Él Mató A Un Policía Motorizado – Súper terror (Laptra / Primavera Labels)
Paso a paso, sin prisa, pero sin pausa, Él Mató A Un Policía Motorizado se han convertido en un clásico de la música independiente en castellano. Con una trayectoria coherente como pocas, su evolución ha sido lenta pero imparable, rebajando gradualmente la intensidad de las guitarras distorsionadas que poblaban sus primeras referencias (les comparaban con My Bloody Valentine, entre otros) y avanzando hacia un estilo más personal en el que el ruido ha ido dejando paso a pianos, teclados y sintetizadores, una hoja de ruta que ha ido bajando de revoluciones y soterrando decibelios pero nunca perdiendo intensidad.
Por eso había muchas ganas de escuchar Súper Terror (Laptra – Primavera Labels 2023), flamante nuevo álbum de la banda argentina, y a muchos nos ha pillado con el pie cambiado el volantazo que han pegado en sus canciones con Eduardo Bergallo a los mandos de la producción. El giro abiertamente ochentero y pop que han dado a la producción de este nuevo álbum es un punto y aparte que, si bien podía intuirse en temas previos como “Ahora imagino cosas” o su versión junto a Carolina Durante de “Espacio vacío” (Séptimo Sello), no era fácil de adivinar y el resultado les sienta bien a medias.
Súper Terror arranca de manera fulgurante, mezclando pasado, presente y futuro en una cara A realmente deslumbrante. Sus nuevos ropajes sonoros brillan en la luminosa y bailable “Un segundo plan” y “Tantas cosas buenas”, muy cercana a los últimos Strokes (ya les gustaría a los neoyorquinos firmar un tema así a estas alturas…). “Diamante roto” es tan desprejuiciada que uno intuye que sus colaboraciones con La Bien Querida han dejado poso en Santiago Motorizado. La minimalista “Universo” se basta de un piano para generar un nudo en la garganta y “Medalla de oro” remite al sonido más clásico de la banda, siendo la mejor canción del álbum y me atrevería a decir que entraría en un podio de su carrera, con todo lo que ha hecho de la banda lo que es sin que sobre una coma en los casi seis minutos que dura. Una auténtica joya.
Al girar el vinilo de cara empiezan los problemas… A partir de la sexta canción el disco genera más dudas que certezas, algo que hasta ahora no había sucedido con ningún álbum de los motorizados. En “Coronado” o “Voy a disparar al aire” remiten a los Lori Meyers más recientes y prescindible. “Moderato” puede que sea, no se me ofenda nadie, la peor canción que han publicado, aglutinando tantos vicios mainstream que solo la voz la hace reconocible. La algo más acertada “El número mágico” intenta seducir con sus maquinitas ochenteras new wave y lo consigue a medias, como el cierre con una “Profeta de fuego” que va evolucionando a base de guitarras juguetonas y arreones sintetizados hacia un final orientado a la pista de baile, algo que nunca pensé que escucharía de los platenses.
En cuanto a las letras también se perciben cambios, mucho más desarrolladas y menos repetitivas. Los famosos bucles de Santiago dejan paso a letras de desamor con altas dosis de emoción pero mucho más descriptivas de lo que solíamos encontrarnos. Este nuevo enfoque lírico casa muy bien con las novedades musicales, haciendo de la voz el hilo invisible que emparenta este disco con el resto de su discografía, una obra que si bien no puede calificarse de fracaso sí que deja cierta sensación de disco fallido o de oportunidad perdida, aunque mejor equivocarse que permanecer inmóvil. Para comprobar como encaran este nuevo repertorio en directo habrá que esperar al mes de octubre, cuando nos visiten por partida cuádruple en las siguientes fechas: Madrid (19, La Riviera), Granada (20, Aliatar), Valencia (21, Moon) y Barcelona (22, Razzmatazz).