Chloé Bird, barroco preciosismo que fluye
Chloé Bird es una cantante, pianista y compositora extremeña. Su formación musical es clásica, siendo licenciada en la especialidad de interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura y titulada en el Grado Profesional de piano por el Conservatorio Profesional de Música Hermanos Berzosa de Cáceres. Además de publicar tres álbumes, uno de ellos de música para niños, ha compuesto bandas sonoras para numerosos cortometrajes y obras de teatro. Ha participado en festivales como Europa Sur (2012, 2014), Womad, BIME o Contempopránea, ha tocado también por salas de toda España y ha sido telonera de artistas como Anni B. Sweet o Jeanette. Por si fuera poco, recientemente ha debutado en el teatro como actriz y bailarina, además de cantante.
En 2013 Chloé Bird publicó su primer trabajo, el EP October Moon, disco que le valió ser galardonada como mejor artista extremeña en los Premios Pop-Eye. En noviembre de 2015 lanzó su primer LP, The darkest corners of my soul, al que siguió en marzo de 2017 un disco orientado al publico infantil, Un mundo de niños raros, en el que ponía música a poemas de Raúl Vacas. Finalmente en septiembre del pasado año publicó su último disco hasta la fecha: The Light in Between.
Este nuevo álbum de Chloé Bird es un precioso compendio de pop y folk espléndidamente ornamentado, en el que el piano (que toca ella misma) mantiene su protagonismo pero es arropado por excelsos arreglos de cuerda, compuestos por la propia cantante y ejecutados por Elena Domínguez (violoncello), Jara María Roque (violín) y María Luisa Blanco (viola). También participan en el disco Manuel Veladro tocando la guitarra eléctrica y Vicky González a la batería y percusiones en general.
The Light in Between es uno de esos discos que no puedes dejar sonando de fondo mientras haces otras cosas. Su belleza te atrapa y te obliga a mantenerte atento a cada detalle, a cada sonido. La combinación de piano y arreglos de cuerda es exquisita, y además se adapta perfectamente a la voz evocadora y con un toque nostálgico de Chloé Bird. Una voz que luce igual cantando en inglés, la mayor parte de las veces, pero también cuando lo hace en francés o castellano. La bonita introducción con «Kintsugi», seguido del tema que da título al álbum, es solo la puerta de entrada a un universo con claroscuros pero que irradia una belleza primordial, clásica. Más vestidas o más desnudas, más aceleradas o más reposadas, tocando palos a veces muy diferentes unos de otros, cada una de las canciones contribuye a la sensación de estar ante un disco perfectamente acabado. Si creéis que solo tenéis tiempo para escuchar una canción, escuchad «Julia». Os garantizo que no tendréis más remedio que empezar desde el principio y escuchar el disco entero.
Os lo ponemos fácil: aquí podéis escuchar The Light in Between, de Chloé Bird.
Fantástico y muy certero artículo, precisamente estoy escuchando esta joya ahora mismo. Es increíble que algo tan bien hecho, que es una caricia para los oídos y el alma, tenga menos difusión que otro tipo de música de baja calidad.
Me parece un álbum maravilloso de principio a fin… Espero que llegue a más gente, y le deseo a Chloé todo lo mejor, se lo merece por el gran trabajo que hace y el mimo que le pone.