Reportaje: Sonorama Ribera 2016
Por Raúl Julián (textos) y Fernando del Río (textos y fotos)
El Sonorama ha pasado la mayoría de edad con la edición número diecinueve, y colgando el cartel de “sold out” para el sábado, y rozándolo el resto de los días. El festival ha batido records en cuanto a público; 60.000 personas han pasado por Aranda del Duero en este fin de semana, y en lo tocante a artistas, más de 140 han conformado el cartel de este año. Como novedades: nuevos escenarios, y la forma de pago electrónica a través de la propia pulsera de acceso, método que generó algún problema el primer día y excesivas colas en los puestos de recarga. Para la segunda jornada ya estaba resuelto, y es que si hay algo que la organización del festival hace bien, es el “feedback” que tiene con los asistentes y la capacidad de resolución de ciertos problemas. Ahora se enfrentan a otro reto, el de no morir de éxito en su próxima edición, la del 20 aniversario. De momento te contamos todo lo que ocurrió en este, aquí.
Jueves, 11 de agosto de 2016
La Frontera
La veterana formación era la encargada de abrir la primera jornada en lo tocante a los dos escenarios principales, presentándose en el escenario; Castilla y León, con unos veinte minutos de retraso sobre el horario establecido, debido a la larga cola que había en el acceso principal del festival. A Javier Andréu (guitarra y voces) y el polifacético, Toni Marmota, oriundo de Aranda, dibujante, guionista, además de bajista y cofundador de la banda (aconsejo que visitéis, el próximo año, La Cochera, bar decorado con dibujos originales suyos, en el centro de Aranda) les tocó la, siempre difícil, tarea de luchar contra una escasa afluencia de público, hasta más de la mitad de su actuación, y un sonido pauperrimo durante la mayor parte del set. A pesar de lo acertado del setlist, poco pudieron hacer por levantar una actuación, de antemano perdida, y eso que sonaron hits inmortales como: “Judas el Miserable”, “Si el whisky no te arruina, las mujeres lo harán”, o la más celebrada; “El Limite del Bien”, lo que da una idea del escaso predicamento que tienen entre el púbico tipo del festival.
El Niño De Elche
El “cantaor”, fue la prueba definitiva de que el Sonorama siempre está abierto a todo tipo de sonidos, mostrando un eclecticismo muy en la onda de festivales anglosajones, y del que en España hemos estado faltos hasta hace bien poco. En el escenario principal, arropado por una banda más que acertada, entre los que se cuentan parte de, sus amigos, Pony Bravo, ofreció un concierto fresco y divertido. Esta vez no le hizo falta salir disfrazado ni de cura ni de policía, y se supo atraer la atención de los de enfrente con su música, ya, de por sí irreverente, y las canciones de, Voces del Extremo
Manel
Los catalanes, y su pop siempre inclasificable, comenzaban justo después, en el segundo escenario principal, con un festival a esas horas a todo rendimiento, alternando temas de su último trabajo, Jo Compteixo (2016) Warner, como: “Les Cosines”, o “Boomerang”, con otros más clásicos de su repertorio; “Ai, Yoko”, o “Bengoult”, para terminar muy acertadamente, con, “Sabotatge”.
Quique Gonzalez
Ha editado su último trabajo, incluyendo por primera vez, el nombre de su banda, Los Detectives, en claro homenaje a los músicos que le suelen acompañar. El madrileño, un tipo con tablas, sabedor de lo que necesitan los asistentes a un festival multitudinario, desplegó su lado más “rockero” en directo, sin dejar de lado sus raíces sabor a country, que le caracterizan. Así, temas como: “Charo”, o “Cuando éramos reyes” sonaron más eléctricas que de costumbre, o, al menos, esa fue la sensación que dio.
