Conciertos

Nadadora – Sala Charada (Madrid)

La verdad que no sé como están siendo el resto de conciertos que Nadadora está dando por las salas de todo el país, más que inmersos ya en la presentación de su tercer largo luz, oscuridad, luz, pero creo que el que dieron el pasado sábado en la céntrica sala Charada, fue muy especial, tanto por la elección del repertorio, como por el ambiente que se vivió en la sala.

Y es que creo que es toda una declaración de intenciones empezar con “invierno contigo”, el primer tema del primer EP que salió al gran público. Un regalo muestra de reconocimiento a un respetable sin duda que experimentado y fiel seguidor de una banda que a lo largo de toda su carrera no ha hecho otra cosa que demostrar tanto en sus directos como en sus discos, una forma de hacer canciones basada en un estilo muy personal, y en la filosofía de las cosas bien hechas.

Así pues comenzaban sorprendiendo a una sala llena, y sonando algo fríos en un principio, con las voces demasiado fuertes, quizá más por culpa de unas guitarras algo bajas. Pero que como no podía ser de otra manera poco a poco fueron alcanzando la temperatura adecuada para los conciertos, cuando sin apenas descanso encadenaron “deshazte de mí”, (que ya empezó a caldear los amplificadores) para después regalar otra joya sacada de la química que nos une como es “septiembre no está tan lejos” y finalmente estallar y empezar a crear esa sonoridad 100% nadadora con “me llamareis asesino” y “el bosque”, momentos estremecedores en los que sin saber ni como ni porqué, el corazón se te encoje y la piel se te pone de gallina.

Fue a partir de entonces cuando la banda se empezó a sentir totalmente cómoda, y como si fuesen las últimas piezas de un puzzle todo empezó a encajar a la perfección, generando esa envoltura que sólo ellos saben conseguir cuando combinan a la perfección las distorsionadas y retorcidas guitarras de Gonzalo, con la dulce voz de Sara, y la siempre omnipresente e imprescindible batería de Dani, que son algo así como los truenos en una tormenta perfecta.

Una segunda parte mucho más centrada en su último disco, y con regalos como “12:01 a.m.” también de su primer EP Aventuras dentro de cajas, hicieron que un público cada vez más volcado, disfrutase de lleno, vibrando sin descanso, hasta que después de la protocolaria salida del escenario, salió Gonzalo a solas con su guitarra, para cantar “aceptar” y dar el comienzo a un fin de fiesta memorable, donde “1987” y “siempre” sonaron impecables, pero donde como no podía ser de otra manera “20.000 veces” se llevó la ovación de la noche, pues sencillamente es una pieza maestra.

Un concierto intenso como pocos grupos son capaces crear, sin apenas ni un respiro entre canción y canción y donde los gallegos volvieron a demostrar toda la potencia, la sonoridad, y la fuerza que tienen para transmitir sentimientos a través de una amalgama, donde muchas veces es incapaz de distinguir nada, pues sencillamente es un todo uno, el sonido nadadora.

Gracias por seguir regalándonos conciertos así.

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