Conversaciones con Sr. Chinarro sobre ‘El Bando Bueno’
Disyuntiva. ¿El lado oscuro o El Bando Bueno? Sr. Chinarro, sin duda. Tras la avanzadilla de “Sábanas Santas”, “Una famiglia reale” y “Aplauso”, Antonio Luque, sevillano errante, entra en fase de estreno con El Bando Bueno desde la lúcida y satírica atalaya de Sr. Chinarro. Cada novedad suya supone un respiro ante la tiranía de lo cotidiano y lo políticamente correcto, tras Asunción (2018), su último disco original antes del recopilatorio Colección Permanente (2018), había ganas por escuchar nuevas canciones. Mientras, afortunadamente, Antonio Luque hizo más dulce la espera al acceder a dialogar con nosotros y dar forma al libro Había una vez… Sr. Chinarro. Conversaciones con Antonio Luque (2019).
Ahora, a modo de continuación, volvemos a reunirnos con él, manteniendo una prudente distancia entre Cornellá y Madrid salvada por la tecnología, para dialogar sobre El Bando Bueno, la candente actualidad y, sobre todo, uno de sus mejores discos en lo que va de siglo, que ya es decir. Lo demás, descúbranlo por sí mismas, es más divertido.
«Esa nostalgia de tiempos pasados que en realidad no han existido es muy chinarro desde el principio. Ese anhelo de un mundo mejor. (…) No soy una persona optimista y con el tiempo menos, porque cada vez tengo más información (risas)»
Lección aprendida sobre aquello de que no habías quedado satisfecho nunca de ningún disco, especialmente de lo monocorde de Asunción. Ahora, en El Bando Bueno, consigues uno de los discos más eclécticos pero a la vez más chinarros de tu carrera.
Sí, aunque es tan poco monocorde como Asunción, quiero decir, que cambio de acordes (risas). No es como esos grupos, ojalá, eh, como Spacemen 3 que con un par de acordes te hacían un disco entero, yo quizá ponga demasiados acordes en las canciones, quizá me esté pasando ya y esté entrando en el terreno del jazz de nuevo, pero eso es igual en los dos últimos discos, lo que sí cambia es que empleamos distintos instrumentos y buscamos un modo de darle a cada canción un envoltorio variable para que así quede más ameno, eso sí es verdad.
En Asunción también había un sinte, pero ahora hemos estado más tiempo mezclando, cada disco sale de una manera y eso es lo que queda.
En “La Odisea” te sitúas como un moderno Ulises, ¿qué te fascina del mito para haberlo adaptado?
Llevo años queriendo hacer una canción hablando de La Odisea, concretamente desde que me fui de Sevilla porque pienso que algún día volveré y, bueno, la leí en un verano y me gustó mucho, me sorprendió, es casi la primera novela escrita dicen por ahí, no lo sé. El caso es que me gustó y luego tenía el recuerdo de aquellos dibujos animados de Ulises 31 que me impactaron mucho de chaval. También, después, he visto alguna película en la que hizo de Atenea esta mujer tan guapa, Isabella Rossellini creo que es. Y me fui de Sevilla con mucha pena, un poco… Es que un par de veranos hizo mucho calor, mucho calor, me fui y prácticamente a los dos años ya me había arrepentido y ya han pasado 14 años, 15 va hacer ahora, aún no he podido volver y esto me pesa en el corazón, la verdad.
Y cuando hablo de las banderas también hablo un poco del conflicto hispano-catalán ahora que estoy aquí con todo el tema de las banderitas, que por cierto han desaparecido, ya no hay banderas independentistas, por aquí no hay nada, pero bueno, está el tema territorial también ahí en la canción, no solamente es volver a Sevilla si no preguntarse de dónde somos, nuestra tierra, ahora que está todo el mundo por la calle con las banderas de nuevo, que hay cacerolazos, heridos, de todo eso quería tratar en la canción, no sólo de mi nostalgia de Sevilla, el anhelo del regreso a mi tierra, que también está en la canción “Depresión”, hablando de la depresión del Guadalquivir.
