Explosions In The Sky – Moby Dick (Madrid)
Segunda vez que iba a ver a los de Texas, y todo en menos de un año. La primera vez fue en la 1ª Delicatessen de Músicas Sanas en Vigo, teloneando a Luna. En aquella ocasión yo iba para ver especialmente a estos últimos, pero mi sorpresa fue mayúscula al descubrir el directo de este cuarteto fabricante del mejor post – rock.
La entrada a la sala fue increíble. En seguida se llenó el Moby Dick, quedándose incluso gente sin entrada.
Los teloneros fueron Camping. Los barceloneses no defraudaron, ya que el estilo que ellos interpretan se ajusta a lo que todos íbamos a demandar esa noche con los americanos.
Interpretaron temas de su disco Photo Finish (03), y consiguieron que nos fuéramos acostumbrando a esas subidas y bajadas de energía que tanto caracterizan a esta tendencia. Una beuna manera de recibir a los protagonistas de la noche, sin duda.
La salida de Explosions In The Sky fue presentada por Munaf Rayani (guitarrista), quien haciendo un sobreesfuerzo para intentar expresarse en castellano, se ganó los aplausos del público por el mérito que esto tiene.
Venían a presentar su último disco, The Earth Is Not A Cold Dead Place (04), y avalados también por el grandísimo Those Who Tell The Truth Shall Die, Those Who Tell The Truth Shall Live Forever (02).
Enseguida nos dimos cuenta de lo que nos venía encima. Sólo había que fijarse en el refuerzo de las correas de las guitarras con … ¡cinta americana!, para que éstas no se rasgaran con los impetuosos movimientos casi epilépticos en los que se deja embaucar esta formación. Es asombroso ver el estado de excitación de Michael James con la interpretación del bajo, o los movimientos acompasados de Munaf. Todo ello contrapuesto con la perceptible sosiego que aporta Mark Smith (guitarra).
Fueron unos cincuenta – sesenta minutos de magia. Es arte lo que desarrollan, al poder pasar del silencio total al estruendo armónico en un santiamén sin perder, eso sí, la armonía y concordancia en sus composiciones. Incluso, cuando parecen golpear las guitarras (en el sentido estricto del verbo), su sonido es peculiar y agradable.
Si me dejáis decirlo: un verdadero orgasmo musical.