Morrissey (The Brighton Centre) Brighton – Reino Unido 14/10/22
La gira británica de Morrissey acababa en un lugar tan conocido para el mancuniano como emblemático para sus fans o para cualquier admirador de la cultura pop británica que se precie, la ciudad costera de Brighton. Un total de diez conciertos si contamos el de Irlanda, que lógicamente han ido de norte a sur, acabando en esta pequeña ciudad de ensueño.
Llegar a la puerta del recinto por la mañana para ver el ambiente y encontrarse con el agitador musical Luis Le Nuit (protagonista del documental Moz and I (Edgar Burgos/Esther Lopera 2016) no es lo mismo que encontrarse con Morrissey, pero casi, además de señal inequívoca de que todo va a ir como la seda. Fue Luis el que nos comentó algunas curiosidades como la de que los treinta primeros en la fila optarían a una pulsera para poder entrar los primeros y acceder a las primeras filas. Por cierto, aprovecho para aconsejaros que veáis el mencionado documental, disponible en Netflix y otras plataformas.
A las seis y media de la tarde se abrían las puertas de The Brighton Centre y se veían las primeras carreras para ocupar los mejores sitios del patio central de la sala. Ambiente más que caldeado con gente de todas edades –más de una pareja con los hijos a los que han contagiado la pasión por Moz– y varias nacionalidades, con predominio (lógicamente) de británicos.
Comenzaba el show con el film que se ha estado proyectando en toda su gira como pudimos ver también en el festival Cruel World, aunque allí una versión más corta por ser un festival. Imágenes de un mitómano irredento como Morrissey, plagadas de señales y significados. A saber: comenzar con “Search & Destroy” de los Stooges a todo volumen sobre imágenes de Apocalypse Now no es baladí. Aunque a decir verdad el respetable no pareció mover ni una ceja, exceptuando un señor de San Francisco que estaba a nuestro lado y un servidor, hasta la aparición en la pantalla de los Sex Pistols con el “God Save the Queen” (coreada hasta el infinito) están locos estos británicos. Así se fueron sucediendo imágenes de otros de sus ídolos, como Eddie Cochran o los inevitables New York Dolls.
Tras media hora del film telonero y ante los gritos de “Morrissey, Morrissey, Morrissey”, salía este a escena arropado de su banda actual, esto es Jesse Tobias y Alain Whyte a las guitarras, Brendan Buckley a la batería, Juan Galeano al bajo y el multi instrumentista Gustavo Manzur a los teclados, guitarra, armónica y sobre el que recaen también gran parte de responsabilidad de los coros, y gritaba: “Let the music play!”, para comenzar con el trallazo “We Hate It When Our Friends Become Successful”.
Una voz más potente que nunca, en un recinto excepcional al que sus técnicos le deben tener cogido el punto, pueden explicar el sonido apabullante del que pudimos disfrutar desde el comienzo. El segundo tema sería “Our Frank” con imágenes del Frankenstein de Boris Karloff como fondo, para continuar con un Morrissey entregado diciendo “os lo dije, os lo dije” y atacar un “How Soon is Now” (The Smiths) para hacer saber que no había marcha atrás, la velada iba con un solo camino posible, hacía arriba sin parar.
“First Of The Gang To Die” es otro de sus hits que nunca falla –aunque para un público así de entregado hubieran servido cualesquiera de las caras B de sus singles– para llegar a uno de sus nuevos temas que presumiblemente serán parte de su nuevo disco. Otro pildorazo pop que nos retrotrae a los mejores tiempos del Viva Hate, titulado “Sure Enough, The Telephone Rings” y con el que Moz bromeó diciendo que había momentos en los que lo pasaba mal en su vida, como cuando sonaba el teléfono o cuando estaba con nosotros, estimado público. Si todo su nuevo trabajo suena la mitad de enérgico que esto, estaremos ante algo muy grande.
La incontestable “Irish Blood, English Heart” sirvió de enlace para otro de los nuevos temas que ya está convirtiendo en todo un clásico de sus últimos conciertos, “I’m Veronica”, otra gema pop de alto octanaje
Siempre hemos sabido la casi filiación “rockabillera” de Morrissey y así nos lo recordó con la interpretación de “The Loop”, el momento más americano de la noche. Como si estuviera enfadado con su excelente último disco publicado, I am Not a Dog in a Chain (BMG 2020) “Knockabout World” fue la única que interpretó de este. Ya sabemos que sus setlists son impredecibles, pero sospechábamos que iba a caer otro de los nuevos temas, el que da el título al disco y que no acaba de salir al mercado, “Bonfire Of Teenagers”, haciendo del concierto uno de los momentos más intensos, tanto por la música como por la iluminación totalmente roja del escenario.
Un solo de piano precedía a “Everyday Is Like Sunday”, con una sala a punto de estallar como no podía ser de otra manera, con este clásico atemporal. “Half a Person”, “Never Had No One Ever” y “Please, Please, Please Let Me Get What I Want” terminaban de conformar la cuota de canciones de The Smiths, selección ,dicho sea de paso, poco ortodoxa, aunque muy acertada. Aún habría tiempo para otro de los nuevos temas, “Rebels Without Applause” y para que tirase su camisa a las primeras filas durante “Jack The Ripper”.
Ya en el bis, vistiendo una camiseta que homenajeaba a la ciudad de Brighton, dio paso a una versión especialmente bestia de “Sweet and Tender Hooligan” (The Smiths) para despedirse con su clásico “God Bless You”, no sin antes volver a tirar la camiseta al público.
En fin, con la sensación de haber vivido algo grande nos íbamos del recinto con una sonrisa de oreja a oreja, todavía pensando en un Morrissey en estado de gracia y especialmente guasón; ese “Viva España”, refiriéndose a la nutrida representación hispana en primeras filas, debió dejar descolocados a los locales. Más grande que la vida pese a quien pese.
Fotos: Esther Brasero