Entrevistamos a Aaron Thomas que inicia gira por nuestro país
El australiano Aaron Thomas es un artista bien conocido por estas latitudes. No en vano, residió en nuestro país durante más de diez años, antes de regresar a su país natal. El siempre elegante músico acaba de publicar su nuevo álbum, Human Patterns (Everlasting, 24), excusa que aprovecha para visitar un buen número de escenarios españoles, en una gira inminente que comienza esta misma semana. Puedes consultar las fechas completas al final de esta entrevista.
«No hago música como vehículo a la fama o para recibir un reconocimiento. La hago porque es una necesidad»
¿Cuáles dirías que son las principales novedades entre el presente “Human Patterns” y el resto de discos de Aaron Thomas?
Creo que la diferencia es una combinación de madurez, seguridad en mis capacidades y agradecimiento por la oportunidad de volver a grabar. También, este disco es fruto de muchos años pensando en los arreglos, la producción, la letra, la mezcla… todo. Fue durante una época de muchos cambios con momentos de desilusión artística. Soy bastante cabezota y me fue imposible tirar la toalla. Eso es porque no hago música como vehículo a la fama o para recibir un reconocimiento. La hago porque es una necesidad. Una parte de mí que tiene que existir para que yo pueda ser feliz. Por eso, el disco tiene un sonido constante y seguro y creo que, aunque hay mucha variedad en los temas, están conectadas por ahí. Cada canción fue tratada con tiempo y cariño. Creo que el sonido del disco es un poco más clásico que en los otros. También fue la primera vez que hice los arreglos y producción de principio al fin. Es un disco que significa mucho para mí por ser la manifestación de mi perseverancia.
¿De dónde ha venido la inspiración para componer estas canciones? ¿Qué te ha motivado para escribir las doce canciones incluidas en el nuevo álbum?
Como siempre, la inspiración viene de mi vida actual. Por primera vez, es un disco casi en exclusiva de canciones de amor. Compuse muchas de ellas durante el inicio de una relación romántica importante. En aquel momento y durante años (y todavía) estuve lleno de ese sentimiento entusiasta por el amor, el universo y mi conexión con todo. Y muchos temas hablan de esa conexión cósmica que produce un nuevo amor. Hay momentos en el disco en los que hablo de familia; de mi padre y mi hermano. En mis temas anteriores no hablaba mucho de este tema. Creo que la temática de mis canciones ha cambiado por mi madurez; un proceso natural y orgánico supongo. Detrás de todo, o al fondo de todo, estaba el deseo de hacer algo de calidad, algo importante. Por eso, muchas canciones no llegaron a ser grabadas, y las doce del disco son las que, para mí, tenían más sentido que aparecieron juntas en el disco.
Una vez que tenías las canciones ¿Cómo fue el proceso de grabación de “Human Patterns”?
Me fui con toda la banda cinco días, para grabar todos juntos en el estudio y tener una base para el resto de los instrumentos. Tenía muy claro qué instrumentos quería usar para cada tema y cómo irían los arreglos y melodías. En este disco yo me he encargado de todo. Me sentí muy seguro como líder, autor y jefe del proyecto. Con la edad que tengo, no quiero perder tiempo dejando de hacer exactamente lo que quiero hacer. Después de grabar con la banda, empleamos unos días en las cuerdas, vientos y pianos. Fue un proceso divertido y sencillo y fue una sesión muy agradable de principio al fin. Empleamos mucho más tiempo en la mezcla, porque yo estaba sacándome el título en psicología y trabajando. Además, todo sucedió durante el principio de la COVID y el nacimiento de mi hijo. Una época con muchos retos. Así que, poco a poco, hice todas las voces, percusión y teclados y mezclamos el disco durante años.
El disco se mueve entre folk y pop con una bien parecida naturalidad ¿Qué tipo de disco querías hacer? ¿Qué aspecto querías que tuviera “Human Patterns”?
Sinceridad y calidad. Quería hacer un disco que me hiciera sentirme orgulloso. Quería grabar algo clásico, con instrumentos de madera, con arreglos emocionantes, sin efectos. Quería hacer un disco que sonara viejo y nuevo a la vez. Y quería probar un poco de todo, tengo un lado pop (más Beatles que Beyoncé) y me gustan las buenas melodías. Pero también me gusta la música oscura, el folk, country y la música de vanguardia. Para mí este disco fue oportunidad de tener una voz como productor y arreglista, y quería hacer un disco que hablara, por sí mismo y claramente, sobre qué tipo de música me pertenecía.
Esa mezcla entreverada y atractiva me recuerda mucho a la forma en la que trabaja su música Iron & Wine ¿Tienes algún referente en el que, a estas alturas, te fijes o te sigas fijando?
Más en un grupo de artistas que en un artista específico. Me gusta la producción del primer disco de Father John Misty, la sinceridad de Feist, el arte de Elvis Perkins, la inteligencia de Andrew bird. Pero también llevo dentro de mí las viejas influencias de The Beatles, Paul Simon, Roy Orbison, etcétera. Me gusta la música indie-folk que está saliendo de los Estados Unidos. Tengo muchos héroes y sólo trato de crear música a ese nivel.