Ángel Stanich
El barbudo cantante salió con la partida de antemano ganada a un escenario, Castilla y León, abarrotado por completo y enfrente de un público entregado desde la prueba de sonido. Nos encontramos con una de las ascensiones más meteóricas en el panorama independiente patrio de los últimos años, y sus directos han ayudado casi más que sus grabaciones a ello. Acompañado de una banda más que solvente, y su particular e impostada voz, hizo arder el Sonorama durante casi una hora de actuación, con temas coreados y disfrutados, entre los que no pudieron faltar: “Metralleta Joe”, “Carbura”, o “Amanecer Caníbal”. También debió pensar el Stanich, que ya puestos a reivindicar al Dúo Dinámico, porque no hacerlo también con, Miguel Ríos, despachándose con la, ya conocida, versión de, “El Río”, del granadino.
Y hablando del Dúo Dinámico, estos se preparaban ya para salir al escenario principal del festival, nada más terminar Stanich y los suyos. La inclusión del dúo en un festival como el Sonorama daría para un concienzudo artículo y más de un debate. Jugada comercial o ejercicio de nostalgia reivindicativa, lo cierto es que Manuel y Ramón consiguieron congregar al grueso del público asistente en el escenario Ribera, y se terminaron de llevar de calle a los asistentes con las colaboraciones de: Eva Amaral y de Alberto Miss Caffeina. Independientemente de gustos musicales, que no siempre tienen porque ser respetables, al Dúo Dinámico les debemos el haber contribuido a domesticar y endulzar hasta cotas insospechadas algo tan, en principio rompedor, como el Pop, en la España gris que les tocó vivir. Si eso es bueno o malo, pensadlo vosotros.
L.A
La dosis de energía suficientemente eléctrica como para no haber fenecido de un ataque de naftalina, la ponían inmediatamente después los mallorquines, L.A, y su potente set, mayoritariamente basado en temas de, Dualize (2013) Gran Sol, y su excelente último trabajo, From the City to the Ocean Side (2015) Sony Music.
091
Y si de sets potentes y Rock & Roll sin aditivos ni colorantes artificiales hablamos, entonces el concierto de la jornada y uno de los del festival, fue el de los granadinos, 091, en el escenario, Ribera. La vuelta a los escenarios de formaciones tan emblemáticas, siempre suele estar rodeada de desconfianza y argumentos en contra y a favor, a partes iguales. Pero lo de 091, desde los primeros conciertos de la gira, Maniobra de Resurrección, han sido críticas positivas que hablaban de una banda engrasada y eficaz. Llegaba la hora de dar buena cuenta de ellos en directo y de ver, si los buenos comentarios eran exagerados o no. La intro, “Man with Harmonica” de, Ennio Morricone, daba el pistoletazo de salida a un set list impecable, con temas a prueba de bombas, como: “El Baile de la desesperación”, “Zapatos de piel de caimán”, “Para impresionarte”, o himnos imperecederos como: “Este es nuestro tiempo”, o “La Calle del Viento”, para terminar con otra canción atemporal de las de poner el vello de punta, “La Vida que mala es”. Con fans muy jóvenes en primeras filas coreando las canciones, mezclándose con los más veteranos, que habían ido a ver a los 091, prácticamente de rodillas, no todo está perdido. De diez.
Triangulo de amor bizarro
Los gallegos Triangulo de Amor Bizarro, han sabido mantenerse e ir “reinventándose”, después de la resaca de su primer trabajo, que les encumbró en su día, como una de las bandas de la “escena”. Corrían el riesgo de haber muerto entre su propio éxito y de no haber mantenido el listón, sin embargo, su último trabajo; Salve Discordia (2016) Mushrom Pilow, nos los devolvió, no sólo sanos y salvos, también con un disco que combinaba el “ruidismo”, marca de la casa, con melodías perfectas y armonías vocales, más protagonistas que de costumbre. En directo salieron a comerse el escenario, desde el primer acople, como nos tienen acostumbrados, sin pedir permiso, sin remilgos, ni patochadas, destrozando tímpanos y piernas, como debe ser en un combo de sus características, vaya.
Fuel Fandango
Reconozco que iba a enfrentarme al concierto de Fuel Fandango con escepticismo, tanto por su propuesta musical como por sus planteamientos estéticos y vitales. Las dudas se vieron rápidamente disipadas al ver en directo a ese torbellino llamado, Nita, que no para de moverse en todo el concierto, sin que su voz se vea resentida en ningún momento. Hora perfecta para cerrar el escenario, Castilla y León y banda adecuada para hacer bailar a los que más aguataban, a ritmo de temas como: “El todo y la nada”, “La Primavera”, o, “New Life”.