Este disco tiene un poso muy nostálgico, ¿no crees?
Bueno, ya a mi edad qué otra cosa queda. Esa nostalgia de tiempos pasados que en realidad no han existido es muy chinarro desde el principio. Ese anhelo de un mundo mejor. Desde el principio no soy una persona optimista y con el tiempo menos, porque cada vez tengo más información (risas), más experiencia y supongo que eso va pesando más en los discos. Pesando para el que no le guste, el que quiera discos más animados para bailar casi mejor que se vaya a los instrumentales o recopilatorios de música de baile sin palabras, porque cualquiera que quiera elaborar un discurso, si lo quiere hacer optimista todo, pues resulta un discurso naif o estúpido directamente, no se puede hacer de otro modo. Quiero decir, que la realidad es la que es y ha sido siempre así. La situación la estamos ahora viendo, creo que me he adelantado en muchas cosas que estamos viendo estos días, aunque se grabó un mes antes de que apareciera el virus pero, en algunas canciones, tengo la sensación de que estaba adivinando, diría. Y no espero que me den el título de adivino, aunque por otra parte son cosas que se veían venir. Esto que canto en “Planeta B”, los fuegos de Australia, cómo estamos invadiendo los ecosistemas de este planeta de un modo tan salvaje… Y ahora pagamos las consecuencias.
Precisamente en“Planeta B”, aunque lleva su carga habitual de mordacidad, la temática ecológica en tu discografía es un asunto serio.
Sí porque se entiende un poco mejor, creo. A “Vacaciones en el mar”, que hablaba un poco de los plásticos con letra escrita a mi manera, hay que darle un par de vueltas si se quiere para exprimir todo el sentido que tiene, aunque yo espero que funcione a la primera, claro, porque normalmente la gente no le da muchas oportunidades a una canción, si el mensaje no llega a la primera ahí se queda la historia. Aparte, en “Planeta B”, me hace gracia que esté la voz de J cantando lo mismo que yo, él lo canta en el sentido optimista, como que generalmente vamos a llegar a otros planetas como él cree, y yo lo canto burlándome como que sí, sí, vamos a llegar a Bola de Dragón, no a Marte. Y estamos los dos cantando al mismo tiempo. Entonces, quien sea más optimista que yo como el maestro J, lo puede pensar así si quiere. A mí me da la risa pensar que vamos a vivir en Marte u otro planeta más lejano.
En la mezcla final J está por ahí debajo.
Sí, porque no es un dúo, es un coro para darle a mi voz más presencia, más armónicos. Yo no hago colaboraciones ni en un sentido ni en otro, ni duetos, ni polladas de estas de la industria discográfica, me niego.
Aparte que él dijo que quería hacer un coro, “ponmela bajita que es de coro, ya sabes”, se lo dijo a Jose, Jose Antonio Sánchez, el técnico con el que trabajamos, vamos, que lo conoce antes que yo.
Curiosamente, hay una noticia científica de los últimos días, donde parece que han encontrado evidencias en la Antártida de un universo paralelo donde el tiempo va hacia atrás. Ojo, una noticia seria.
Sí, precisamente en Granada he aprendido yo que los astrónomos son muy de fumar hierbitas y cositas.
Por eso decimos que es una noticia seria.
(Risas) Lo cual no quita que acierten, que estén en lo cierto en la medida que otros experimentos les den la razón. Mientras, ahí tenemos esa poesía para seguir imaginando otros mundos, quién sabe.
En El Bando Bueno hay varios guiños al pasado Chinarro y a tu propia historia. Por ejemplo, en “Escorpio” vuelves a recuperar de la época anterior a Cobre Cuanto Antes (2002), los partidos de Escorpios contra los Peluquis. Todo un guiño.
Sí, curiosamente pasamos de la astronomía a la astrología en el cambio de una canción a otra, y no hay porqué darle más valor a una frente a la otra, porque del mismo modo que ciertos experimentos pueden demostrar la realidad de teorías astronómicas, hay otros hechos que en mi opinión, aunque luego están los horóscopos de los periódicos y tonterías así, pero hay otros hechos que demuestran que la astrología no es ninguna tontería. De hecho, no hace tanto tiempo eran la misma cosa, y me gusta ese juego, me gusta creer en tonterías, todo el mundo cree en tonterías, yo también, y creo en lo de los horóscopos.
