Conciertos

Gatos Bizcos – Loco Club (Valencia)

Gatos Bizcos Valencia mayo 2015
Cuando se habla de Los Gatos Bizcos suelen mencionarse estilos como el blues, el swing o el soul. Anoche, sin embargo, demostraron que son un grupo realmente inclasificable con un envoltorio tan maleable que cualquier intento de integrarles dentro de un género o subgénero resbala sobre su cáscara y fracasa en el intento. ¿Blues? Bueno, sí, algún solo de armónica o ciertas progresiones de acordes podrían recordar a ciertos modelos. Ellos tampoco se molestan en disimularlo empezando por el propio nombre de la banda, un guiño a los viejos bluesmen y a Muddy Waters. Pero siempre lo combinan con jazz, swing, rastros de soul, arrancadas rockeras, coqueteos con el spoken word, muchas referencias a las big bands de los 40… Si a todo ello unimos una presencia escénica impresionante, gran dominio del escenario (y de sus respectivos instrumentos), interacción con el público, sentido del humor y un repertorio como el de sus dos álbumes, tenemos un directo que, a priori, debía ser muy interesante.
Algo más tarde de la hora prevista, y con una imagen pulcra y cuidada, Quique Gómez (voz y armónica), Pablo Sanpa (guitarra), Héctor Rojo (contrabajo) y Miguel Benito (batería) aparecieron sobre el escenario. Empezaron con un instrumental de su primer disco, el tema «Topo Rojo», y siguieron con la canción que le da nombre, «I can`t believe my eyes». De hecho, prácticamente la primera mitad del concierto estuvo dedicada a repasar aquel álbum, a pesar de que venían a presentar Eurovegas, del que sólo sonó «Too late» en este inicio de actuación. Una enorme versión de «Orange coloured sky», muy adaptada al estilo Gatos Bizcos (sea este el que sea), y una divertidísima «Little Walter song» fueron los temas que más me llamaron la atención y donde mejor se reflejaba la personalidad y el carisma de Quique, el cantante, que con sus movimientos y gestos, su alargada figura, su forma de cantar y su brillante uso de la armónica fue capaz de hacerme recordar a Dean Martin y Lee Brilleaux a la vez.
Gatos Bizcos Valencia mayo 2015
La segunda parte del concierto, esta vez sí, repasó los mejores momentos (que son casi todos) de Eurovegas. Sonó el tema titular, también «The break» que fue el prrimer avance del álbum, la cáustica «Something else», «The way you walk» y «All I can say». Ya tenían al poco público metido en el bolsillo, pero una espléndida «This is not my first love song», cuyo potencial en directo es infinito, fue la mecha que nos encendió a todos. Unas quemaduras que una desoladora «From pink to grey», canción típica de desamor convenientemente explicada por Quique, no ayudó a sanar. 
Llegó entonces el momento de volver al primer álbum y hacer cantar al personal con «We like the boogie». Un momento que desde luego merece repetirse en una sala llena hasta los topes. A continuación tocaron otro de los temas viejos, «Let`s have some fun», toda una declaración de intenciones que firmamos todos y cada uno de los presentes y que sirvió para cerrar el concierto antes del preceptivo bis. Este consistió en uno de los temas más divertidos del nuevo disco: «A girl like him», una muestra más del talento compositivo de la banda, capaz de rescatar en sus letras ese sentido del humor agridulce que tenían algunos de los referentes más clásicos del blues y el swing. 
Gatos Bizcos Valencia mayo 2015
Como dije al principio, el concierto a priori se presentaba muy interesante. A posteriori, inmensas ganas de repetir, a poder ser con una sala llena bailando y sudando con su rock and roll y su swing, soltando alguna lagrimita con sus canciones cierra-bares y coreando «We like the boogie». Se lo merecen y lo conseguirán, porque tarde o temprano un talento como el suyo tiene que dar sus frutos. 
Si mi criterio tiene algún valor para alguien que esté leyendo esto, no os perdáis a los Gatos Bizcos en la presentación de Eurovegas en Madrid, el viernes 22 de mayo, en la sala El Sol.

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