Viernes, 12 de agosto de 2016
Carlos Sadness
Carlos Sadness, era el primer artista en abrir la segunda jornada del festival en el escenario principal. Acompañado por una banda perfectamente uniformada con estilismo “folkie hippie”, el catalán no dudó ni un solo instante en agradecer a la organización haber contado con él, después de haber estado de público en más de una ocasión, en sus propias palabras. Su pop bailable, de consumo fácil, esconde canciones de muchas texturas y cuidados matices, y eso también se hace notar en directo, alejándose de la media de artistas del estilo que pueblan el “universo indie” que nos ha tocado vivir. Canciones como: “Sputnik” o “Perseide”, lucharon por abrirse paso entre los rayos de Sol implacables, que curtían a los fans de primera fila, y lo consiguieron.
Kula Shaker
Los organizadores del Sonorama Ribera de Aranda de Duero siempre colocan en el cartel algún nombre atractivo rescatado directamente de los gloriosos noventa, en una jugada capaz de arrastrar al festival a aficionados de la vieja guardia. En esta ocasión el honor recayó sobre los (de nuevo) renacidos Kula Shaker, que hace unos meses publicaron su cuarto álbum (el primero en seis años), el notable K 2.0 (2016). Los británicos colaron algún tema reciente como “Infinite Sun”, pero centraron el grueso del repertorio en piezas de sus dos (incuestionables) obras magnas, K (1996) y Peasants, Pigs & Astronauts (1999). El cuarteto presentó así una sucesión de himnos aplastante que incluyó “Mystical Machine Gun”, “Hey Dude”, la popular versión del «Hush» de Deep Purple, “Govinda” o “Sound Of Drums”. El problema se focalizó en un volumen escaso y la interpretación de Crispian Mills, cuyo envidiable aspecto juvenil contrasta con una capacidad vocal algo limitada. Lo suyo fue, en cualquier caso, toda una celebración nostálgica para los que vivimos aquella década en primera persona. Y es que, aunque el concierto adoleciese de un punto adicional de pagada con el que certificar el éxito el encanto latente en ese misticismo y psicodelia-indie marca y seña del grupo continúa vigente dos décadas después.
Delorentos
Los simpáticos irlandeses tienen cierta de predilección por nuestro país, o España por ellos, no se sabe. El caso es que es uno de esos casos en los que te preguntas el porqué de su predicamento por aquí. Quizás que el cantante se defienda en un castellano medianamente entendible, sea uno de los factores por los que caen bien, los chicos son majos, qué duda cabe. Pero esas cualidades, sin duda, encomiables, no te salvan de dar un concierto, anodino, sin nada que destacar, exceptuando el par de hits con el que intentaron levantar una actuación perfectamente olvidable, únicamente interesante para unos cuantos, que recordaban el disco con el que se dieron a conocer aquí, Little Sparks (2012).
The Hives
A The Hives les sucede un poco lo contrario que a Kula Shaker: su repertorio resulta bastante más común (sobre todo si atendemos al dejado por sus últimos discos), pero sobre el escenario se manifiestan como una apisonadora incuestionable. Guiados en todo momento por el eléctrico Pelle Almqvist, los suecos mostraron un ininterrumpido despliegue de fuerza desde la inicial “Come On!” y pasando por himnos inmediatos como “Hate To Say I Told You So”, “Tick Tick Boom”, “Main Offender” o “Walk Idiot Walk”. La propuesta es indisimulada y apunta al garage con reminiscencias punk para todos los públicos, incluyendo toda la parafernalia necesaria para lograr una celebración masiva. Es cierto que todo en la fiesta parece muy premeditado y controlado, pero no por ello pierde un ápice de efectividad, entre otras cosas porque el grupo es el primero en implicarse y disfrutar de manera evidente con la historia. El quinteto es uno de esos seguros que brillará en la noche de cualquier festival, y aunque su presencia no deje poso, se disfruta excepcionalmente en ese preciso momento y con una cerveza en la mano. Objetivo, por tanto, más que cumplido.
