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Libro: La Montaña Hueca de B. Catling (Aristas Martínez)

Uno de los cuadros más admirados (y admirables) del Renacimiento europeo es El Jardín de Las Delicias de Hyeronimus Bosch -conocido como El Bosco– pintado en el 1500, y que se puede disfrutar en el Museo del Prado. Un tríptico en donde la imaginación juega un papel esencial, y ya los mismos surrealistas la consideran esta obra maestra como uno de sus tótems a los que rendir pleitesía por su atribulada imaginación.

Si entrar en un análisis de la obra (que tampoco es la intención de esta reseña), sí que nos referimos a ella porque el escritor, escultor, cineasta, y artista performativo B. Catling (1948-2022) se inspiró en esta pintura del holandés para escribir la monumental novela La Montaña Hueca (Aristas Martínez, 2025; traducción de Javier Calvo) que, a la postre, fue la última obra que dejó en vida.

Una obra colosal en la el autor se permite crear un universo no muy alejado del que se representa simbólicamente en El Jardín de Las Delicias. Al escritor le gusta jugar con los resortes de la imaginería, y perimetrar todos los enigmas que se esconden a la vista del ser humano, o dicho de otra manera, y hablando en términos cinematográficos, en esta obra de Catling lo que no aparece en el plano tiene una importancia extraordinaria. Ese fuera del campo visual es primordial para incardinar una serie de historias que se van complementando para así crear una especie de western esotérico.

Heredero de escritores como Arthur Machen (el erotismo y la decadencia estética está muy presente en el libro), Lovecraft (ese pesimismo existencial y el uso de un lenguaje de tintes barrocos), o Alan Moore (temas como el la magia, los conjuros, una narrativa que no se deja llevar por las convenciones clásicas), estamos ante unas páginas que nos narran diferentes historias de las que no queremos desvelar muchos detalles, por la sencilla razón de que es un libro que es necesario vivirlo, estar poseído por su magia.

Por un lado la travesía del antihéroe otoñal Barry Follett, que junto otros mercenarios deben de llevar el Oráculo Sagrado al Monasterio de la Puerta Oriental. Juntos, y a lomos de sus caballos, deben enfrentarse a una montaña (Das Kagel) poblada de personajes que parecen haber sido expulsados de la mente de un perverso fabulador, y con los que deben medirse para llegar sanos y salvos en su larga travesía.

A esta historia central, y como en un torrencial flujo de la imaginación, también hallamos la rencillas monásticas entre el abad Clementine (el cual tiene un plan estructurado en su mente) y sus condiscípulos Benedict (un hombre ilustrado que cree firmemente en la sabiduría contenida en los libros) y Dominic, un joven que alerta de visiones de seres mutantes, liminales y numinosos.

Por último, la historia de Meg, una mujer que vive en el pueblo y que padece con dignidad estoica la pérdida de su hijo. Una mujer empoderada que es la viva encarnación de la mujer que no aparece en los libros de Historia, pero que representa la gallardía, la honestidad, que es como la cámara de resonancia de la humillación de tantas mujeres en aquella época. Su historia se ve salpicada por acontecimientos en los que la naturaleza salvaje muta en erotismo, y de ahí en fuerza vengativa.

Catling dejó esta obra como el culmen de la belleza de su prosa. Una arrolladora y agreste hermosura concentrada en un híbrido entre ciencia ficción, libros de caballerías, relatos juglarescos, distopías carnavalescas, y así hasta trabar escenas hiperrealistas y de gran fisicidad que dan pie al lector a vislumbrar nuevas percepciones.

Puedes comprar el libro: La Montaña Hueca de B. Catling (Aristas Martínez) en la web de su editorial.

 

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