Lo que está claro es que tu música sigue siendo emocionante y elegante a partes iguales ¿Son dos cualidades tornadas en obligatorias cuando compones?
La sinceridad sigue siendo importante para mí. Hablo de mi vida sin ocultar nada. La música siempre ha sido una forma de terapia para mí. Y sigo buscando la belleza en la música. Ya no soy joven y no veo necesario gritar o estar enfadado. Pero mantengo una intensidad, especialmente cuando toco en directo. Así que, tienes razón: son dos cualidades que necesito tener cuando compongo un tema. También busco siempre un momento en el que, en los temas, aparezca un momento impactante de emoción.
Si no me equivoco, han pasado más de diez años desde tu anterior álbum, “The Blues And Greens” (13) ¿Por qué tanto tiempo? ¿Has vivido un periodo en el que perdiste la ilusión y/o la inspiración?
Fue por lo que paso entre mi ex pareja y yo. Después de separamos, volví a Australia para estar cerca de mi hija. Fue una época muy dura y larga, en la que perdí mucha ilusión por todo. Llegué a Australia como un músico desconocido, pobre, perdido y deprimido. Tardé mucho tiempo en volver a creer en mí mismo. Jamás he perdido la inspiración para componer; tengo un montón de maquetas. Pero no me atreví grabar. También fue por la progresión natural de mi vida. Tenía otro hijo, trabajaba mucho y todo eso. No pensaba que iba a poder volver a grabar, y cuando me di cuenta de que estuve listo para hacerlo, en ese momento, supe que tenía que ser un disco muy, pero que muy Aaron Thomas.
Echando la vista atrás ¿Qué te motivó en su momento a moverte a España, en donde viviste casi diez años? ¿Cómo afectó eso a tu creatividad?
Me quede en España “sólo” nueve años y me mude allí para estar con una mujer (mi ex y madre de mi hija). Ella es bailaora de flamenco y yo me fui buscando amor y aventura. Nací como artista en España y su impacto y afecto son evidentes en la forma en la que me gusta expresarme. Canto con sentimiento y emoción, y creo que esto es resultado de mi estancia en España. Ahora es como mi segunda casa. Me siento como una mezcla de australiano y español.
¿Qué te hizo regresar a Australia?
Pues ya sabes, la separación. La verdad es que me gustaría volver a vivir en España algún día. El regreso no fue fácil y por eso vuelvo cada vez que puedo, para tocar allí y conectar con el público español.
¿Cómo es la actual escena en tu país natal y cuáles son las principales diferencias con la escena española?
No soy experto en escenas, pero aquí en Australia hay muchas oportunidades de tocar, aunque no siempre para un público receptivo e interesado. Las condiciones no siempre son buenas, pero esto motiva que el nivel de los músicos sea muy alto. Tienen que trabajar mucho para llegar a alguna posición de reconocimiento. España tiene una escanea más viva, con un público más animado. Por supuesto, cada concierto es diferente y la experiencia depende del artista. Por mi parte, echo de menos los escenarios de España. Por eso vuelvo cuando puedo.
Precisamente, ahora vuelves de Australia para realizar una amplia gira peninsular ¿Qué sensaciones tienes?
¡Ilusión! Mucha ilusión. Estar aquí es algo especial para mí. Sentarme en una plaza tomando una buena cerveza y picando algo para comer es ahora un lujo. Después de los últimos años en Australia, estar en España me parece un sueño irreal. Tengo muchas ganas de conectar con la gente y con mi público fiel. Quiero darles todo y expresar así mi agradecimiento por su tiempo, amor y por todo que me siguen dando artísticamente. Quiero hablar con mucha gente, hacer amigos nuevos y conectar con amigos antiguos.
Creo que varias de las salas que formarán parte de esta gira las encontraste mediante recomendaciones en las redes sociales…
¡Es cierto! Pero después, hago mis investigaciones (Risas). Yo conozco España hasta cierto punto y mi conocimiento de las salas está limitado, así que, pregunté a los que saben más que yo.
¿Cómo van a ser esos conciertos? ¿Qué debe esperar el público que vaya a verte en directo?
¡Muchas canciones! vamos a tocar temas de todos los discos. Quiero darle todo al público. Los shows van a ser íntimos y con momentos de intensidad. Tengo temas nuevos que formarán parte del próximo trabajo. Quiero mostrar cómo los años me han cambiado y cómo he madurado como cantautor. Pero también rendir tributo al pasado. Sigo siendo muy emocional e intenso en el escenario. Quiero darle al público un buen show y que la gira sea inolvidable.
Las fechas completas de la gira peninsular de Aaron Thomas presentando Human Patterns (24) son las siguientes:
05 de septiembre – Avalon Café, Zamora
06 de septiembre – Sideral, Albacete
07 de septiembre – El Náutico, Pontevedra
08 de septiembre – El Náutico, Pontevedra
12 de septiembre – Garufa, A Coruña
13 de septiembre – Sala Salvaje, Oviedo
14 de septiembre – CEX, Valencia
15 de septiembre – La Lata de Bombillas, Zaragoza
19 de septiembre – Sala Even, Sevilla
20 de septiembre – El Jardín De Berta, Jerez
21 de septiembre – Discos Bora Bora & GO WITH THE WIND, Granada
22 de septiembre – El Búho, Madrid