León Benavente
Otra formación a la que el Sonorama ha visto crecer, ha sido al cuarteto, León Benavente, con la “tercera o cuarta vez” que visitaba sus escenarios, como el propio Abraham se encargaba de recordar, al micro. El combo ha crecido tanto a nivel musical, desde su estreno discográfico, como en lo tocante a directos. Lejos quedan los primeros conciertos, con un Abraham Boba, en una esquina, parapetado detrás del teclado, a pesar de ser la voz principal. León Benavente se han convertido en auténticos animales de escenario y así lo demostraron con un directo demoledor, dotando a las canciones más asequibles y, digamos, comerciales, de un halo salvaje y gamberro. Sin parar ni un solo minuto y sin dar tregua al respetable. “Tipo D”, “California”, “Animo valiente”, o “Revolución”, cobraron una nueva dimensión mucho más agresiva que en formato enlatado.
Love Of Lesbian
Camisetas de John Boy se veían desde primera hora de la tarde por el recinto ferial de Aranda, prueba inequívoca de que tocaban Santi Balmes y los suyos. Así, el escenario principal del festival, había tenido fans de los catalanes, durante los conciertos del resto de bandas, apostados en las vallas de contención, esperando a que salieran los poetas del cometa más famoso de la historia de los cuerpos celestes. Con el Poeta Halley, LOL no solamente han callado algunas bocas, han vuelto a editar un disco que no ha defraudado a nadie, sin restar ni pizca de “comercialidad” al asunto, y eso, en España es complicado. Love of Lesbian son de esos que también salen a los escenarios con la batalla ganada de antemano, y es que el fenómeno fan no entiende de conciertos fallidos o de otras cuestiones del directo. No fue el caso, de todas formas, los de Santi Balmes, ofrecieron una actuación que, sin ser épica, ofreció todo lo que cualquier fan pueda desear, hits de los de siempre, con una generosa y valiente apuesta por el último trabajo. Ayudados, como viene a ser típico en festivales, de trucos que muchas bandas (sí, también, Izal) usan para ayudar a su directo, cañones de confetis y demás parafernalia caduca. Mucho mejores, por cierto, en el escenario de la Plaza del Trigo, con homenaje a The Cure incluido (actuaron por sorpresa) que en el escenario grande. A ver si ahora, LOL, van a ser un grupo de escenario familiar y no lo sabíamos.
Trajano!
Los madrileños se matan a decir que quieren huir de etiquetas y de que comenzarían a desmarcarse de la, colocada por todos, “Postpunk”, desde que editaran su primer trabajo. Y así lo han intentado hacer en sus nuevas grabaciones, pero los chicos, en lo que único que han metido algo de “luminosidad” ha sido en la portada de, Rubí (2016) porque los temas siguen sonando a Postpunk. Y nada que objetar, que conste, más en directo, que, directamente; tienen una actitud Punk 100%, ayudados por los fans que copaban el escenario, Burgos. Temas como: “El último hombre del Mundo”, o, “Cristales” me sonaron mucho más potentes que de costumbre, con un incendiario final con la mitad la banda tirada por los suelos del escenario.
Belako
A Belako les da igual ocho que ochenta, y estar sobre el escenario de una sala para apenas cien personas o en el de un festival abarrotado de gente. Cuando el cuarteto vasco pisa las tablas entra en trance y ya sólo va a lo suyo, mostrando una naturalidad y solturas acongojantes. Con esa premisa, el cuarteto volvió a organizar una gran fiesta, en la que la contundencia de su sonido encaja a la perfección con una desinhiba celebración que abarca a todos los presentes. Claro que para eso hace falta también tener en el repertorio canciones tan enormes como “Sea Of Confusion”, “Track Sei”, “Fire Alarm” o “Haunted House”, o saber llevar a terreno propio un clásico como el “Sinnerman” de Nina Simone. Y todo eso viene después de encajar en pos del beneficio propio influencias variadas como las de Pixies, Blondie, The Clash o Joy Division. El grupo se maneja entre lo pegadizo y lo musculoso, muestra un aspecto visceral y juvenil y, mientras mantenga la frescura en un primer plano, seguirá siendo uno de esos grupos que siempre apetece ver. Independientemente del tiempo acontecido desde el último encuentro.
