Pixies (Noches del Botánico) Madrid 28/07/24
Apenas un año después de la última visita de Pixies a la capital, llegaba una nueva ocasión para disfrutar de las canciones de los de Boston, pero en condiciones bastante diferentes. No venían a presentar disco nuevo, el convincente Doggerel (2022) ha quedado atrás y en octubre editarán The Night the Zombies Came; aunque sí venían junto a su nueva bajista. La ex componente de Band of Skulls, Emma Richardson ha sustituido a Paz Lechantin y es la nueva compañera de Black Francis, Joey Santiago y David Lovering. Juntos se han embarcado en un nuevo tour que tras repasar Bossanova (1990) y Trompe Le Monde (1991) al completo en una primera etapa, continúa mirando a pasado y futuro con especial peso de su glorioso pasado.
La banda subía al escenario con esa indiferencia que llevan años acrecentando y perfeccionando. Me sigue sorprendiendo que haya algunos que aún se sigan cuestionando la frialdad de Pixies ante su público ¿es que nunca les habéis visto en directo? No hay saludos, no se presentan canciones, no hay agradecimientos hasta que concluye el concierto. Es un ritual sagrado, que no se rompe y forma parte de su leyenda. Con él llegaron a Noches del Botánico en un arranque muy medido y sin estridencias, abriendo con unas «Gouge Away» y «Wave of Mutilation» algo bajadas de revoluciones, una especie de calentamiento rutinario que enseguida se rompió con «Monkey Gone to Heaven». Una de esas certeras balas que parecía habían gastado demasiado pronto, pero la fiesta no había hecho más que empezar.
Lejos han quedado las presentaciones incendiarias y punks de antaño, ahora todo atiende a una exquisita profesionalidad que hacía que nada más arrancar los primeros acordes de «Caribou», la correa de la guitarra de Francis se rompiera, y él sin inmutarse, sin mueca alguna, alargaba el acople mientras le traían una guitarra nueva y continuaba como si nada, por mucho que el público aplaudiera. Terminaba la canción, se apagaban las luces y escuchábamos un «Hey!» con el que la noche empezaba a ambientarse. Llegaba así una sucesión de esperados momentos como la poderosa «Velouria», la endiablada «Vamos» con Joey Santiago inventándose rasgueos imposibles con su gorra o el pop perfecto de «Here Comes Your Man». Entre ellas, una impecable «The Happening» no muy habitual en sus shows y la aún inédita «The Vegas Suite», medio tiempo con los coros de Richardson que cerrará su nuevo álbum.
Comprobamos cómo la hipnótica y ensoñadora «Ana» conecta con la nueva «Chicken«, que la melódica «Motorway to Roswell» sigue dando mejores resultados en directo que en estudio, y gozamos con el rescate de otras dos piezas que al menos el que suscribe, llevaba mucho tiempo sin escuchar en directo como la cambiante «All Over the World» y la hipnótica «I Bleed». A partir de ahí, llegaba el desmelene y los primeros pogos con «Crackity Jones», «Isla de Encanta», su versión de «Head On» y «Planet of Sound».
Con la partida ganada y todos rendidos ante esa lección del rock sin fisuras, todavía había tiempo de sorprenderse con la recuperación de «Alec Eiffel», «The Navajo Know» y «The Sad Punk» de Trompe Le Monde, con la vuelta de la inflamable «Tame» a su repertorio, y con esa joya llamada «Dig for Fire». Sonrisas de felicidad para afrontar un tramo final que todavía depararía una genial «In Heaven (Lady in the Radiator Song)» en la voz de Emma Richardson, el nervio de «Bone Machine», la versión surf de «Wave of Mutilation», la eterna «Where Is My Mind?» y una alargada «Winterlong» con la que (ahora sí) saludaron a su público, al que aún tenían que regalarle una «Debaser» final con la que cerraron la mejor actuación que les he visto desde que volvieran en 2004.
Foto Pixies: Víctor Moreno (Noches del Botánico)