Celebramos el 50 aniversario de Paranoid, de Black Sabbath
Si una banda merece ser considerada la pionera del heavy metal, ésta probablemente sea Black Sabbath. Y si tuviéramos que seleccionar un solo disco de su impresionante trayectoria, nos decantaríamos seguramente por su álbum más emblemático, el Paranoid de 1970. Este año celebramos su 50 aniversario.
Paranoid es el segundo álbum de Black Sabbath, después de obtener un éxito inesperado y sorprendente con su primer álbum publicado en febrero del mismo año. A pesar de las malas críticas recibidas y del boicot que tuvieron que soportar por parte de los medios de comunicación, lograron conectar con un público desengañado de los ingenuos mensajes de la contracultura hippie. Cansados del buenismo flower power muchos jóvenes se pasaron al lado oscuro proporcionado por una banda irreverente, con una estética lúgubre, un mensaje provocador y un sonido pesado que desafiaba a la moral conservadora y católica de la época. La revolución que desató Black Sabbath se debe al original cruce entre dos disciplinas artísticas tan distintas como el rock duro y psicodélico de Cream, Jimi Hendrix o Led Zeppelin con las películas de terror. Sería de una de estas películas de miedo precisamente de donde Tony Iommi, Ozzy Osbourne, Geezer Butler y Bill Ward tomarían prestado el nombre de Black Sabbath.
El éxito de su primer álbum podría haber quedado en una simple anécdota, pero su segundo álbum Paranoid los consolidó y los catapultó hacia la fama. Contiene nada más y nada menos que los tres temas más conocidos del grupo: «War pigs», «Paranoid» y «Iron man». Tres temas que continúan muy presentes en la actualidad medio siglo después: los Arctic Monkeys, por ejemplo, hacen todo un homenaje a «War pigs» en sus conciertos cuando tocan «Arabella». «Paranoid» sigue sonando constantemente en emisoras de rock clásico. Y el tema «Iron man», lo podemos escuchar en la banda sonora de la saga de películas Iron Man, pese a no tener nada que ver esta canción con el héroe de Marvel.
La primera canción, «War pigs», es una despiadada crítica a los gobernantes y clases dirigentes que provocan las guerras. Este tema Iba a dar nombre al álbum pero la discográfica lo desestimó finalmente para evitar polémicas en plena crisis por la Guerra de Vietnam (aunque ahí quedó el War pig en la portada). «Paranoid», la canción de relleno que fue compuesta en media hora para acabar siendo historia de la música, trata sobre la depresión (el bajista y letrista Geezer Butler no tenía muy clara la diferencia entre paranoia y depresión). Y «Iron man» es la historia de un hombre que viaja al futuro y contempla el fin del mundo, vuelve al presente en una tormenta magnética convertido en Iron Man y cuando intenta advertir sobre lo que ha visto es incapaz de comunicarse. Siendo ignorado y ridiculizado decide vengarse provocando el apocalipsis que él mismo había presenciado. Los horrores de la guerra y las críticas a las clases dominantes, los sentimientos depresivos y de desesperación existencial, el apocalipsis y las profecías autocumplidas, son temas recurrentes en el heavy metal desde Paranoid.
El éxito de este tipo de canciones sigue siendo objeto de debate y fue analizado recientemente en un estudio publicado en Metal Music Studies1. El autor concluye que canciones como «War pigs», «Paranoid» y «Iron man», junto con «N.I.B.» y «Black Sabbath» del primer álbum, poseen los elementos esenciales de la tragedia griega. Estas canciones tratan sobre el sufrimiento extremo de personas con las que el oyente se puede identificar. De este modo el público participa de manera indirecta del miedo y del dolor del protagonista, lo que provoca una catarsis emocional liberadora de las emociones negativas y las frustraciones. El autor concluye que las canciones de Black Sabbath tendrían una función terapéutica para sus seguidores; tal y como la tragedia griega, según Aristóteles, tenía para sus espectadores.
Lo que resultó mucho más dramático que una tragedia griega, fue cuando en 1970 la policía halló el cuerpo de una joven enfermera que se había suicidado y en su tocadiscos encontraron precisamente el álbum Paranoid. En la investigación judicial se llegó a tener en cuenta la posible culpabilidad de Black Sabbath en esta muerte. Desde siempre se ha culpado al heavy metal de ejercer una mala influencia por atreverse a tratar temas tabúes de la sociedad.
En la poderosa cara A del disco, entre «Paranoid» y «Iron man», aparece como una bombona de oxígeno el tema «Planet Caravan», una etérea canción de amor psicodélica para ir de viaje por el espacio como sugiere la letra y que fue versionada con éxito en los 90 por Pantera. La cara B, menos famosa, tampoco tiene desperdicio. Black Sabbath sigue narrando los horrores de la guerra: en «Hand of doom» critican el consumo de heroína por parte de los soldados que volvían de Vietnam y necesitaban olvidar esa guerra. Y en «Electric funeral» describen poéticamente un holocausto nuclear, tan temido durante esos años aún en plena Guerra Fría. El álbum cierra con «Rat salad» para el lucimiento de Bill Ward a la batería y con «Fairies wear boots», una de las canciones más queridas por los seguidores de la banda .
Tan relevante como los polémicos temas tratados en las canciones era su particular manera de tocarlos y de presentarlos en directo. Ozzy Osbourne parece un brujo recitando sus hechizos con su angustiosa voz, y Tony Iommi aporta toda la magia oscura a base de riffs mastodónticos de guitarra distorsionada y en ocasiones disonante. Toda una leyenda de la guitarra eléctrica, capaz de crear un nuevo estilo pese a tocar con prótesis en dos dedos tras sufrir un accidente laboral. Los infravalorados Gezzer Butler al bajo y Bill Ward a la batería forman una sección rítmica espectacular al estilo de John Paul Jones y John Bonham de Led Zeppelin. El disco se encuentra repleto de grandes momentos instrumentales, prácticamente jam sessions, donde se aprecia la enorme conexión existente entre todos los músicos y la fuerte influencia del rock progresivo de grupos como King Crimson.
Puede resultar imposible, 50 años más tarde, comprender la revolución que significaron en 1970 los Black Sabbath. Puede incluso que hoy en día Paranoid, para algunos suene arcaico y de otra época. Es lógico, solo fue el inicio de uno de los géneros que más ha evolucionado y más se ha diversificado. Pero la importancia de Black Sabbath la podemos percibir mucho más allá del heavy metal y a lo largo de varias generaciones. La encontramos en el punk de los 70, en el hardcore de los 80, el grunge en los 90, y actualmente en bandas de stoner rock como los Queens of the Stone Age. Sería imposible citar todas las bandas y diferentes géneros y subgéneros en deuda con su estilo, pero podemos resumirlo fácilmente en una frase: ahí donde se alce una mano cornuda al compás de un riff de guitarra pesado y contundente se encuentra la influencia eterna de los Black Sabbath.
- Barnett, Brett. (2017). Black Sabbath’s pioneering lyrical rhetoric: Tragic structure and cathartic potential in song narratives. Metal Music Studies. 3. 81-96. 10.1386/mms.3.1.81_1.
Grandísimo disco y grandísimo grupo. Mi favorito es IV. O como se debía llamar en un principio, Snowblind, pero la censura se metió por medio para variar.