Sábado 13 de agosto de 2016
Maga
La presencia de Maga en el festival se ubicaba dentro de la gira con la que los andaluces han estado celebrando el quince aniversario de su debut homónimo, conocido popularmente como Álbum Blanco (2002). Un disco excepcional al que, el paso de los años, no ha hecho sino confirmar como clave dentro la historia de la música nacional. Además los sevillanos han sido siempre un seguro en directo así que, todavía con el sol brillando con fuerza y ante escaso público, la formación ofreció un concierto impecable en ejecución y repertorio. Pero fue, ante todo, una actuación en la que el torrente de sentimientos latente en las canciones logró emocionar a niveles inhabituales. La increíble interpretación (por personal, pero también por sentida) de Miguel Rivera es capaz de desmontar a cualquiera que esté escuchando, sobre todo cuando protagoniza canciones tan descriptivas y profundas como “Diecinueve”, “Agosto Esquimal”, “Piedraluna” o “Silencio”. Siguiendo con la tendencia de esta gira aniversario, el concierto del grupo contó además con invitados como Martí Perarnau (de Mucho), José Ángel Frutos (de Second) y Javi Valencia (de Full), que compartieron micro con el propio Rivera. Dadas las circunstancias y la férrea personalidad creativa de Maga (y su vocalista), la presencia de la mayoría de ellos resultó más anecdótica y testimonial que realmente celebrada. Entre otras cosas porque ya sabemos que las comparaciones son tan odiosas como en realidad inevitables, y sólo el líder de Mucho la aguantó con respecto a la del intérprete original.
Second
Los murcianos tocaban en el escenario, Ribera, cuando el Sol se comenzaba a esconder y el “sold out”, colocado desde primeras horas de la mañana, por parte de la organización, se iba haciendo patente en un recinto, a veces, atestado de personal. Second dieron un paso de gigante, el año pasado, al editar su disco, Viaje Iniciático (Hook), producido por un murciano ilustre, y pieza clave de la historia musical de allí, Juan Antonio Ross. Un disco en el que, sin alejarse de las composiciones directas y viscerales del anterior, exploran nuevos caminos y no solo salen indemnes, consiguen un gran disco. Básicamente en este trabajo basaron su set del Sonorama, exceptuando algunos cortes ya clásicos de sus directos como: “2502”, “N.A.D.A”, o “Rodamos”, dando un concierto corto, pero conciso y compacto.
Luis Brea Y El Miedo
Luis Brea cuenta cada vez con más seguidores, y el sábado se consagró una vez más en base a un directo sin fisuras y con el que demostró que sus canciones son la celebración del pop bien entendido. Pero es que además su propuesta tiene bastante más miga de la que puede parecer en principio, y deja entrever unas influencias variadas (desde Los Planetas a Julio Iglesias) con las que enriquece sus propias composiciones. Para ello cuenta con una banda cómplice y rodada (a la que en esta ocasión y durante un par de temas se unió Zahara), que le ayuda a cantar con cada vez más convicción. Un proceso que ha motivado que temas como «Automáticamente», «Mil razones», «El verano del incendio» o “Discotecas”, estén a medio paso de convertirse en himnos. El madrileño ha sabido ganarse el cariño del público, y las sensaciones positivas que transmiten todas y cada una de sus composiciones hace el resto. Su concierto fue la manifestación de una euforia estival en toda regla… el placer culpable de cantar en comunión y a voz en grito canciones para todos los públicos. Por si fuera poco y como colofón del festejo, el combo tuvo el valor de terminar su concierto con una desacomplejada versión del “Radio Ga Ga” de Queen. Toma ya.
