Nikki Lane + Depedro (Noches Del Botánico) Madrid 25/06/23
La estrella de la noche era, sin ningún género de dudas Depedro, que ya había estado en el mismo recinto abriendo en su día para sus amigos y excompañeros Calexico, en aquella gira conjunta que hicieron ambos. Sin embargo, hubo una artista que brilló con una luz propia de las estrellas más rutilantes, la cantante Nikki Lane, que se encuentra de visita por nuestro país.
Los casi dos metros de cantante de Nashville, ahora totalmente rubia, salía al escenario del Botánico mientras su banda terminaba de apostarse, se colocaba su guitarra al hombro y ya sabíamos que algo especial iba a ocurrir.
Embutida en un traje negro y una chaqueta, diseñada por ella misma, no tardó ni dos minutos en dejar claro por qué es, o al menos debería, ser el nuevo estandarte de “americana sound”. Tanto por su particular voz, como por sus composiciones, más cercanas al “alt country” y que, por ende, tiene más predicamento entre un público – digamos – más transversal que el hermético mundo del country.
“700.000 Rednecks”, “Send the Sound”, o “Highway Queen”, con las que comenzaría su corto set, sonaron apabullantes en el siempre perfecto sonido del Botánico mientras este se iba llenando. Sabiendo que tenía poco tiempo, al ser la artista telonera, piso el acelerador de su banda, ofreciendo una actuación condensada y sin aristas, diría que perfecta.
Bueno, una única parada para que su guitarrista, German Salto, se autoproclamase el traductor de Nikki, presentar a la banda y de paso contar un chiste. Lo que nos llevó a pensar que, menos mal que German es un buen instrumentista, porque de humorista lo hubiera llevado mal. ¡A la cárcel con él! Completan la banda de Nikki Lane: Pere Mallén – guitarra /pedal steel-, Jokin Salaverria – bajo – y Lete G. Moreno a la batería, músicos de lujo para su gira española.
No pudieron faltar en el set, “Denim & Diamonds”, atención al videoclip de este tema y “Jackpot”, esa oda a la vida disoluta de Las Vegas. Ya estamos deseando que venga de nuevo, o que se quede a vivir.
Con la noche en plena totalidad y con amenas de algunas gotas de lluvia, al final nada, salía al escenario el culpable del lleno del recinto, Depedro, o Jairo Zavala rodeado de su banda y con una serie de proyecciones detrás de ellos. Las cosas como son, la partida ya la tenían ganada, pero de no haber sido así, también hubieran arrollado.
Aunque las canciones de Depedro se deben disfrutar en su plenitud, tanto por las letras, como por la música, Jairo y los suyos se decantaron por hacer bailar al personal desde los primeros minutos de actuación, sabedores quizás de un entorno algo “festivalero” y con ganas de pasarlo bien. Y no lo digo por la elección del setlist, sino por el tratamiento de este, más “rockero” y bronco me pareció a mí.
“Como el viento”, “Máquina de piedad” o su eterno hit; “Un hombre bueno”, sirvieron para tomar el pulso al respetable, ya rendido a sus pies y a la noche. Velada que fue transcurriendo con temas como: “Nubes de papel”, “Déjalo ir”, hasta llegar a la gran “DF” con una serie de proyecciones al fondo de la capital mexicana.
Hubo momentos para el recuerdo de sus temas más antiguos y emblemáticos y por qué no; reivindicativos, al tocar “Equivocado” de su primer trabajo y espetar: “me gustaría que esta canción no estuviera vigente, pero desgraciadamente lo está, hay gente discriminada por nacer el en sitio equivocado”.
También momentos para cantar entre el público, bajándose la práctica totalidad de la banda en algunos temas, entre ellos “El Pescador”, haciendo del Jardín botánico una fiesta casi familiar y que curiosamente aquello siguiera sonando con la potencia de los temas tocados encima de las tablas.
Un concierto disfrutable al máximo y que no solo sirvió para pasarlo bien, también para constatar la buena forma de un artista ya consagrado y merecedor del lugar en el que se encuentra.
Fotos Nikki Lane + Depedro: Fernando del Río