En “Sábanas Santas” recuperas en lado menos habitual de Sr. Chinarro, hermanado con “San Borondón” o “El Rito”, pero curiosamente muy característico. En este caso mezclas recuerdos santos con algo de sacrilegio y rumba.
Sí, bueno, a los curas también les gusta mezclar una cosa con la otra, si no que se lo pregunten a los Maristas de Sants, les gusta tanto la sotana como el levantamiento y, bueno, es una cosa que me gusta tener presente para tener cuidado. A mí me pasó que en el instituto, no sé si lo he contado alguna vez, que el cura nos puso unas diapositivas de enfermedades venéreas muy desagradables, me levanté, salí de clase y di un portazo porque me entraron ganas de vomitar, claro, de algún modo aquello para él seguro que fue una experiencia sexualmente satisfactoria. Ellos son así, me gusta burlarme de ellos cada vez que pueda, no me caen nada bien, la verdad, me parece un personal muy sospechoso. Y también la religión, así como ese modo que tienen las personas de acogerse a eso para no pensar en nada más, me parece muy triste, y me gusta usar referencias religiosas para cachondearme cada vez que tengo ocasión sin llegar a faltar al respeto, porque siempre mis letras son deliberadamente ambiguas para no meterme en ningún lío. Pero es verdad que haces la comunión y al poco te estás haciendo las primeras pajas y es una sensación un poco contradictoria, como la del propio cura echando mano al monaguillo, y quería empezar por ahí a pensar en cómo funciona el amor y el sexo en nosotros, y lo planteo desde la historia de una pareja que lo deja, que abandona, que entiende que su relación ha terminado, entonces la canción empieza pensando en cómo se inicia el amor y cómo hemos llegado a esto. Y mirando manchas en el colchón, que sabes que acaba manchándose siempre, te vas y es como el lienzo que ha quedado de nuestro amor, igual que algunos prueban la existencia de Cristo porque ha dejado unas sábanas manchadas, en fin. Con toda esa serie de ideas monto una letra y entiendo que no van a ser hits como esas canciones de “y yo te vi y tú por mi”, “vámonos por ahí”… Entonces, no va ser un éxito de ese punto pero, bueno, mis canciones de amor son así. Esas son las mías (risas).
¿Las percusiones de palmas fueron deliberadas o lo pensaste más tarde para “Sábanas Santas”?
La canción tal y como yo la tenía en la maqueta con la guitarra eléctrica me gustaba, pero me presentaba dudas. Sin embargo, el ritmo era el típico que hago así un poco reggae, que va un toque para atrás que es lo mismo que la rumba y entonces por qué no. Ya teníamos en mente aquello que hemos hablado al principio, que en Asunción no cambiamos de guitarra, sonaba con las mismas dos guitarras, con el bajo, la batería y daba una sensación un poco cansina en 38 o 40 minutos. Por lo tanto, si había una canción para coger la guitarra de palo, cogimos esta porque tenía el ritmo que más lo pedía, un poco rumbero. Y ya con la guitarra de palo alguien dice “¿y las palmas?”, “pues las palmas también”, ya que entras pues entras a saco. Tampoco pasa nada, somos Jose y yo nada más, no somos Bordón 4.
En “No recuerdo” también hay percusión pero es un tipo muy diferente, deudora de una parte del synth pop pero también de ese lado en el que la new wave acogía a los new romantics.
Si, en “Aplauso” también, son las canciones más cercanas a Asunción, incluso en “La Odisea”. Y creo que alguna más hay así. “Depresión” y “Arlequín”, que son las dos así con el bajo muteado, una estructura de acordes más estándar, sí, al final es lo que decís, que el disco es más variado porque hay varias de cada color, sí, está guay.
¿Te ha parecido que el disco suena a música española, a pop español?