Mando Diao
Al igual que sucediese con sus compatriotas The Hives en la jornada del día anterior, Mando Diao pertenecen a esa estirpe de grupo que sobre el escenario se maneja a su propio antojo, y siempre cumple con su papel dentro de un festival. La formación liderada por Björn Dixgård se dejó más de un éxito en el tintero (no sonaron “Mr. Moon”, “Black Saturday” o “God Knows”), pero demostró que su rock clásico puede derivar con igual soltura hacia el soul que hacía la pista de baile. A pesar de que la propuesta hubiese agradecido mayor volumen, el combo firmó un concierto convincente y apto para botar celebrando el hedonismo nocturno y la validez de lo superfluo. Una presentación de intensidad inmutable a pesar de su evidente artificialidad (pantomima de bises incluida), que tuvo su momento álgido con el desbordante trío compuesto por “Gloria”, “The Band” y “Dance With Somebody”. Lo cierto es que el paso del tiempo y desde que se publicasen sus dos primeros (y mejores) discos, Bring ‘Em In (2002) y Hurricane Bar (2004), el grupo ha ido sacrificado credibilidad en estudio al tiempo de perfilar cada vez más su faceta de cara a la celebración generalista. Y eso demostraron tenerlo controlado después de arrastrar tras de sí a miles de seguidores.
Melange
Otro de los conciertos aconsejados desde nuestras páginas, era el de los madrileños, Melange, en el siempre aconsejable, escenario, Burgos, por sonido y por ser siempre fuente de descubrimientos musicales gratificantes. No es el caso de la super banda que nos ocupa, a la que seguimos muy de cerca, desde la edición de su magnífica opera prima, de título homónimo. Las canciones de “folk nómada para el siglo XXI”, parafraseando a la misma banda, inundaron la explanada del escenario, con escaso público al principio del concierto, aunque, afortunadamente, la afluencia de gente se fue incrementado. Melange toman su nombre de la droga ficticia de la saga de ciencia ficción, Dune. En este universo imaginario, el sabor de la sustancia va cambiando cada vez que se ingiere, dependiendo de las percepciones del consumidor. El nombre no puede ser más acertado, puesto que temas, como: “Los Ojos negros”, “Las Dunas de Diabat”, “Las Olas del mar”, o “Solera”, sonaron envolventes, rotundos, y adictivos. Concierto de los de guardarse.
Alex Cooper
El de Alejandro Diez Garín, aka: Alex Cooper, es otro de los conciertos que habíamos aconsejado, por muchas razones, pero una de ellas es que, está por ver que Alex dé un concierto en el que él y sus músicos no respondan a las expectativas de cualquier conocedor de su universo o, lo que es más importante en un evento de estas características, de cualquiera que acepte el reto de disfrutar de un concierto de Pop, Rock & Roll, Power Pop, o, como quieras llamarlo, en condiciones. Cuando decimos en condiciones, no nos referimos a un escenario pomposo, ni a un lanzamiento de fuegos artificiales, queremos decir, una actitud adecuada para la música en directo, un respeto inconmensurable por sus seguidores y un planteamiento sencillo y efectivo. Los de León habían tenido algún problema en la carretera, con una furgoneta que se empeñó en que llegaran justos a la actuación sin tiempo, a penas, de tomar el pulso al festival. Pero fue subirse al escenario y que la magia, en forma de canciones atemporales, tomara el Sonorama, con un set list incontestable. Teclado y sección de vientos incluida, Alex Cooper, dio un repaso a su carrera, presentando parte del cancionero que conforma su disco doble, Popcorner 30 años viviendo en La Era Pop (2016) Warner Music. Mezclando temas de, Los Flechazos y Cooper, en el caso del grupo Mod español por antonomasia, por derecho propio, lo hizo huyendo de clichés nostálgicos, dando a las canciones más fuerza y calidad que en su día (que me perdonen Los Flechazos y el propio Alex) imprimían estos en sus conciertos, y os lo dice uno que perdió la cuenta de las veces que vio a, los de “La Chica de Mel”, en el caso de, Cooper, ya lo sabéis, ejecutando los temas a la perfección, junto a, Dani y Mario, que llevan acompañándole años en la banda, junto a los nuevos miembros de esta aventura. “No sabes bailar”, “Viviendo en la Era Pop”, “Callejear”, o, “A toda velocidad”, convirtieron el Sonorama, en la pista de baile del, Ad-Lib o el Scotch of St james, y sin movernos de Aranda, y sin necesidad de tener un Delorean para viajar en el tiempo. Mágico.
