Bon Iver – i,i (Jagjaguwar / Popstock!)
Reconozco que flipé con Bon Iver, Bon Iver (2011), esa maravilla que nos regaló Justin Vernon casi al empezar la década, con la que replanteaba el indie folk a través de una nostalgia desarmante y unos juegos vocales y ambientales que lo diferenciaban del resto. Ser único en tu especie vale un potosí y él nos convenció a base de originalidad. Del mismo modo, no puedo negar la hartura que me produjo su sucesor, ese 22, A million (2016) con tal sobredosis de vocoders que se me atragantó de mala manera y más, después de sufrirlo en directo. Gracias a i,i vuelvo a recuperar el interés en Bon Iver, aunque poco quede ya de ese proyecto que nació como aventura en solitario del norteamericano (impagable ese For Emma, Forever Ago (2008)) y que no ha dejado de sumar compañeros de viaje, a la vez que incorporaba más arreglos imposibles, texturas y demás parafernalia con la que barnizar esas personales canciones.
En i,i, Vernon no solo se hace acompañar de Sean Carey, Andrew Fitzpatrick, Mike Lewis y Matt McCaughan, sino que cuenta además, con la ayuda de ilustres como James Blake, Brad y Phil Cook (Megafaun), Aaron y Bryce Dessner (The National), entre otros. Juntos, conjugan un original trabajo con no tantas aristas como suponíamos, que lo mismo puede llevarnos a recordarnos las percusiones imposibles de Björk en temas como “iMi”, que derrochar clasicismo en “U (Man Like)” o esa accesible “Naeem”. El disco tiene un buen número de razones para convencer, empezando por esa “Hey, Ma”, sin duda una de las mejores composiciones de su carrera, siguiendo por otros momentos de innegable inspiración como son «We», “Salem”, «Faith», “Marion” o la emocionante “RABi” que lo cierra.
Si alguien se pregunta de dónde viene tanto revuelo cuando hablamos de un artista como Justin Vernon y su grupo Bon Iver, la respuesta es muy sencilla: pocos como ellos son capaces de capturar el sonido de nuestro tiempo y hacerlo perdurar.
Escucha Bon Iver – i,i
Grandísimo disco. Genio
sobrevaloradísimo
Sería justo también nombrar Volcano Chori, su otro proyecto.
Las reseñas en primera persona, qué pereza.