Interpol – Our Love To Admire (EMI)
Cinco años después de debutar con el memorable Turn On The Bright Lights, Interpol se han convertido en un grupo con un estatus que les sitúa por méritos propios entre los más influyentes del planeta. A base de canciones con nervio y giras contundentes, han pasado de ser considerados unos emuladores aventajados de Joy Division, a una realidad con sonido propio.
Ahora llega el para muchos disco clave en la carrera de una banda, el tercero, el que llaman “de confirmación”, y es cuando comenzamos a apreciar síntomas en cierto modo preocupantes. Parece que los neoyorkinos, no son capaces de ir más allá que su habitual conjunción de guitarras afiladas y melodías con trasfondo oscuro heredado –por mucho que se empeñen en negarlo–, del afterpunk de finales de los 70. Todo sigue igual, todo continúa girando en torno a la voz cavernosa de Banks y los ambientes claustrofóbicos, y la sensación general es de cierto estancamiento.
A pesar de ello, el álbum contiene algunos momentos notables y cuenta con una excelente producción que acentúa las virtudes de su música. Destaca el mayor uso de teclados para realzar algunas piezas y sobre todo, cierto interés en la búsqueda de nuevos registros. Canciones como la atmosférica “Pioneer to the Falls”, la cadenciosa “Scale” o las inmediatas “Mammoth” y Who Do You Think?, así como el riesgo de “Rest My Chemistry” o “Lighthouse” hacen de Our Love to Admire un buen disco que por desgracia, queda lejos de lo que muchos esperábamos de él.