Bunbury – Curso de Levitación Intensivo (Warner Music)
Es posible que tenga que pasar un tiempo prudencial para que seamos capaces de asimilar la manera en que Enrique Bunbury muta en cada uno de sus lanzamientos con absoluta naturalidad. En el año que todos estamos deseando dejar atrás cuanto antes, el maño ha publicado dos discos con siete meses de diferencia. Si en mayo nos cautivaba con los aires sintéticos de Posible (Warner Music), con Curso de Levitación Intensivo es capaz de partir de parámetros similares y poco a poco, introducir diferentes matices para en parte volver al punto en el que se quedó en Expectativas (2017), yendo varios pasos más allá.
Una especie de viaje de ida y vuelta que es como su propia carrera, capaz de trazar uno u otro camino, y no perder en ningún momento su reconocible estilo. Y es que ese es el principal mérito de Bunbury en los últimos tiempos; ir explorando caminos e ir enriqueciendo con distintos elementos su discurso con el inestimable apoyo de unos Santos Inocentes que –a nadie le quepa duda– son los músicos más versátiles con los que haya trabajado nunca.
Nos parece muy adecuada la estrategia que se ha seguido con Curso de Levitación Intensivo, manteniendo la incógnita hasta su día de publicación para que seamos capaces de enfrentarnos a sus canciones sin conjeturas previas o sin haber descubierto ninguno de sus singles. Una invitación a una escucha inmersiva en estos tiempos de exceso de oferta en los que estamos malacostumbrados a pasar muy por encima de los discos, picoteando aquí y allá, para en seguida, pasar el siguiente.
Esto nos ha hecho encontrarnos con un notable trabajo que se inicia con «N.O.M.», un elegante tema que ejerce como transición entre las canciones del disco anterior y éstas, mientras que en «El día de mañana» unos toques jazzisticos dan paso a una guitarra final que da paso a la brillante «El precio que hay que pagar», a la que nominamos desde ya como uno de los posteriores singles que llegarán, una vuelta a ese sonido contemporáneo (o digamos que atemporal) en el que se ha instalado en sus últimos álbumes, dejando aparcado –de momento– la asimilación de influencias latinas o mediterráneas.
Otro de los puntos álgidos del LP es la sedosa «Malditos charlatanes», en la que vuelve a remitirnos a Posible con esas geniales atmósferas, lo mismo que ocurre en otra de sus canciones más delicadas, «Ezequiel y todo el asunto big bang», en la que Enrique vuelve a recurrir al falsete. Y es que Curso de Levitación Intensivo sale vencedor no solo en sus portentosos arreglos, en esos aires tan jazz que riegan momentos como «El pálido punto azul» o en esos vientos que vienen engalanando su música de un tiempo a esta parte, también vuelve a ganarnos con sus letras, muy acordes a estos tiempos distópicos en los que nos encontramos.
Bunbury lo ha vuelto a hacer, firmando uno de los álbumes más compactos de su larga trayectoria.
Llevo escuchándolo un rato y me está sorprendiendo muy positivamente. Este tipo es un crack
Un disco muy brillante