Neil Young & Crazy Horse – Way down in the rust bucket (Reprise Records/ Warner)
La siempre interesante “Performance Series” de Neil Young, epígrafe bajo el que el canadiense publica profusamente directos representativos de todas las épocas de su dilatada carrera, sigue creciendo con Way down in the rust bucket, título que recoge íntegro el recital que Young ofreció junto a Crazy Horse el 13 de noviembre de 1990 en The Catalyst, un pequeño club de Santa Cruz, California.
Tras una década de los 80 realmente penosa a nivel artístico, Ragged Glory (1990) supuso un punto de inflexión en la trayectoria de Neil Young. El anterior Freedom (1989) -en especial “Rockin´ in the free world”- inició su recuperación para la causa, pero Ragged Glory, publicado apenas medio año después, es el álbum con el que consigue renovar su público, abriéndose paso como un mesías entre una generación grunge que le adoptó como faro y guía, como ejemplo de actitud rebelde y autenticidad. En él, Young retomó el sonido electrificado y desatado de los lejanos e imprescindibles Zuma (1975) y Rust Never Sleeps (1979) aumentando la apuesta y la jugada le salió redonda.
Antes de comenzar la larga y exitosa gira mundial de presentación del álbum, el canadiense ofreció dos shows de pequeño formato para rodar el repertorio y engrasar de nuevo la maquinaria Crazy Horse. Way down in the rust bucket recoge íntegramente la segunda de aquellas noches, puro rock sin aditivos ni concesiones, con una banda deseosa de reivindicarse a través de la distorsión y el feedback. Aquí todo el repertorio suena cohesionado, coherente y pulido, con especial protagonismo para el magnífico álbum que presentaba, del que suenan 8 de sus 10 temas. El resto de la selección también es canela fina, huyendo en cierto modo de la obviedad, aunque no faltan los hits. Así, escuchamos el debut en directo de “Danger Bird” ¡15 años después de su publicación! y podemos deleitarnos con extensas tomas de perlas como “Like a hurricane”, “Cortez the killer” o “Cowgirl in the sand” (ésta solo en el formato DVD). Incluso los dos rescates del inefable Re-ac-tor tienen sentido.
El fan más avezado se preguntará si es pertinente esta publicación teniendo en cuenta que el aclamado doble directo Weld (1991) ya documentó de manera pertinente aquella gira. La respuesta es un rotundo sí: además de una mezcla mucho más acertada y acorde con los tiempos que corren, donde la mejora en el tratamiento de voces y batería es notable, las interpretaciones suenan más frescas y espontáneas, siendo palpable esa atmósfera de concierto de club que hoy en día tanto echamos de menos.
Estupendo directo, un complemento perfecto a Weld