Sr.Chinarro – Cobre cuanto antes (Acuarela Discos)
Los seguidores de la última etapa de Antonio Luque, la que establecía una filiación más o menos directa con la obra de Arab Strap, se preguntarán cuál ha sido el motivo de la vuelta de Sr. Chinarro al clasicismo de trabajos anteriores como No sé qué- No sé cuántos o El por qué de mis peinados. Pero el hecho es que, aún siendo una obra que rescata gran parte del clasicismo pasado, nos encontramos en Cobre cuanto antes con elementos que han caracterizado sus últimos discos. El principal de todos ellos es que mantiene el sonido tosco, sucio, casi directo de La primera opera envasada al vacío.
En lo musical, Sr. Chinarro no utiliza muchos de los arreglos provenientes del folcklore y de la tradición popular de sus primeros trabajos, aunque los fondos andaluces y mediterráneos estén presentes a lo largo del disco. La producción es homogénea y es difícil destacar alguna de las canciones, que mantienen una sección rítmica (como es habitual en Antonio Luque) bastante regular. Sin embargo, una canción brilla con independencia de las demás: “Sección de telescopios”, que logra estremecer gracias a los duros arreglos de violín, que van arañando y desgarrando la canción, hasta ese empuje final que desconcierta; sin la belleza preciosista de “Cero en gimnasia” pero con unas armas más violentas, más afiladas.
En lo lírico, Antonio Luque sigue construyendo delirantes juegos de palabras que rayan lo cómico (“…hace de cobaya. ACD cobaya…”, “…como bobinas de cobre… cuánto antes…. Cobre cuanto antes.”) pero que siempre consiguen confundir y crear una sensación de contradicción, entre los objetos y situaciones cotidianas y las metáforas excéntricas y surrealistas. Sr. Chinarro se remonta a todos los momentos y personajes históricos (desde los toros celtibéricos de Guisando, el emperador Nerón pasando por los cuadros de Velázquez hasta el Rey Sol) para crear un fresco abarrotado de historias aparentemente inconexas. Pero sobre todas esas ideas independientes se va imponiendo la crítica y la parodia de un mundo dominado por objetos de consumo cotidiano (epilady, coches celulares, lavadoras, focos halógenos) y por seres humanos de consumo cotidiano (concursos de “misses”, rancios nobles del mundo rosa). En esta amalgama de situaciones se ve como algo razonable la cuantificación de los sentimientos (“…hoy soy un 30% más feliz.”) y el deseo de los seres humanos de ser como los objetos cotidianos (“He visto los aspersores. He querido convertirme en uno de ellos. Los adornos navideños tienen varios dueños.”).
En “Plug in”, la canción que cierra el disco, Luque nos deja con un gusto amargo y triste del que cuesta despegarse. “Esto es lo que hay , y si quieres envía un CV a las ITV de los meteosat vacíos”, canta en la composición más pesimista del disco. Esa es la disyuntiva que plantea Cobre cuanto antes: ante la sociedad deshumanizada cabe convertirse en aspersor y regalo navideño, o enviar un mensaje de protesta al corazón del progreso. La pregunta es: ¿estarán vacíos todos los meteosat?.