Ozone Babies, Deluxe, Chucho y Los Enemigos – La Riviera (Madrid)
Ozone Babies abrieron este mini-festival en La Riviera. Con un sonido demasiado saturado se encargaron de demostrar sus tablas en lo que parecía un ensayo más que un concierto, pues no habría en la sala ni cincuenta personas. Tras media hora escasa Deluxe se encargaron de recoger el testigo.
Tras asistir a dos conciertos de Deluxe en ocho días, puedo abordar el más reciente a partir de una comparación con su antecesor. Por un lado, el repertorio fue similar, aunque teniendo en cuenta que en Madrid (5 de octubre) duró tan sólo 45 minutos, la mitad del concierto que ofrecieron en Oviedo el pasado 27 de septiembre (véase la crítica en Muzikalia). Por este motivo, algunos temas del álbum “Not What You Had Thought” se quedaron en el tintero, al igual que la versión del “Starman” de David Bowie. Afortunadamente, las favoritas de un servidor no faltaron: “Looking Trough The Hole”, “I’ll See You In London” o “Things That Change”.
A esto se añade que el escenario de La Riviera, frente a la pequeñísima Calleja de la Ciega en Oviedo, hizo posible un concierto más psicodélico (fundamentalmente en los minutos iniciales), con una mayor presencia de la programación, un mejor sonido (aunque no fue demasiado bueno) y con una comodidad mayor para el espectador, que, para qué engañarnos, influye a la hora de ‘meterse’ en una actuación.
En La Riviera no faltaron tampoco las nuevas canciones del grupo de Xoel López, unas canciones con letra en castellano que prometen. Destacan dos, sin título conocido, pero cuyos estribillos dicen algo así como “Que no, que no, que no….” (mucha rabia y sonido típico de Deluxe) y “Todo es diferente…No sonríes como antes, como siempre…” (un tema más pop que lo que nos tienen acostumbrados). También destaca el sonido grunge de la canción –otra de las nuevas- con la que cerraron su actuación, y la acertada versión del “There Is A Light That Never Goes Out” de los Smiths.
En resumen, notable alto para un concierto con dos únicos inconvenientes: la escasa duración, debido a la presencia de otros tres grupos en el programa, y el mejorable sonido. Si el presente de Deluxe es brillante, las nuevas composiciones de Xoel apuntan un futuro, al menos, de idéntico nivel.
Momentos después Fernando Alfaro y los suyos saltaron al escenario. “Un Ángel Turbio” abrió su actuación. Tras esta se sucedieron las habituales canciones que Chucho están utilizando en lo que hasta el momento es la puesta de largo de “Los diarios de Petróleo”. Lástima el pésimo sonido que hacía pasar desapercibida a Isabel León y nos impedía escuchar bien los teclados, samples o la guitarra acústica de Alfaro.
“Abre Todas las ventanas”, “Revolución”, “Cirujano Patafísico”… un repertorio prácticamente calcado al de su actuación en Benicàssim que a pesar de no contar con un buen sonido sirvió para demostrar algo más que sabido: el grupo tiene muchos incondicionales y encima del escenario tienen todas las batallas ganadas. “Visión Rayos X”, “Sal”, “De Aire”, “Demasiada poca Gente”… (“sois demasiada buena gente por aguantarnos”), demostraban que el grupo se siente muy a gusto con su repertorio y que además sus nuevos temas funcionan muy bien en directo. Tras unos escasos cuarenta minutos “Esto es mi Sangre”, arrolladora canción incluida en su EP de debut, ponía fin al primer tramo del concierto.
El bis no se hizo esperar. Lo abrieron con “Chapoteosis…” a la que le siguió una incendiaria “Erección del Alma”, que se encargó de caldear el ambiente para el momento de la noche, que llegó justo después. Alfaro dejó la guitarra, arrancó el micro de su soporte y tirándose por los suelos, nos escupió una versión pseupo punk de “Perruzo” que enloqueció a la sala. Glorioso. Como era de esperar “Magic” puso la guinda a una hora escasa que nos dejo, como es habitual en ellos, un buen sabor de boca.
De los cuatro grupos del cartel la gente fue a ver a los Enemigos, aquello estaba claro. Y los madrileños, que acababan su larga gira de presentación de su disco «Obras Escocidas» (recopilatorio en directo de sus ya más de diez años como grupo), se esforzaron por hacer una despedida a la altura, con la sala La Riviera prácticamente al 100% a la hora en que les tocaba su turno.
Repasando sus clásicos (tocaron casi la mitad de «La Vida Mata», incluyendo «Septiembre» y «Desde El Jergón») alternados con lo mejor de «Nada» (muy emocionante «Antonio» y muy impactante «Me Sobra Carnaval»), los cuatro componentes, con un distante Josele en cabeza, dieron lo mejor de sí: Chema Pérez, con sus baquetazos salvajes a lo Crazy Horse, el gran bajista Fino como maestro de ceremonias y Manolo Benítez, de apariencia tan rockera que casi parecía un Rolling Stone, haciendo solos -estupendos con la slide- entremezclados con los del propio Josele.
Los Enemigos es un grupo que crece en directo. Aportan contundencia al contenido, las siempre inteligentes y maduras letras de Josele, uno de los mejores letristas españoles de los últimos diez años (compitiendo con, supongo, Javier Aramburu, Fernando Alfaro, Javier Corcobado y Sergio Algora). Muchas de sus canciones suenan a himnos clásicos y están resultando con el tiempo más disfrutables que muchos de los grupos de su época. A destacar también, la aparición de Alex Calvo Sotelo, director de «Se Buscan Fulmontis», montando un sarao con arrebato fanático en «John Wayne».
Es difícil que todos queden a gusto con un concierto de los Enemigos. Al encontrarse, musicalmente, en tierra de nadie (pasan del rock duro al punk saltando al blues, el jazz, el garage…), cada cual les encuentra su fallo. En mi caso, los solos de guitarra de Manolo Benítez me resultaron excesivos y a veces cargantes.
Pero este detalle será una virtud para muchos otros. Después de concatenar varias canciones vinieron los bises, donde los Enemigos cumplieron sin pena ni gloria. Continuaron la fiesta, aunque la última, un «nadie me quiere» menos jazzístico de lo que hubiera deseado, les quedó como un guante. Enhorabuena.