The Amazing – Picture You (Partisan Records)
Lo asombroso de todo este mundo tan variopinto de propuestas musicales es que puedan existir grupos como The Amazing. Cosas peores se han podido ver, la verdad. Pero esta banda sueca que debutó el 2009 con un largo homónimo, The Amazing (Subliminal Records, 2009), se dieron a conocer con un disco de estilo muy melódico, ceñido a los campos extensos del rock progresivo mezclado con tintes de pop y bases rítmicas provenientes del jazz aunque terminaba siendo un batiburrillo caótico del que se le extrajo poco jugo.
Fue uno de aquellos debuts en los que uno no se planteaba un cambio radical o una transformación interesante pero que desde luego terminó siendo así si atendemos a su segundo trabajo, un raro EP bajo el nombre Wait for a light to come (Subliminal Records, 2010). Un punto de inflexión que empezó a cambiar bastante el rumbo de la banda. Los rastros de la psicodelia se hacían más notables así como una percusión más de maraca, bongo y conga, manteniendo un sonido muy personal que se desarrollaría de forma más concisa y extensa en su siguiente álbum, Gentle stream (Subliminal sounds, 2011).
Ante esta amalgama de instrumentos y de influencias ya entrevimos la tendencia de la banda en abandonar ese lado más progg (contracción de la palabra sueca con la que se denomina «música progresiva») para volver a los estribillos y a las melodías más psicodélicas, preservando rasgos de folk aunque aun conservando la fuerte personalidad de la guitarra acústica respaldada por una percusión muy suave y seductora.
La cosa cambia con la llegada de Picture you (Partisan Records, 2015). Con grandes temas como «Broken», «Safe island» o «Tell them you can´t leave» se hace palpable que el folk ya tiene muy poca presencia y lo que verdaderamente aflora es una sonoridad dominante característica del indie rock británico haciéndose eco del dream pop de bandas como Ride y My Bloody Valentine o de la neo-psicodelia de Jane and Mary Chain. Con un sonido más depurado aunque vocalmente se vuelve envolvente y muy melódico, a todo esto hay que destacar las manchas de rock progresivo que se diluyen junto con unos teclados ambientales (en un segundo plano) que caracterizan a la neo-psicodelia y que son totalmente imprescindibles en este álbum. Aunque el principal compositor de la banda, guitarrista y vocalista, Christoffer Gunrup, deteste las etiquetas de psicodelia o rock progresivo y por más que no quiera aceptarlo, son sumamente destacables en esta pieza. Su evolución se hace tan interesante que esta obra termina enganchando porque si ha perdido cualquier rastro del progg más sueco de Bo Hansson o Blå Tåget, de lo que no se puede dudar es que nacen unos coros espléndidos que acompañan constantemente a una voz popera que se ablanda generando un ambiente que va levitando pero que no acaba de irrumpir con mucha fuerza ni con esmera sensibilidad.
La voz principal de Gunrup se percibe bastante repetitiva a lo largo de todas las canciones porque es tímida y parece adoptar un mismo tono en todas ellas. Gracias a las voces armónicas de sus backing vocalists, se consigue rodear al público con una suma de texturas que van de las melodías sin ninguna distorsión al flanger de un teclado que acompaña y conduce ligeramente la canción en la que todo el grupo aporta su grano de arena. Porque este álbum se hizo así, cada uno hizo lo que quiso en todas las canciones y este ha sido el resultado: un largo muy interesante porque si Gunrup niega las etiquetas de psicodelia o rock progresivo, tal vez a otro miembro del grupo se le antojó aportar un sonido característico de estos géneros por mero criterio y necesidad personal.
Lo que sí sigue habiendo en este álbum pero controlado en cuentagotas es el protagonismo de los instrumentos acústicos aunque se tiene que señalar una presencia rítmica que parecía haberse perdido en los álbumes anteriores: la batería. Un instrumento de percusión con personalidad que condujese con perseverancia y carácter el ritmo musical. Ahora lo hace mayoritariamente con escobillas y con bases próximas al jazz rock pero con un sonido más curado y con más potencia. Picture you (Partisan Records, 2015) se trata de una experiencia interesante pero que se extiende demasiado, es decir, consta de muchos temas que a la par son muy largos. Aun así, hay que escucharlo con tranquilidad y casi con los ojos cerrados porque de verdad que alivia y saca un gran peso de encima una vez terminado.
Ante todas las fusiones que esta banda sueca ha llevado a cabo a lo largo de su trayectoria, en su último trabajo se hace latente una evolución sensata y muy bien acabada. Dejan de lado parte de su sello más personal al igual que ese repetitivo y nimio folk presente en temas de álbumes anteriores. Y es que los preferimos así, que sigan esta línea más mezclada e impura, consagrándose como banda de crossovers ceñida al indie rock y con una personalidad que poco a poco irá reluciendo pero que por el momento sus canciones se identifican claramente a lo que pertenecen: un quinteto sueco que es asombroso tal y como su nombre indica en inglés.