IDLES – TANGK (Partisan Records / [PIAS])
Parece que la sacudida que produjo la eclosión de IDLES allá por 2017 va perdiendo fuerza según van entregando discos. Los de Bristol se empeñan en enterrar la furia visceral y la crítica social incendiaria que caracterizó sus primeras entregas, entrando en terrenos cada vez más introspectivos, aunque sin perder la intensidad y la energía que se les supone.
Los caminos por los que empezaron a transitar en el expansivo CRAWLER (2021, Partisan Records / [PIAS]) son los que les han traído a TANGK. Si por entonces Joe Talbot se abría en canal para compartir su dolor y hablar sin tapujos de traumas o adicciones propias y ajenas, aquí explora temas como la masculinidad tóxica, la salud mental, las relaciones personales, la búsqueda de la identidad y el amor, por encima de todo el amor.
La producción, a cargo de Nigel Godrich (Radiohead, Beck) y de nuevo Mark Bowen y Kenny Beats (Denzel Curry, Vince Staples), aporta una textura más pulida y sofisticada a su sonido. Las guitarras afiladas y la batería contundente siguen siendo protagonistas, pero se integran con sintetizadores, samples y otros elementos electrónicos que expanden la paleta sonora del grupo. Arrancar con tensión controlada de «IDEA 01», construida sobre bases electrónicas, bucles de piano y la melódica voz de Talbot, es toda una declaración de intenciones que marca un camino a seguir en un álbum lleno de sorpresas de las que muchos esperarán un estallido en cualquier momento, que raramente llega.
Estamos ante un trabajo lleno de profundidad, con temas oscuros y experimentales que sorprende con cada giro, y que lo mismo usa bases trip hop en canciones como «POP POP POP», que se enreda en las marañas de capas que atesora una oración como «Grace» (no se pierdan su videoclip tuneando «Yellow» de Coldplay). Que nos invita a frágiles exorcismos como el de la sorprendente «A Gospel» o nos lleva a territorios jazzisticos en la final «Monolith».
Quienes echen de menos la dinamita de antaño tienen ahí una «Gift Horse» con los IDLES más reconocibles, que abren su corazón de manera incondicional sólo como ellos saben: «Todo es amor y el amor es todo» o la fantástica “Dancer”, junto a James Murphy y Nancy Whang de LCD Soundsystem. Un arrebato dance-punk con cuerdas que deberían explorar más. Sin olvidar el arrase de «Hall & Oates», que a buen seguro se convertirá en toda una fiesta sobre el escenario.
El compromiso y honestidad que desbordan en estas nuevas canciones son razones de sobra para disfrutarlas, aunque algunos les prefiramos sacudiéndonos o escupiendo contra las mierdas que nos rodean.