(Risas) Bueno, suena bastante mejor, creo que Jose ha hecho muy bien las mezclas, yo he estado muy pendiente, muy encima, y esta vez me ha hecho caso pero también coincide que mis instrucciones han sido mejores que cuando Perspectiva Caballera (2014), que también lo mezcló él. En Perspectiva Caballera le di las instrucciones pero no eran las correctas y ahora sí, me ha hecho caso y también ha estado luchando Pablo Sánchez, su hermano, que fue el mixer de El Fuego Amigo (2005), se dio una vuelta por allí, opinó, dijo cosas y hemos conseguido un sonido más… La banda no ha estado en las mezclas, solamente grabaron su parte y ya no aparecieron más, con lo cual pudimos estar Jose y yo muy concentrados.
En El Bando Bueno hemos estado más finos en cuanto al sonido, entonces, cuanto más finos menos español, aunque por supuesto no suena como si se hubiera grabado en Texas, eso seguro.
Queda pendiente el disco de Texas.
Sí, aquí que lo sigo por las redes sociales he visto que un zorro ha estado a punto de entrar en la casa porque el campo, la naturaleza, le está invadiendo al hombre, a ver si se lo va a comer una zarigüeya o algo (risas). Pero yo creo que si me fuera ahora a Texas a grabar ya no volvería, espero que me acompañen mi pareja y mi hijo porque yo no vuelvo. Si me voy de España ya no vuelvo más.
Otra de las canciones que destaca en el disco es “Telaraña”, ahora es la que más nos gusta, tiene el guiño también al pasado Chinarro con los coros de Sandra Rubio y, además, utilizas los sintetizadores de una manera muy guay, ¿esa sonoridad puede abrir un camino para futuros discos?
En cuanto quitas la batería de la mezcla, porque la canción tiene una batería, una línea de bajo y otra guitarra solista grabadas que finalmente las eliminé porque llevaban la canción a otro terreno que no me convencía, pues en cuanto quitas todo eso suena perfecto porque la batería se graba con seis u ocho micrófonos, hay un chorro de micrófonos, los cuales la mitad no sirven para absolutamente nada, y entonces todas esas señales de sonido en la mezcla hay que ponerlas en su sitio y es un follón, es lo más difícil. Si sólo hay un sintetizador cuyo sonido va directo al previo y a la mesa y se graba, la voz y una guitarra, la batería, las percusiones son también como de un sintetizador de estos de Roland, entonces resulta ese sonido puro, no hay que hacer nada. Si sólo grabas sinte, samplers, es como la cocina italiana más sencilla, es muy difícil que haya muchas diferencias de sonido sea cual sea el cocinero aunque como vemos en Pesadilla en la Cocina hay gente capaz de estropear hasta lo más sencillo, pero desde luego no es el caso de Jose como cocinero ni mío como compositor/productor. Entonces la canción suena más grande, quitas todo y sale el sinte ochentero, auténtico y eso hace buahhhh, tu sensación es mucho más potente.
Realmente, cuando tenía mi maqueta ordenada, “Telaraña” no era ni mucho menos mi favorita, es más, durante meses y meses estuvo fuera de la lista titular. Y ahora yo también noto que ha quedado muy bien, que como dijimos varias veces en el libro no podemos separar forma de contenido, finalmente son dos caras de una moneda, inseparables.
Es una maravilla cómo están los sintes, incluso nos sitúan más atrás, en la electrónica primera. Y muy buen trabajo también el de Jose Antonio Sánchez.
Muy bueno, tiene un talentazo. De hecho ha sido uno más del grupo, no solo ingeniero, uno más e importante porque como ya digo Jaime estaba con sus proyectos en La Resinera y tenían otras cosas que hacer, y finalmente el grupo éramos José y yo, así que casi hay que ponerlo en la alineación del grupo, no solamente como mixer. Y sin él no hubiera podido hacer el disco, está claro.
Un acierto total.
