Kiko Veneno – Sombrero Roto (Elemúsica-Altafonte)
Dice Kiko Veneno que él está aquí para hacer música que den ganas de vivir, y vaya si lo consigue. Los sonidos del de Figueres son como un espejo que nos devuelve nuestra imagen, unas veces deformada, otras veces con nuestro mejor perfil.
Atento a las tendencias que recorren el panorama musical, José María López Sanfeliu ha querido conectar el lenguaje popular con el de las nuevas tecnologías, y en definitiva sentir que a sus 67 años, su mirada sigue siendo inquisidora e inquieta, y afortunadamente siempre socarrona. Lo dice alguien que ya en 1977, junto a los hermanos Amador grabo aquel seminal Veneno que aún no nos hemos acabado. Para seguir anclado a los tiempos presenters, este maravilloso Sombrero Roto (Elemúsica–Altafonte, 2019) sabe a carajillo y taberna, a synth pop casual, retrata vidas minúsculas, inyecta alegría de sentirse vivo, planta la mesa camilla llena de comadres, enhebra ripios imposibles, se enreda en escrituras automáticas y espíritu dadaísta, melancolía, y poesía, mucha, versos que alzan el vuelo por encima de nosotros dejando una estela iridiscente cuya cualidad de efímeros los hace universales. ¿Es Kiko Veneno el artista postmoderno por antonomasia? Todo ello de la mano de la producción nada invasiva del sevillano Bronquio que le da lustre electrónico a las canciones, pero las deja respirar para que siempre permanezca el genio de Échate Un Cantecito.
Todas las canciones son un dechado de virtudes: “Sombrero Roto”, la canción, -título que Kiko ha cogido de un estribillo de “Los Delincuentes” de la citada hermandad con los Amador, es vitalidad y jolgorio, con el manto electrónico y un piano saltarín dando mucho juego; el aislacionismo en el que estamos acostumbrados a vivir y cierto poso de desilusión por todo aquello que parece irreparable asoman en “Vidas Paralelas” (“Andrea tiene una idea, coge me el coche y se va a Ikea a ver si ve algo que le pueda dar un puntito a su salón más acogedor. Eloy es más de Leroy, como no trabaja hoy va a buscar la manera de mejorar la iluminación de su habitación. Andrea y Eloy, Eloy y Andrea nunca se encuentran”), o en la preciosa “Ojalá” con la guitarra de Kiko sorteando los requiebros de la soledad.
El país de la pandereta, de las banderas en los balcones, y de la derechona lo aborda en la divertida “Yo Quería Ser Español”, y acaba cantando con ingles de Las 3000 Viviendas en su peculiar homenaje a Bob Dylan, pero a su manera, claro. A la manera del Dylan sevillano. ¿Disco del año? Un sí rotundo.
Escucha Kiko Veneno – Sombrero Roto
no cabe duda, es su mejor disco en más de dos décadas. Una auténtica gozada
Kiko es el más grande
Maravilloso disco
Cómo que acaba haciendo su peculiar homenaje a Bob Dylan ? Miss you es una versión de Bob Dylan ?
Muy buen disco