Arctic Monkeys + The Strypes – Palacio de los Deportes (Madrid)
La primera vez que escuché es Is this it de The Strokes, me pareció haber encontrado un grupo para toda la vida. Cinco discos después, desgraciadamente me interesan lo mínimo posible. Así que cuando escuché «I bet you look good on the dancefloor», me compré el single pensando en despedirme de un grupo adolescente que parecía ser el efímero epílogo de aquel post punk que dominó el principio de siglo. Sin embargo, mientras sus compañeros de generación caían en la reiteración y la irrelevancia (Kaiser Chiefs, Maximo Park, Bloc Party…), los Arctic Monkeys eran capaces de evolucionar y modular su estilo para adquirir cada vez más interés. Su último trabajo, AM (Domino, 2013) es el enésimo ejemplo de como se puede crecer manteniendo la coherencia, y por supuesto, de mi poca clarividencia.
La gira de presentación del disco, como pudimos comprobar ayer en el Palacio de los Deportes, es fiel reflejo de todo esto. El directo mantiene las señas de identidad principales del cuarteto (ayer cinco añadiendo un teclado), potencia y guitarras. De hecho, comienza con la parte del álbum más cercana al estilo tradicional del grupo. «Do I Wanna Know?» funciona de maravilla como apertura, y se combina a la perfección con una larga serie de visitas al pasado, entre las que destacan «Dancing Shoes» y «Reckless Serenade». Una vez queda claro que sobre el escenario está el grupo de siempre, es el momento demostrar que hay mucho más, ya sea jugando con el funk eléctrico y bailble, «One for the Road» y «Arabella», acercándose a Queens of the Stone Age, «I Want it All» o convirtiéndose en la versión británica de Black Keys, «Why’d You Only Call Me When You’re High?». Por si acaso alguien se atraganta con tanta novedad, «I Bet You Look Good on the Dancefloor» (dedicada a las chicas), el mejor recuerdo de su pasado más urgente.
Para el bis, de nuevo el AM, esta vez en su vertiente más guitarrera («Snap out of it» y «R U Mine?»). Correcto, pero algo falto de ritmo para lo que tendría que haber el colofón perfecto de un concierto impecable en cuanto a sonido y ejecución.
Como teloneros The Strypes, talento y energía imparable de imagen milimetrada. Adolescentes irlandeses surgidos de la escena mod, suenan con un solo disco como si llevaran toda la vida sobre el escenario. Hay quien opina que es un grupo llamado a hacer historia y quien murmura que son una boy band diseñada por Paul Weller. Yo creo más en los primeros, pero ya les he contado lo de mi buen ojo para estas cosas.