Y con lo que decís del sinte, es un sinte antiguo de los 70 aunque el oscilador es digital, y tiene todas esas sonoridades vintage que recuerdan a las primeras cosas electrónicas, claro. Los sintes de ahora no suenan así ni para dios.
En “Una Famiglia Reale”, segundo adelanto, adquieres rango si no de cantautor de indieautor, perdón por las etiquetas.
A mí ya me da igual.
Y junto a la portada es un poco inevitable que te lleva a ese terreno.
Si, bueno, porque menciono a políticos y ya eso te convierte en cantautor. De hecho, uno de los títulos que barajé para el disco fue Canción Protesta. Sí, bueno, es para estar protestando, al final no hay que protestar si ellos mismos se lo comen con su pan. Ese dicho tan bonito: “con su pan se lo coman”, pues en Brasil se lo están comiendo, en Estados Unidos se lo están comiendo y en Inglaterra menos mal que se puso malo el Johnson, le vio las orejitas al lobo y rectificó, pero por lo demás votaron a idiotas, pues ahora se los comen con patatas, a todos nos manipulan, tampoco yo soy inmune a la estupidez.
He visto que Leticia Ortiz se ha reunido con Defreds y Marwan y tal, aunque la canción no va dedicada a ella, si no a las presentadoras de televisión, a los que nos venden la realidad en los medios de comunicación, una realidad que no digo yo que nos estén mintiendo todo el rato, ni que todos los medios magufos digan la verdad o mientan todo el tiempo, pero es que ya no sabemos cuál es la verdad. Y lo que sí es verdad es que estamos votando imbéciles, imbéciles como Bolsonaro, como Trump, como Johnson, y aquí tenemos algunos ejemplos también que no hace falta que mencione, locos perdidos de mirada ida.
Ahora es imposible que pueda presentarse en directo el disco, ¿cómo valoras todas estas iniciativas de conciertos online con prepago que se están empezando a ver, o lo que están haciendo Belako con una gira en autocines?
Bueno, siempre he dicho que los discos se presentan solos, los pones, le das al play y ya se están presentando. Luego me gustará volver a hacer conciertos algún día, que las canciones sean las de El Bando Bueno, el siguiente o el anterior, bueno, al final se hace una selección de las veinte más escuchadas en Spotify durante los últimos meses y eso es lo que se presenta. Me preocupaba más que Mushroom Pillow no pudiera vender el disco físico porque Correos no haga el reparto, y cuando se puedan hacer conciertos ya los haré.
¿Autocines? Me parece que hay muy pocos, luego, para mí, difundir la cultura del coche me parece mal porque me gustaría que los coches desaparecieran de las ciudades, ya hemos visto lo bonitas que son las ciudades sin coche y ojalá eso se quedara para siempre. Por último, hay un montón de teatros municipales, sitios maravillosos para tocar que normalmente están cerrados pero que hemos pagado con el dinero de nuestros impuestos de cada municipio, e incluso en pueblos hay muchos, y están cerrados porque no se programa nada y por contra los grupos luego tenemos que pagar a la sala, que no tiene sentido porque la sala de pronto se llena de gente tomando cubatas y cervezas, se quedan el dinero de la barra, se quedan un dinero de las entradas del concierto…, pues mira, que vendan los cubatas y la cerveza sin los músicos, no hay problema, se supone que nosotros tenemos que ir pagándoles, señal de que no nos necesitan, que tiren ahora adelante sin grupos. Entonces, ¿dónde podemos tocar? En esos auditorios municipales que están cerrados. Y si hay que dejar una butaca entre medias pues como los hay de 300, 400 personas, yo con que vayan 200 me conformo. Lo que hay que hacer es reconquistar esos lugares que se hicieron para robar las comisiones de la construcción, eso es lo que hay que hacer, darle una patada a esos teatros que están cerrados y ponerlos en activo.
«¿Dónde podemos tocar? En esos auditorios municipales que están cerrados. Y si hay que dejar una butaca entre medias pues como los hay de 300, 400 personas, yo con que vayan 200 me conformo»
Aprovechando la situación, estás incluso grabando canciones nuevas.
Sí, ya tengo cinco.