Exsonvaldes
Desconozco los motivos que hicieron que Exsonvaldes tocasen en uno de los escenarios pequeños -concretamente en el “Burgos Origen y Destino”-, pero lo cierto es que finalmente esa lejanía con respecto a la parte más masificada del evento (y la coincidencia con la actuación de Izal), favoreció la de por sí atractiva presencia de los parisinos. La banda presentaba las canciones de su nuevo y espléndido álbum, titulado precisamente Aranda (2016) después de que éste fuese grabado en el pueblo burgalés, y volvió a demostrar toneladas de clase sobre las tablas. El cuarteto es un grupo elegantísimo, que cuenta ya con un repertorio amplio en donde elegir y que, en esta ocasión y reivindicando su última entrega, apostó por un concierto ligeramente más delicado y melancólico. Fue el resultado de desarrollar una serie de canciones maravillosas como “Cyclop”, “White Fires”, “Horizon”, “En Silencio” o la siempre emocionante “Lali”. Una actuación intachable y encantadora, que contó además con la favorecedora presencia en varios temas de la vocalista Helena Miquel (de Delafé y Las Flores Azules), que también participó en el disco. Exsonvales son una delicia, y llevan siéndolo desde sus comienzos, cuando giraban por pequeñas salas y tocaban para un par de decenas de personas. Su caso es de esos en los que alegra especialmente ver cómo la formación ha evolucionado incansablemente, tanto en estudio como en directo.
Corizonas
Otra de las super bandas que visitaban el Sonorama, tanto en la acepción superlativa, como en la que se refiere a la pertenencia de sus miembros a otras bandas consagradas y reconocidas, eran, Corizonas, formados, como sabéis, por miembros de: Arizona Baby y Coronas. Lo que empezó como un mero divertimento en el 2010, con el nombre de, Dos bandas y un destino, se ha acabado convirtiendo en un proyecto sólido, más aun, después de su reciente, Nueva dimensión vital (Subterfuge Records) en el que se exploran nuevos sonidos, más asequibles en para el gran público, sin renunciar a sus raíces lógicas. Dispararon certeramente sobre la concurrencia, comenzado con dos temas de sus primeros tiempos: “Hey, hey, hey, the news today”, y, “The Falcon sleeps tonight”, para seguir con dos de sus nuevos hits, “La cuerda que nos dan”, y, “Todo va bien”. Tremendo concierto en el que tampoco faltaron sendos “covers” a los que ya nos tienen acostumbrados, el “Wish you were here”, de Pink Floyd, y el “Piangi con me”, de The Rokes, aunque inmortalizado y popularizado por, Stiv Bators en su etapa, Lords, en los ochenta. Una pregunta, a título personal, se me pasa por la cabeza mientras escribo estas líneas: “¿de verdad una banda con ese par de discos, tiene que echar mano de versiones en un concierto de 45 minutos?” Por favor.
Domingo 14 de agosto de 2016
Afrontábamos la última jornada del Sonorama 2016 con esa mezcla de cansancio y pena, que siempre se siente al acercarse la hora de abandonar Aranda. Pero con la curiosidad de ver qué nueva sorpresa, había preparado la organización del festival, como ya es tradición, en el escenario de, La Plaza del Trigo. Varios nombres se barajaban detrás del escenario, entre algunos compañeros de prensa, que si, Iván Ferreiro, que si; Elefantes… La sorpresa, sin embargo, venia en formato doble, y envuelta en una mala noticia: nos comunican que, (como ya sabéis) Supersubmarina, han sufrido un grave accidente, al regreso de uno de sus conciertos. No nos da tiempo a reaccionar, cuando, Elefantes, salen ya al escenario y lo primero que hacen es desear toda la suerte del Mundo a los de Baeza.
