Juana Everett se presenta con el álbum Move On
Juana Everett es una cantante madrileña afincada desde hace un tiempo en Los Angeles, Estados Unidos. Desde allí nos presenta su primer álbum, Move On. Un disco cuyo título habla de moverse, de desplazarse, y es lógico teniendo en cuenta que las canciones que lo componen hablan de las experiencias vividas en su periodo de transición de Madrid a Los Ángeles: relaciones tóxicas, aislamiento, inspiración, falta de apoyo… También de la parte positiva, esa necesidad de vencer la soledad, la posibilidad de abrazar una nueva libertad, de reinventarse. Todo ello también se ve reflejada en un cambio musical que lleva a Juana Everett del punk y el rock de sus anteriores bandas a un folk-rock de corte indie que recuerda a cantantes como Courtney Barnett, Lydia Loveless, Liz Phair, Courtney Marie Andrews y otros grandes nombres de similar estilo.
El disco es como un viaje no solo físico, de Madrid a LA, sino también mental y espiritual. Un viaje en el que deja atrás un momento de su vida muy delicado marcado por problemas familiares y la reciente salida de una relación tóxica. Ese paso adelante queda explicado en el primer tema del álbum, «Drifter of love»: «Early in the summer of 2016/Brave as I could be I left my home/I wasn’t sure of what I was chasing/why I carried on«. Una decisión valiente que en «Wind whistle blow» empieza a mostrar las primeras dudas, pero también el convencimiento de que todo irá bien. De una manera u otra, las canciones están conectadas con esos primeros tiempos de inseguridad, tal como su autora explica. «Terminé los temas durante mi segundo año en Los Ángeles. No fue hasta entonces que pude trabajar tranquilamente en todas las canciones que había escrito a modo de supervivencia emocional«. Después de examinar sus propias canciones, Everett reconoció el hilo que las conectaba: «casi todas ellas tienen que ver con dejar algo atrás para iniciar algo nuevo.»
Así podemos encontrar canciones que relatan momentos más oscuros y depresivos («Light up a fire») con otros que abren la puerta al optimismo («Until the sky ain’t blue»). Finalmente, la aceptación llega con «Little tragedies», dejando atrás el pasado y mirando el futuro con algo de desasosiego pero también por confianza en sí misma. El viaje, como hemos comentado, no es solo físico sino también emocional, y este segundo aspecto es el que consigue arrastrar al oyente a revivir ese movimiento hacia un lugar al principio desconocido, incluso hostil, pero también esperanzador.
En lo musical, el traslado de Juana Everett a Los Angeles también ha influido en los cambios de sonido y estilo, dejándose envolver por el ambiente musical californiano, acercándose a la música de raíces norteamericana, y a la vez empapándose del eclecticismo que reina en una ciudad tan extensa y diversa. El resultado es fresco e interesante, moviéndose en un terreno que en los últimos años ha dado gran cantidad de discos, sobre todo de voces femeninas como las que hemos mencionado en la introducción. Además Move On se beneficia de una producción muy cuidada que, junto a la espléndida interpretación de Juana, debería impulsar al disco a jugar en ligas bastante grandes, a poco que tenga opciones de ser difundido y escuchado.
(las fotos de Juana Everett son obra de Zach Bell)
Escucha Move On en Spotify.