madrid (la ciudad que me acogió) y, a la vez, sentir esa conexión constante con mi Asilah y mis raíces marroquíes.
La necesidad. Sentí la urgencia de utilizar la música como un canal más (además de la pintura) para narrar las ‘movidas’ y experiencias personales que he vivido como inmigrante a lo largo de estos años.
Gestar y grabar El Ghorba fue gracias a los cuatro amigos del Barrio de Hortaleza: Nacho y David Rodríguez (Estrella de David), Cesar / Sergio. sin ellos no hubiera sido posible esta aventura . ¡Muy agradecido!
¿Cómo fue tu relación con David Rodríguez en la producción? También colabora Xisco Rojo, un excelente guitarrista…
Los dos son geniales. Cada uno tiene su estilo de abordar los temas. Soy muy afortunado de trabajar con ellos, fue memorable.
Tus canciones hablan en gran medida de esa sensación de nostalgia por la tierra que dejas atrás. ¿De qué forma se pueden expresar esas contradicciones del emigrante de esa forma tan bella como lo haces?
Creo que la clave está en la honestidad y en utilizar una buena expresión (música y letras) para mostrar la realidad tal cual es, sin adornos.
El Ghorba, tiene ese enfoque: letras que evocan y plasman la tristeza de un tío al que le ha devorado su propia trayectoria como emigrante. No me refiero a lo material, sino a lo emocional; se ha convertido en un ser extranjero en las dos orillas, se ha esfumado su identidad real. Toca luchar para ser aceptado en los dos lados, es el precio que hay que pagar.
Ojo, siempre lo digo como un enfoque personal. Habrá otros que comparten las mismas circunstancias y que están encantados.
Son canciones influenciadas por el folk, el pop, la tradición blues. Para mi son composiciones que tienen mucho de intuitivo a la par de liberadoras. ¿Ando mal encaminado?
Me alegra mucho que percibas esas influencias.
La base de las canciones es, efectivamente, la fusión del folk —que me permite conectar con las historias y las raíces culturales—, el pop —que aporta esa accesibilidad y frescura—, y el blues. El blues, en concreto, permite dar ese color, esa musicalidad tristona y espiritual.
Siempre he soñado grabar un tema blusero. Tener un blues (‘Thwahachtik’), tema dedicado a mi madre en El Ghorba, fue emocionante; lo grabamos del tirón. Creo que he acertado, transmite mucho desgarro hacia un ser tan especial para uno.
Mi proceso creativo es muy intuitivo. Creo que esa es la clave y está muy reflejado en todas las canciones del disco.
Ha sido una tirada muy reducida de copias por parte de Discos Centeneros. ¿Cómo han ido las ventas? ¿Te sientes satisfecho del producto final?
No teníamos muchas expectativas (hablo en plural porque El Ghorba es de los cuatro integrantes mencionados antes) de que el disco pudiera funcionar. Es bueno no tenerlas para no sufrir.
El más pesimista de todos era yo. Pensé: «Esta gente no sabe dónde se ha metido. Grabar y editar vinilos de un tío que canta en un idioma que lo hablan cuatro en este país, y que no le conoce ni el tato, dar la cara y venderlo… ufff».
Bueno, finalmente decidimos realizar 210 copias. A las dos semanas de sacarlo, el disco empezó a funcionar bien. Hay que reconocer que gracias a ellos, hicieron muy buena promo.
Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida: cuatro amigos invierten su tiempo y sus recursos para grabar un disco. ¡Mágico y maravilloso! Es un acto de generosidad brutal. Por eso El ghorba es un LP especial. Huele a amistad pura. ¡VIVA LA AMISTAD!
¿Qué artistas son los que más te inspiran para componer y para pintar?
Siempre he escuchado música en mi casa. Mis padres escuchaban mucha música tradicional marroquí: Chaabí / Música Andalusí,…. y de Egipto (Umm Kulthum, Abdel Halim Hafez)…
De joven escuchaba bandas muy conocidas en los 70/80 como Nass El Ghiwane y Jil Jilala, que tuvieron mucha repercusión. En los noventa nos llegaba música de fuera: Bob Marley, Khaled, Alpha Blondy, Pink Floyd, Leonard Cohen, flamenco, etc. Desde que resido en España, el espectro ha ido a más.
No sé si ya has presentado el disco o tienes intención de hacerlo en un futuro. Si es así, ¿de qué manera tienes pensado trasladar estas canciones al directo?
Sí, la primera presentación fue en el Club del Disco Hortaleza. Son mis fans, gente maravillosa. Después hice un concierto en formato acústico en la Asociación El Nido, organizado por el propio Club del Disco.
Fue maravillosa la acogida por parte de todos; asistió mucha gente. Presentarlo en el barrio fue increíble. No puedo pedir más, fue un triunfo.
¿En tu cabeza ya rondan más canciones para dar continuidad a El Ghorba?
De momento no, toca disfrutar de este ‘Ghorba’ primero, degustarlo, saborearlo. Luego ya veremos… Hay que seguir la intuición, la brújula que llevamos dentro, la que no falla.