A este paso sacas otro disco antes de que acabe el confinamiento.
Le he dicho a Bruno de Mushroom que coincida con la vacuna. Y estaría guay incluso regalar la vacuna con el disco, hacer un pack (risas), todo el mundo recibiendo el disco y pinchándose del tirón, no estaría mal. Sanidad va a terminar siendo una cosa así, una cosa del kiosco.
¿Ese es el plan?
Exacto, ese es mi plan, como ya para entonces gracias al criterio de los votantes la sanidad será totalmente privada y las vacunas se venderán en los kioscos, al igual que te compras los condones porque evitan el SIDA y se venden en el Mercadona, pues será exactamente igual. El pack libro-disco lo veo bien, buena idea la que habéis hecho, pero el pack disco-vacuna lo veo con más posibilidades de éxito.
Habrá que pensar si la vacuna se pone antes, después o durante la escucha.
Al mismo tiempo, con la primera canción ya te vas pinchando para practicar por lo que pueda venir después.
La portada ha sido una excelente carta de presentación, ha encontrado mucho eco en redes, es la guinda del trabajo pero también lo primero saltando a la vista de El Bando Bueno. ¿Cuándo decides que esa es la portada?
Vosotros sabéis mejor que yo que viene de vuestra diseñadora, Erika Seven, que estaba haciendo pruebas para la portada del libro que tratábamos de consensuar entre todos y yo no la vi porque me parece que los libros tienen que ser algo más serio, la música se puede prestar más a la broma, pero aparte en el libro hablo de muchas cosas en mi vida, no sé, la veía un poco babieca para el libro. Sin embargo, para el disco en tanto que yo veía cuales eran los temas de las letras y hablando de la desinformación, de la manipulación…, poner un meme de portada me pareció bastante original, tuve mis dudas, en algún momento pensé que no, que era demasiado babieca, pero al sello le gustó la idea en cuanto se lo dije y ya no hubo manera de ir marcha atrás. Y ahora me alegro, me parece que está guay la portada para el contenido, la veo guay.
De acuerdo totalmente.
Aparte, quien tenga el vinilo tendrá un meme entre las manos, grande, nadie lo ha tenido de ese tamaño, o no, no lo sé. Tenerlo de esa magnitud en papel… ¿Quién va a imprimir un meme? Un meme es incorpóreo desde su propia esencia. ¿Quién pensaba que un meme se podría sostener? El meme digital, de estos días, con la letrita esa.
Y también, por cierto, eso resolvía qué tipografía elegir después de tres discos con Blanca Viñas utilizando la misma. Sabéis que yo me inspiré un poco en Woody Allen, en aquello de que todas las películas empiezan igual, con el mismo tipo de letra, etc. Pero claro, al no ser Blanca Viñas la diseñadora ¿qué tipografía íbamos a usar si la queremos cambiar? Pues coño, la de los memes, que ahora todo tiene esa tipografía. También es un modo de quitarle importancia a las letras que, como decíais antes, pueden ser un poco pesimistas, pues bueno, tampoco hay que tomárselo tan a la tremenda, ya sabéis que estoy más tiempo riéndome qué llorándome, de hecho no lloro porque los hombres no lloramos, no me tomo tan en serio como pueda parecer, y eso también me interesaba para la idea de la portada. Para una vez que sale mi cara en una portada, ya pasó con ¡Menos Samba! (2012) parecido al ser un meme cómic, pues en esta es otro modo de decir que tampoco me tomo tan en serio, que no se vaya a suicidar nadie por mis predicciones.
Además de saberse reír de uno mismo también.
Si, es algo que llevo siempre muy a gala, una parte muy payasa y por eso es el nombre del grupo, Sr. Chinarro, que era el más payaso de todos, yo creo, a pesar de que parecía ser el que le llevaba la contraria a los payasos, y finalmente era el más payaso de todos por eso, por serio, y me siento identificado desde el principio.
Buenísima entrevista
Pues es cierto, leí vuestro libro y lo pasé muy bien. Parece una prolongación de sus páginas. Enhorabuena por la entrevista