Elefantes
Aunque esa jornada del Sonorama siempre será recordada como, la de la noticia del accidente de, Supersubmarina, también será recordada como una de las clausuras con más gente en la plaza, con la manguera de los bomberos trabajaban “a todo gas”, repartiendo agua, entre la multitud que disfrutaba del concierto por sorpresa, de, Shuarma y los suyos, es decir; Elefantes, que mitigaban las altas temperaturas a base de canciones como: “Que yo no lo sabía”, “Azul”, “Descargas eléctricas”, o, “Piedad”.
Of Months and Stars
En unas condiciones radicalmente opuestas, debido a la disposición del escenario, y a la propuesta musical, otra de las bandas que también os habíamos aconsejado de esta edición, Of Months and Stars, se enfrentaban a una audiencia algo escasa, causada por el comentado, Sol de justicia. Con todo y con eso, en el escenario de, La Plaza de la Sal, con la bella, Iglesia de Santa Maria al fondo, consiguieron dar un bolo más que acertado. Destacaron temas como: “Sunlight”, “Seein´Aint Believin”, o, ya al final; “My My My”, con algún problemilla de sonido, cosas del directo.
Festivales hay muchos, y formas de montarlos y llevarlos, tantos como ellos. La diferencia estriba, además de los valores añadidos que puedas ofrecer a los asistentes, en el trato y las maneras. Pocos festivales cuidan de que en el camping haya otro escenario importante. Y es que lo que comenzó como una anécdota hace algunos años, se ha acabado convirtiendo en un punto de encuentro de bandas importantes dentro del cartel, y un escenario más, con todas las de la ley.
Viva Suecia
Para terminar, era cuestión de acercarse a disfrutar de los murcianos, Viva Suecia, y a ver como defendían en directo, su álbum debut, La Fuerza mayor (Subterfuge Records). Y lo hacen tan bien, que el escenario Carson, se fue abarrotando hasta que prácticamente no cabía más gente. “Bien por ti”, “Permiso o perdón”, o, “Los años”, cobran más intensidad en vivo y ganan más en “pegada” que en el disco, y su concierto fue directo, mostrando a una banda precisa y efectiva sobre las tablas.
Excelente artículo engorronado en las primeras líneas por un Aranda DEL (de) Duero que chirría a los ojos…
Es Aranda DE Duero
Es que hemos perdido varias neuronas en Aranda después de tres días de Sonorama. Disculpad 🙂
¿Seguro que Corizonas tocaron «Piangi con me»? Lo digo porque vi y escuché el concierto entero y mis colegas y yo nos quedamos con las ganas de malcantarla, tampoco se hace referencia a la sustitución de Loza por Lete, el baterista de Stanich, debido a los problemas físicos del titular…
Y no se hace referencia a mi prima la del pueblo, que se vino a última hora al festival. Sois la hostia…
Te olvidas de uno de los platos fuertes del jueves: Molotov.
No llames a la tormenta mencionando al Manolo Escobar del rock Español, si ya es bastante suplicio que te roben dos cabezas de cartel y te metan en su lugar a Raphael o al Dúo Dinámico, para sería de suicidio que por mencionarlo tú acaban trayendo a Miguel Ríos a cantarnos sus porompomperos y a destrozar grandes himnos del rock nacional como Resurrección, Manras de Vivir, etc…
Por cierto, los que disfrutáis de pase de prensa parece que no os enterasteis que las colas que retrasaron el comienzo del primer día las generó gratuitamente la organización abriendo «sin ton ni son» media hora tarde las puertas, y no la masiva asistencia de público como tú dices.
Y seamos serios con las cifras de asistencia, en este festival y en todos, una persona que compra un abono para 3 días, es 1 y no 3.. Asi que sumemos los abonos vendidos más las entradas de día (ahí solo un tonto repetiría porque cuesta más barato el abono que dos entradas de día) y esa es la cifra de asistentes y desde luego esa cifra está lejos de los 60 mil.
Qué gente más pesada…