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Scarlet´s well – Society of figurines (Siesta)

La portada del cd Society of figurines, de los británicos Scarlet´s well me llenó de escepticismo, mientras soltaba un significativo bostezo al mirarla. El dibujo de un ángel de costado con una especie de abanico en forma de flor en sus manos no presagiaba nada bueno. De hecho, en sus seis discos anteriores las portadas son similares. Sin embargo, los dos primeros compases y los acordes de «Supernatural Services» me engancharon desde el primer momento y me llamaron vivamente la atención. Y no es porque sean una banda explosiva, Scarlet´s well es un grupo de indie pop con un toque folk muy ´tranqui´.

El disco es para almas positivas o para las que no lo son y buscan hallar esa actitud en la música. Sentir una pizca de felicidad, ya sea en el cuerpo de un vampiro con el fuego ardiendo volando ´a través de las estrellas´, como cantan en «The Vampire´s song» o a través del canto a la vida con «Messages from beyond»: ´I´m running, leaping, sunning, sleeping, loving, fighting, shoving, biting, live!´ Puede sonar cursi, lo sé, pero consigue su objetivo: hacerte sentir bien. Esta es la mejor definición del álbum. Te hace sentir bien. En la canción «Society of figurines» se presentan así: «We are the children of the gods, we are the flowers of the stars, our bodies are made of wonder, our voices are thunder, beaten in steel». Una melodía agradable que repetida muchas veces consigue hacerte creer que tú también formas parte del club.

Scarlet´s well tienen un estilo que en algunos momentos recuerda al mítico sonido más apaciguado de finales de los años 60, con sonidos de órgano incluido, e incluso tiene melodías a lo Scott Walker. Un sonido que en otras canciones varía, sin desentonar, y se acerca más a los Belle and Sebastian y al pop de cámara de comienzos del 2000.

Hay que diferenciar tres tipos de canciones en el álbum: las que canta Bid, las que canta Alice Hgealey  y las que cantan ambos a la vez. Bid le da una energía calmada a las canciones con su potente voz como en «The Vampire´s song» o «Turn face to the forest». Sin embargo, esta energía se difumina cuando quien canta es Alice, que como alguien describió parece surgida del cielo con un paraguas volador a lo Mary Poppins. Asimismo, las dos voces juntas forman un gran equipo y firman grandes canciones como «Nine devotions to krishna».

El nivel de la primera parte del disco no se consigue mantener en la segunda, en el que las canciones siguen una misma línea, pero no aportan tanto como las primeras. Y un consejo, no hay que guiarse por el librito con las letras con el que viene el disco. Como en la portada, las imágenes angelicales que aparecen pueden distraer y hacer perder las ganas de escuchar este gran y positivo álbum.

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