Sidonie – Teatro Lara (Madrid)
¡Por fin era 2 de abril y Sidonie volvían al mismo escenario donde habían puesto punto y final a la gira de El Fluido García! El Teatro Lara volvía a ser testigo del potente directo del trío barcelonés (convertido en quinteto para la ocasión) que presentaba su séptimo trabajo de estudio: Sierra y Canadá.
De nuevo uno de los conciertos de SON Estrella Galicia hacía que el público allí presente se olvidase de lo que pasaba fuera (que por cierto, diluviaba). El teatro, lleno hasta la bandera, esperaba con ansia frente a un escenario con una gigantesca bandera de Canadá y lleno de luces rosas de neón que dibujaban los nombres de los componentes del grupo (Axel, Marc y Jes), a los que se les unían Edu Martínez y Marcel Cavellé.
Todo tenía una imagen muy futurista, algo que confirmamos cuando por fin salieron al escenario con unas cazadoras totalmente galácticas (por eso del color dorado metalizado). Empezaba el espectáculo, las primeras notas de «Costa Azul» sonaban y el ambiente no tardó en animarse; tras interpretar «La sombra», fue «A mil años luz» el que consiguió poner en pie a todo el recinto.
Comienza aquí un paseo por sus temas más conocidos mostrándonos como en «Fascinado», su versión más eléctrica. Con «Sierra y Canadá (historia de amor asincrónico)» nos avisan de lo que se avecina esa noche: no va a ser un concierto de presentación normal y corriente, nos van a hacer disfrutar de todos sus nuevos temas intercalados, habrá tiempo para lo pasado y lo que está por venir. Cuando llega el momento de «Los olvidados» aparece Miri Ros, a la que echamos de menos en su anterior visita a la capital.
Interpretan «Hirosima mi amor» y el silencio se hace dueño del teatro, es una canción que te acaricia la piel y eso quedó demostrado durante unos minutos. Con «Todo lo que nos gusta» consiguen reanimar al público y romper ese ambiente tan íntimo que habían creado. No queda nadie sentado en su butaca, ¿para qué si llegaba «En mi garganta» y a un concierto se va a disfrutar y a vivir la música en estado puro?
Aquello parecía no tener fin, cada vez el público disfrutaba más y ellos se entregaban hasta el extremo. Tener «Un día de mierda» no le gusta a nadie pero si te lo canta Sidonie en el patio de butacas, parece que se ve de otro color. El público estaba entregado a los compases de «Un día más en la vida» o «El bosque», más largas de lo normal y con una puesta en escena más rockera y potente.
No podía faltar «Estás aquí» ni una versión, en este caso, de un clásico como «My generation» de The Who que hizo lucirse a Axel con la batería como pocos saben hacer.
Se acercaba el final… Marc se enfunda en una camiseta de Canadá y comienza a cantar «Giraluna» para rematar la noche con «Por ti» o «Nuestro baile del viernes». Pero no podía haber una descripción más precisa de lo que allí había pasado: «El incendio».
Cada vez me queda más claro que ir a un concierto de Sidonie te carga las pilas para una semana mínimo. Un grupo al que siempre merece la pena ir a ver, no sólo por su directo de calidad si no porque siempre te sorprenden.